El regreso de Moran & Drake

Los corsarios financieros del imperialismo contra Venezuela

Por Renán Vega Cantor

“Muchos piratas comenzaron su carrera en Londres”.

Stuart Robertson (Editor), La vida de los piratas. Contada por ellos mismos, por sus víctimas y por sus perseguidores, Crítica, Barcelona, 2010, p. 16.

Acaba de consumarse un nuevo acto de despojo por parte del imperialismo, en este caso representado por Inglaterra, contra Venezuela, con el robo de 31 toneladas de oro de este país que se encontraba depositado en El Banco de Inglaterra, valoradas en 1.300 millones de dólares. En un dictamen del Tribunal Superior del Reino Unido, el juez Nigel Teare determinó que el oro del Estado venezolano le pertenece a Juan Guiadó, puesto que este es reconocido como “presidente interino constitucional” por el reino de Isabel II. Tamaño despropósito que significa demoler lo poco que queda del derecho internacional no debería sorprender si se tiene en cuenta la historia de despojo, saqueo y robo que ha protagonizado Inglaterra desde hace cinco siglos, en lo que se destacan sus acciones de piratería a lo largo y ancho del mundo. Por ello, lo que acaba de suceder bien puede catalogarse como el macabro regreso de Morgan & Drake, los apellidos de los dos más famosos corsarios (tripulantes de barco que estaban autorizador con patente de corso para atacar barcos enemigos) y filibusteros (piratas que en el siglo XVII actuaban en el Mar de las Antillas y que no se alejaba de las zonas costeras y solo atacaba los puertos).

Corsarios de ayer…

Inglaterra como potencia mundial desde el siglo XIV fue una impulsora de la vieja piratería colonialista. Cabe recordar que hubo dos tipos de piratería, una oficial y por arriba, implementada por las potencias coloniales, para saquear las riquezas en territorios rivales, y otra popular y por abajo llevada a cabo por marineros que se rebelaron e intentaron crear otro orden en barcos y territorios liberados del dominio de las grandes potencias de la época. En rigor, el término de pirata debería reservase a los de abajo, que combatían al sistema, eran románticos, mientras que el corsario (el pirata oficial) estaba integrado al sistema dominante, lo defendía y los sostenía.

Los principales corsarios fueron Francis Drake (1540-1596) y Henry Morgan (1635-1688) que actuaban por órdenes de la corona inglesa y cumplieron un papel activo en la disputa con el dominio colonial español en el mar Caribe. En este rol sobresalieron sus acometidas en los actuales territorios de Haití, Cuba, Venezuela, Panamá, México, Colombia entre otros. Una de las riquezas más apetecidas era el oro, el que como parte del botín terminaba directamente en manos de la corona británica, de las que los corsarios mencionados terminaron siendo funcionarios eficientes. No por azar los dos fueron designados con importantes títulos y cargos. Morgan fue nombrado Caballero por el rey Carlos II de Inglaterra y como Teniente Gobernador en Jamaica, en donde su función principal fue la de perseguir a los piratas de la zona, cuando la piratería de origen popular se convirtió en un obstáculo en el proceso de acumulación de capital y de ascenso hacia el dominio mundial para Inglaterra. Vale decir que Morgan se consideraba como un leal sirviente de su majestad y de nadie más. Por su parte, Francis Drake como corsario y traficante de esclavos, dirigió numerosas expediciones de la Marina Real Inglesa en diversos lugares del mundo, entre ellos el Mar Caribe. Como premio a su labor de saqueador la reina Isabel lo designó Caballero real con el título de Sir y miembro del Parlamento. Fue el típico corsario inglés, puesto que tenía patente de corso (autorización) para realizar expediciones, atracos, saqueos y robos en territorios de las colonias españolas.

Dentro de las acciones de los corsarios ingleses cabe recordar el saqueo en el actual territorio venezolano en el siglo XVII, el primero realizado por los corsarios oficiales del imperio inglés. Morgan saqueó los territorios de Maracaibo y Gibraltar en marzo de 1669, en donde los filibusteros cometieron numerosos crímenes contra los habitantes locales, a quienes torturaron, a algunos los quemaron vivos y a otros los ahorcaron, siempre en búsqueda del codiciado oro. Para abandonar Maracaibo, Morgan exigió tributo de quema, por el cual le debían dar una cantidad de dinero a cambio de no incendiar la ciudad y como prenda llevaban prisioneros para asegurar el pago.

Fueron estas acciones tan “nobles” las que llevaron a que Morgan fuera nombrado vicegobernador de Jamaica, lo que indicaba un cambio en la lógica de la acumulación de capital: del saqueo en mares y puertos, los corsarios pasaban a convertirse en “honrados” empresarios, que invertían en plantaciones y en comercio legal, como el tráfico de esclavos. Y, en consecuencia, los antiguos corsarios devenidos en hombres de negocios y en políticos “honorables” se dieron a la tarea de limpiar de piratas los lugares donde antes había merodeado con sus acciones criminales. En pocas palabras, los ladrones, ahora de cuello blanco, se convirtieron en policías.

Tales fueron los invaluables aportes de Morgan & Drake a la consolidación del poderío inglés en el mundo, lo que demuestra la certeza de afirmar que el capitalismo se ha podido formar mediante el robo, el saqueo, la piratería oficial y la esclavitud. Por ello, en Inglaterra el espíritu de estos dos corsarios se mantiene hasta el día de hoy como emblema de lo que ha sido y es la cuna del capitalismo, la pérfida Albión como se denomina a Inglaterra desde 1793.

Corsarios de hoy

Esa piratería oficial que llevan a cabo las grandes potencias, entre ellas la decadente Inglaterra, que vive de las glorias pasadas y se queda con las migajas que le dejan los Estados Unidos, el imperio que es el campeón mundial del robo y del saqueo, recurre tanto a los viejos métodos de los corsarios en alta mar y en tierra, y a “nuevos” y sofisticados métodos del “Estado de derecho” del capitalismo realmente existente.

Entre esos nuevos métodos predomina la acción del capital financiero, con sus “inmaculados” banqueros, con corbata y portafolio de cuero, sus economistas de cabecera, sus ideólogos y periodistas y, por supuesto, sus jueces y abogados. El objetivo es el mismo del comportamiento de los viejos corsarios: quedarse con el oro ajeno.

Eso se ejemplifica con el dramático caso de Venezuela, que viene soportando un saqueo continuo, descarado y sin compasión en los últimos años, encabezado por Estados Unidos, secundada por sus socios principales de la Unión Europea e Inglaterra y por sus lacayos incondicionales de América Latina, como la Pandilla de Lima y el obsecuente régimen de Iván Duque en Colombia. Todos a una, como en fuente ovejuna, preparan sus garras de ladrones para ver con que parte de la riqueza de Venezuela se quedan, aunque el botín llegue a los corsarios financieros de los Estados Unidos y de sus súbditos ingleses, quienes en realidad actúan como intermediarios o testaferros de los que dictamine Washington, pues son solo mandaderos a sueldo, algo así como sicarios financieros.

Eso se demuestra con los vergonzosos sucesos de las últimas semanas cuando un juez de Inglaterra dictaminó que el oro de Venezuela no era del gobierno de ese país, sino de un usurpador, a quien nadie eligió, sino que fue escogido a dedo por el gobierno de los Estados Unidos, y a quien la comunidad internacional de delincuentes autoproclamó como “presidente encargado”. Para mostrar el descaro del robo que se acaba de consumar, valga decir que el Juez en cuestión señaló que el dinero le correspondía a la espuria Junta Directiva del Banco Central de Venezuela, que no opera en ese país sino en los Estados Unidos y en Colombia, como quien dice funciona en el reino narcoparamilitar del eje del terrorismo internacional Washington-Bogotá. En síntesis, Inglaterra le entrega el oro de Venezuela a una junta de hampones, nombrada por un usurpador que ha sido a su vez designado por Estados Unidos, el que finalmente se va a quedar con el oro, como se demuestra con el hecho denunciado hace pocos días, de que una parte de la construcción del Muro de Trump, en la frontera con México, fue construido con dineros robados a Venezuela.

Este atraco hecho en Inglaterra y por Inglaterra adquiere connotaciones de un sadismo criminal, propio de los corsarios, puesto que supone privar a la población venezolana de mil trescientos millones de dólares, indispensables para paliar la crítica situación económica que se vive en ese país. Ese dinero serviría para comprar medicinas y alimentos destinados a la población de Venezuela. Al quitar esos dineros, Inglaterra está infringiendo torturas y crímenes, peores que las realizadas por Morgan & Drake y está matando a miles de venezolanos, con una saña propia de los poderes colonialistas de Europa, y que tan bien describió Josep Konrad en su novela El corazón de las tinieblas, donde dijo cosas de mucha actualidad sobre los crímenes de los ingleses, tal como estas dos sentencias: “La conquista de la tierra en su mayor parte no consiste más que en arrebatársela a aquellos que tienen una piel distinta o la nariz ligeramente más achatada que nosotros” y “Arrancar tesoros a las entrañas de la tierra era su deseo, pero aquel deseo no tenía detrás otro propósito moral que el de la acción de unos bandidos que fuerzan una caja fuerte”.

Conclusión: De los corsarios de parche y calavera a los corsarios de corbata y computador

El comportamiento de corsarios del gobierno inglés indica que el derecho internacional ha muerto, lo que significa en la práctica que desapareció cualquier credibilidad en la “seguridad” de depositar dineros en las arcas de los bancos de las potencias. Después del vulgar atraco de que ha sido víctima Venezuela en Londres, qué gobierno del mundo periférico va a confiar en la honradez de los bancos de las potencias, que cumplen las ordenes de los amos imperialistas, con lo que demuestra en que consiste la mano bien visible del mercado, que actúa para satisfacer los intereses políticos de Ali Baba y sus cuarenta ladrones.

Sencillamente, es convertir la política internacional de los gobiernos de Estados Unidos y sus lacayos europeos y latinoamericanos en derecho internacional, lo que supone que son esos intereses coyunturales los que priman, desconociendo acuerdos y tratados de los Estados y reconociendo entidades paralelas y ficticias, como el caso de Juan Guaidó y su virtual Junta del Banco Central de Venezuela. Es el paso a la incertidumbre absoluta, que va a tener consecuencias imprevisibles, y sobre todo para aquellos que viven de rodillas ante el amo imperial, como los gobernantes colombianos.

Y esa perdida de confianza tiene implicaciones, puesto que Londres es la principal plaza financiara mundial en comercio de oro y al menos 30 países tienen depósitos de ese metal precioso en bancos de Inglaterra, lo que equivale al 20% del oro del mundo, y es un pésimo precedente que sea el Banco Central de Inglaterra el que niegue la devolución del oro a su legitimo propietario.

El robo que se acaba de presentar en Londres es, y debería ser un aliciente, para todos aquellos que reivindicamos el derecho de los pueblos a expropiar bancos y empresas multinacionales que saquean a nuestros países. Con el atraco de los corsarios ingleses del siglo XXI, queda añicos el argumento capitalista del respeto a la propiedad privada, de la seguridad jurídica, de la confianza inversionista y mil pamplinas de ese estilo que se repiten a diario en las universidades (en sus facultades de Derecho, Periodismo y Economía), en los pasquines pornográficos de la prensa diaria y por los políticos arrodillados de todos estos países.

Razón de sobra tenía Eduardo Galeano cuando aseguraba que “El malevaje financiero secuestra países y los cocina si no pagan el rescate. La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado”. 

(Publicado en papel en Periferia, No. 159, Medellín, agosto de 2020)

Apoyo militar a la Revolución de Chávez y Maduro

JOVEN

Tanto el Chavismo del Siglo XXI como el Sandinismo del FSLN son manifestaciones de una vertiente del Comunismo Mundial y del Caudillismo Latinoamericano conocida como El Castrismo y no pueden estudiarse por separado, sino unitariamente, como partes diferenciadas de un mismo proceso subversivo. Nosotros no estamos con El Castrismo, pero lo reconocemos como una tendencia con aspectos Nacional-Populares y positivos que retrasan, degradan o estorban al avance de procesos neoliberales en el Continente; además golpean fuertemente el control de las Oligarquías coaligadas con el Imperialismo Norteamericano. El grado de desestabilización que representa el Castrismo con respecto a las democracias al servicio de la Oligarquía es considerable.

El Castrismo no es para nosotros realmente un movimiento Comunista; es un movimiento Nacional-Popular que adoptó la metodología del marxismo-leninismo en una coyuntura histórica determinada. Ya el general Perón llamaba a Castro un promotor de la liberación, que hubo de alinearse con el Imperialismo Soviético, para no sucumbir bajo el Imperialismo Estadounidense. La formación ideológica de Castro en su juventud se basaba en el Nacionalismo Cubano de Chibas y en cierto Nacional-Sindicalismo de tinte español. Castro llegó a atacar al Comunismo varias veces antes de llegar al poder; denunciando su relación con el dictatorzuelo Batista. El giro ocurrió después; como una medida estratégica ante una Cuba sitiada por haber amenazado los intereses financieros norteamericanos. El Castrismo, por su giro a la ideología marxista, se hace una tendencia de subversión. Eso no es problema para nosotros, que estamos dispuestos a apoyar la subversión con tal sea dirigida contra el Estado ocupado por la Oligarquía.

El Chavismo además de ser un aliado de Cuba, es un movimiento que pugna por la Liberación de América Latina en términos económicos, lo cual es loable, aunque sus motivaciones sean meramente materialista y adolezcan de una visión tradicional. Por otro lado; si la emancipación iberoamericana empezó por Venezuela; es lógico que termine por Venezuela y de eso es lo que se trata.

Para todo aquél que se considere un verdadero Nacional-Revolucionario; es fundamental el estudio de un texto que se llama SIEGE. SIEGE fue una publicación del Frente Nacional-Socialista de Liberación en Estados Unidos: Un grupo de revolucionarios que pretendían reestablecer el Orden Tradicional en América del Norte a través de la Revolución Violenta contra el Sistema. La publicación la llevaba un gran hombre que aún en estos días aciagos mantiene su combate contra el Sistema Burgués: James Nolan Mason.  La lealtad de Mason a la causa del Nacional-Socialismo Revolucionario es tal, que lo ha llevado pasar varias veces por el terrible sistema de prisiones de los Estados Unidos; su integridad revolucionaria lo ha llevado a ser un reo muy querido, incluso por los reclusos negros nacionalistas.

James Mason ingresó al Partido Nazi Américano del Comandante Rockwell cuando tenía 14 años. Su maestro fue el Nacional-Socialista y Anti-Imperialista William Luther Pierce, que recordemos, se solidarizó con Saddam Hussein y con el Gobierno Yugoslavo durante los arteros bombardeos de la OTAN. Cuando el Comandante George Lincoln Roclwell fue asesinado; James Mason quedó bajo el caudillaje del Frente de Liberación Nacional-Socialista de Joseph Tommasi que era una escisión del Partido Nacional-Socialista del Pueblo Blanco de Maatt Koehl. Pues bien; Joseph Tommasi fue un genio revolucionario que rompió definitivamente con la Derecha fracasada de Estados Unidos. Conservadores, Libertarios, Defensores de la Ley y el Orden, Populistas de Derecha, Republicanos, simples Nacionalistas, defensores de la Constitución y demás especímenes eran considerados basura por el heroico Frente de Liberación: Eran cobardes, eran cohabitadores. La lucidez del Frente de Liberación Nacional-Socialista era tan grande debido a su análisis estructural del Sistema.  Para ellos el Sistema era un todo indivisible con diversos órganos diferenciados e incluso antagónicos que convergían hacia el mismo fin. El Sistema era controlado por los Judíos; eternos enemigos de la Raza Aria que estaban en una lucha existencial contra esta por el Dominio del Mundo. Fue James Mason quien asumió el control de la Prensa del Frente de Liberación.

“Usamos el termino Sistema en lugar de gobierno porque lo que controla Estados Unidos no son gobiernos, son tiranías sin rostros; filiales y ramas de un simple Sistema monstruoso. Estamos hablando de cientas de partes intercambiables de una burocracia inhumana y extranjera. Desde la Policía hasta los Burocratas hasta los encargados de poderes políticos locales, estadales y federales, incluyendo los llamados oficiales electos; desde la Prisión a las Fuerzas Armadas; todos los que representan el Sistema o son empleados por El Sistema son el Sistema.  Al Sistema le interesa insertarse cada vez más dentro de la Nación como el parásito que es; y además evadir toda responsabilidad… “

“… Usamos el termino Gran Hermano porque ha sido empleado pocas veces por la Derecha en los años pasados, tradicionalmente, la Derecha ha sido asociada con Gran Gobierno o Gobierno Central”. La Derecha tiene su frases enlatadas; no muy precisas que pueden ser secuestradas por sus rivales. La denuncia de la “conspiración comunista”  se ve más estúpida a medida que pasan los años. Nosotros estamos en cuenta de que la verdad es que la conspiración CAPITALISTA es el verdadero problema, de la cual el segmento comunista es un pobre agregado. Así que cuando usamos el termino gran hermano, nos referimos a la CONSPIRACIÓN en general que está funcionando en este momento…”

“…Suscribimos el viejo adagio en que afirma que para matar a un “ismo” tienes que matar primero a los seguidores: a los “istas”. Es una regla general en esta sociedad enferma, los miembros del Establishment, el Sistema y el Gran Hermano, comparte muchos puntos en común: la cobardía es uno. De la cobardía viene la represión. Ninguno de ellos toma responsabilidades por nada… atacan con el sistema económico, la policía, la prensa y las cortes. Se esconden detrás de la “Ley” y de la “Oficialidad” son la Clase Dirigente… Si vamos a usar los criterios de ellos, entonces cada uno de ellos es co-igual a los demás; es igual de culpable. Participar en la conspiración contra la Raza Blanca es un delito que debería ser castigado con la muerte y no habrá apelación en nuestras cortes Revolucionarias”

“Si un puñado de Nacionalistas Negros roba un camión de valores de la Brinks; si matan a algunos cerdos del sistema ¿A quién le importa? el dinero es la sangre del sistema. Dejemos que los negros o los puertorriqueños rompan esa arteria; cualquier cerdo asesinado por un negro o un revolucionario comunista es uno que no irá detrás de ti una noche con una bonita orden federal”

James Mason elevó al Nacional-Socialismo a un nuevo nivel de operatividad. Los militantes del Frente Revolucionario Nacional-Socialista entendieron que en la nueva situación de los Estados Unidos posterior a 1950, con el surgimiento de generación de los baby boomers, de la droga, el sexo y rock n’ roll (promovidos por los judíos para corromper las almas del pueblo estadounidense) las viejas tácticas del Partido Nazi Americano estaban defasadas. El Comandante Rockwell lo hizo bien en el Estados Unidos de 1950; pero para la generación de Vietnam, ya no era suficiente. El sistema había imposibilitado la lucha partidista abierta. El FLNS fue Revolucionario. De ahora en adelante, los militantes no se uniformarían; no tendrían contactos públicos; en lugar de eso se dejarían crecer el cabello, fumarían marihuana y se mantendrían en la clandestinidad para la lucha contra el Imperialismo Judaico desde las entrañas de la bestia. James Mason elaboró un nuevo desarrollo de la comovisión Nacional-Socialista que bebía de las fuentes de Hitler, El Comandante Rockwell, Joseph Tommasi y el asesino en serie Charles Manson. Para los Estados Unidos, nosotros suscribimos esta linea y afirmamos que es la única correcta.

El concepto central de las publicaciones de SIEGE era el acceleracionismo. No había nada que preservar en los Estados Unidos. Estados Unidos no era considerado como una Nación orgánicamente desarrollada. Por el contrario, era un constructo artificial surgido de la ideología liberal. Por eso James Mason llamó a la destrucción de la sociedad estadounidense como una medida quirúrgica extrema en la cual, se extirparía la degeneración aunque estas medidas severas perjudicasen las áreas sanas del cuerpo social. Era fundamental acelerar las condiciones de la decadencia sistema burgués para que este se derrumbase y surgiese algo nuevo. Naturalmente, Estados Unidos, tenía aspectos culturalmente constructivos y aunque estos fuesen destruidos eran producto de la Raza Blanca, la cual podría generar orgánicamente lo bueno y lo bello. James Mason atacó principalmente lo que el llamó El Movimientismo y la Derecha. Anteriormente el Comandante Rockwell había realizado el ataque; trató a los Conservadores de maricas y mandó al infierno a la Derecha; James Mason lo llevó hasta el extremo. Se pronunció principalmente contra actitudes contradictorias dentro de la Derecha Burguesa. Actitudes como llenar la casa de armas y de pertrechos de supervivencia pero salir corriendo a cooperar con las autoridades a las primeras del cambio; actitudes como hacer un llamado para el aumento del totalitarismo y del estado policial norteamericano; actitudes como favorecer la implantación del terrorismo económico (Reaganomics) neoliberal que hacía sufrir a los blancos, la miseria total y el desahucio; actitudes como favorecer la construcción de un Complejo Penal-Industrial que generaba millones de dolares en las prisiones; actitudes como centrarse en el combate contra las izquierdas, cuando el verdadero enemigo era el Estado. De esta manera, James Mason trazó una linea, con el Sistema o contra el Sistema. Estas posturas, podrían considerarse la versión americana, de las ideas nacional-revolucionarias anti-sistemicas de algunos genios políticos como Giorgio Freda en Italia.

¿Qué tiene que ver esto con Venezuela? Nosotros somos aceleracionistas y nuestra metodología operativa es unir fuerzas con las izquierdas revolucionarias anti-imperialistas para la degradación del Sistema Burgués en América Latina. En efecto, Mason se enfrentó contra el mismo sistema que se enfrentan los revolucionarios latinoamericanos, solo que desde adentro. Pero el aceleracionismo de nosotros es diferente. Mason luchó contra un Estado Policial y de Seguridad altamente burocrático que ahogaba a su raza. En América del Sur, no existe un Estado de ese estilo. Hay varios Estados Democrático-Oligarquicos que tratan de copiar el modelo de Seguridad Norteamericano y sus estructuras políticas. A veces estos estados pueden ser tomados por grupos disidentes, sean nacionalistas o marxistas. El aceleracionismo para nosotros; se basa, pues en la aceleración de la destrucción de todos los Estados Burgueses y su reemplazo por tendencias revolucionarias que sean a su vez, amenazas para los intereses de la Oligarquía y el Imperialismo. El Imperialismo en Indoamerica se manifiesta a través del control de los recursos naturales por parte de extranjeros y de la dominación económica que mantiene a los Estados Indoamericanos bajo estructuras dependientes. Entonces, el aceleracionismo empieza por iniciar la aceleración de las contradicciones entre el capital y el trabajo, para darle al Sistema Burgués donde le duele: en el bolsillo. Liberar a los Estados del control oligarquico-democrático, implica desangrar al sistema burgués a causa de las nacionalizaciones de las industrias  y el bloqueo de los nuevos mercados. El Sistema Burgués sobrevive gracias a la explotación masiva del Tercer Mundo; si el Tercer Mundo se rebela el Capitalismo se hace inviable. Tal es nuestra hostilidad contra la propiedad privada. El fracaso y la destrucción de los Estados Burgueses permitirá el surgimiento de estructuras sociales orgánicas y sanas  en todo el continente y estas estructuras lucharan por recuperar el cuerpo social del parasitismo oligarquico coaligado con los intereses norteamericanos, británicos y judíos.

Apoyar a Castro, a los Sandinistas y a Maduro implica un avance en desangramiento el Imperialismo. De esta manera; todos los Nacional-Revolucionarios deben apoyar, ante la posibilidad de un enfrentamiento abierto con el Imperialismo o las Fuerzas Mercenarias, a la Revolución Bolivariana o Sandinista; si los yanquis atacan a Venezuela, podría ser su tumba por el desangramiento que implicaría para ellos una Guerra en América Latina, su patio trasero y los graves problemas que significaría en el mercado de hidrocarburos; de ahí a que el Comandante Chávez tuviese pensado volar las refinerías para que no fuesen tomadas por el Imperialismo. En el caso, de que, se tratase de una intervención limitada con Fuerzas Mercenarias; habría que combatirlas para que el Imperialismo no pudiese hacerse con el control del “plasma” que representa para ese sistema los recursos naturales sudamericanos.

Si los yanquis vienen, hacemos un llamado a todos los Revolucionarios, sean Comunistas o Nacionalistas: ¡Apoyar militarmente a la Revolución de Maduro!

Al mismo tiempo, los revolucionarios estarían trabajando por la instauración del Estado Tradicional Ibero-Indo-Americano en sus respectivas patrias; habría una nueva correlación de fuerzas; por un lado, las fuerzas del Socialismo Marxista y por otro lado las fuerzas del Nacionalismo Revolucionario Continental, en alianza contra el Imperialismo con exclusión de todos los Estados Burgueses.

¡APOYO ABSOLUTO A LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!

¡APOYO AL COMANDANTE OBRERO NICOLÁS MADURO!

¡LEALES SIEMPRE, TRAIDORES NUNCA!

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

Extraído de Joven América

Chávez y el socialismo del siglo XXI

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Germán Sánchez Otero

Este texto es parte del tomo III de la biografía de Hugo Chávez, que estoy por concluir. He querido compartir con los lectores de Cubadebate los conceptos del líder venezolano sobre el socialismo, a propósito de conmemorarse el 30 de enero catorce años de haber anunciado en Porto Alegre, Brasil, el horizonte socialista de la Revolución Bolivariana.

Si el imperio ha decidido destruir esa original alternativa de emancipación, que en pocos años mostró su viabilidad y devino paradigma de nuestros pueblos, con más razón debemos exaltar los aportes de Chávez acerca del socialismo en nuestro tiempo, y sus demoledoras críticas al capitalismo. Sigue leyendo

Alexander Dugin: Rusia debe apoyar a América Latina frente a embates de EEUU

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Cuando el orden unipolar comenzó a desmoronarse en Eurasia, Washington volvió a centrarse en América del Sur y allí «todo le resultó bastante alarmante». Gobiernos de izquierdas que tienden a un orden mundial multipolar se establecieron con los Kirchner en Argentina, Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, Evo Morales en Bolivia y el anticapitalista Rafael Correa en Ecuador. El difunto feroz combatiente contra la hegemonía estadounidense en Venezuela, Hugo Chávez, fue sucedido por Nicolás Maduro. Casi toda América Latina estaba en el campo contrario a EEUU, subrayó Duguin.

Fue entonces cuando Norteamérica se dio cuenta de que tenía que tomar medidas al respecto. «Los protegidos de Washington llegaron al poder en América Latina de diferentes maneras, por ejemplo, a través del ‘impeachment’ en Brasil». Pero en Venezuela, enfocada radicalmente en contra de la hegemonía norteamericana desde la época de Chávez, los métiodos ordinarios no funcionaron. Entonces, Washington apostó por una revolución de color, indicó el politólogo.

Duguin señaló que las revoluciones de colores —que en todos los países tienen la misma meta: establecer la dominación de EEUU— se organizan de diferentes maneras, dependiendo de las condiciones locales: en Europa y Oriente Próximo, a menudo utilizaron la retórica de la izquierda. Sin embargo, en la Venezuela de izquierdas y socialista y en otros países de América Latina, estos métodos no funcionan: cualquier izquierdista allí odia a EEUU y, por lo tanto, todas las protestas, incluyendo las de Venezuela, son ideológicamente liberales. «En ellos el ejército de Soros es puramente liberal, diseñado para poner al país bajo el control directo de Estados Unidos y del capitalismo global», destacó el analista.

Rusia debe proporcionar a Venezuela cualquier tipo de apoyo, incluyendo el militar, sostiene Duguin. Además, propone, es imprescindible que Venezuela se incorpore a la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái), la OTSC (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) y la Unión Euroasiática, lo que hará del país «un bastión fiable» para todas las fuerzas amantes de la libertad en América Latina.

«Fue en Venezuela dónde el héroe de la liberación de América del Sur, Simón Bolívar, comenzó su lucha. Que la segunda ola de la descolonización se inicie desde el mismo lugar. Hay que apoyar a Maduro», concluyó Duguin.

Norberto Ceresole y la crisis venezolana:

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Por Juan Gabriel Caro Rivera

Hoy día quizás el nombre de Norberto Ceresole resulte desconocido para la mayoría de las personas que ni siquiera conocen su obra, pero este sociólogo militar y analista geopolítico fue uno de los grandes teorizadores de la revolución bolivariana de Venezuela.

Norberto Ceresole conoció a Hugo Chávez mucho antes de ser presidente, en sus primeros viajes a Venezuela en 1995. En ese entonces, el exiliado argentino intentó asesorar a Chávez y convencerlo de la necesidad de una revolución que estuviera basada sobre una geopolítica continentalista y un caudillismo postdemocrático que se convertiría en un futuro faro de libertad para América Latina. Ceresole buscaba aplicar su modelo revolucionario según el cual el ejército, el caudillo y el pueblo formarían una triada capaz de entrelazarse en un destino común, cuyo objetivo sería la soberanía, la independencia tecnológico-militar y la creación de un frente multipolar, aliada a otras naciones del Tercer Mundo, especialmente en el Medio Oriente y cercana al nacionalismo árabe. El joven comandante Hugo Chávez, todavía fuertemente influido por el Movimiento Bolivariano Revolucionario-200, prestó poca atención al profesor argentino, que luego sería amenazado para que abandonara Venezuela, según él, por la DISIP bajo la supervisión del MOSSAD. Sigue leyendo

El líder opositor venezolano, Juan Guaidó, también cuenta con un astrólogo

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Por Secretaría RIES

Ayer informábamos de los vínculos de Nicolás Maduro con la secta del gurú Sai Baba y con la santería cubana –esto último en continuidad con su predecesor, Hugo Chávez–, y hoy recogemos las informaciones de que también Juan Guaidó, el líder opositor venezolano, tiene a su propio “gurú”. Un astrólogo que cree que Guaidó es descendiente de “un jefe indígena del siglo XVI”. Lo cuenta Catalina Göpel en el medio chileno La Tercera. Sigue leyendo

ÚLTIMA PALABRA, COMANDANTE

Por Alexander Dugin

La situación en Venezuela está en el punto de bifurcación. Maduro decidió iniciar negociaciones con los rebeldes. Hasta la fecha, todas las posiciones geopolíticas han sido determinadas: El bloque atlantista (Estados Unidos, Europa occidental y sus satélites en otras partes del mundo) representa al liberal pro-estadounidense autoproclamado Presidente Juan Guaidó; y todos los países que están del lado de la multipolaridad (principalmente Rusia, China, Irán, Turquía, etc.) apoyan al legítimo presidente Nicolás Maduro. India, otro gigante de la multipolaridad, toma una posición neutral, enfatizando que el problema debe ser resuelto por los ciudadanos venezolanos sin ninguna interferencia externa.

Cabe señalar que en el caso de Maduro, las posiciones de los atlantistas y globalistas, representadas más claramente por Macron y Merkel, coinciden con las tendencias anticomunistas de Trump. Sin embargo, construir un muro con México y al mismo tiempo pedir la reactivación de la Doctrina Monroe, considerando a América Latina como una zona de control exclusivo de los Estados Unidos, por decirlo de manera suave, es incoherente. Pero así es Donald Trump, a esto todos estamos acostumbrados. En general, Occidente actúa en este caso de manera consolidada, en relación con otras “revoluciones de color” – tales como el “maidán” ucraniano, la “Primavera árabe” (incluida Siria), etc.

Todas estas “revoluciones de color” tienen una estructura común. Comienzan con una acumulación crítica de problemas en la gestión del país, y no importa si a la cabeza está un dictador autoritario o simplemente un funcionario corrupto. En cualquier país siempre hay bastantes problemas, y muy a menudo los políticos no pueden (y a veces simplemente no quieren) resolverlos. Otra cosa es cómo organizar y dirigir el potencial de protesta, ya sea para darle apoyo externo, con qué métodos fortalecer la ira social y hacia qué propósito simbólico dirigirla. En esta etapa, también entra en liza la geopolítica: Los globalistas y los atlantistas aprovechan esta situación para sus intereses, y gradualmente los partidarios de la multipolaridad reúnen fuerzas con las que en algunos casos intentan contrarrestar estos procesos (a veces, como, por ejemplo, en Siria, con bastante éxito).

Todo es tal como lo que sucede en Venezuela. Maduro, heredero de Hugo Chávez, el cual no solo era un líder carismático, sino también un firme opositor a la hegemonía global que compartía la ideología del peronismo izquierdista y la soberanía geopolítica, adaptando para Venezuela al filósofo antiglobalización, Norberto Ceresole. El mismo Maduro continúa en general el rumbo de Chávez, pero no tiene una ideología de gran interés. Tampoco puede hacer frente a la crisis económica y social en el país. Denominar a Maduro como político exitoso es imposible incluso con toda la antipatía hacia sus oponentes liberales, apoyados por la hegemonía. Pero Maduro está avanzando por el camino de la resistencia frente a la presión de los Estados Unidos y trata de mantener desesperadamente la orientación hacia la multipolaridad y, a pesar de la presión de los liberales, no se ha separado de la idea de la política social. Por lo tanto, Maduro se ha convertido en un blanco conveniente para los globalistas y los liberales: Combina el rechazo de la incuestionable subordinación a la hegemonía y una política práctica muy desafortunada.

Rusia y China han brindado a Venezuela un apoyo financiero serio en los últimos años. Pero esto no fue suficiente. Por otro lado, en el polo de la oposición liberal no solo hay un apoyo comparable e incluso superior desde los Estados Unidos y los países de Europa occidental, sino también una ideología, así como una excelente gestión organizativa, basada en esquemas clásicos y efectivos de “revoluciones de color”.

La multipolaridad aún no ha alcanzado el nivel de la comprensión y el diseño ideológico, y los compromisos con el liberalismo en la misma Rusia, así como parcialmente en China e Irán, no permiten brindar a Maduro una asistencia ideológica efectiva y promover una gestión sociopolítica exitosa. Ahora este lado débil del club multipolar se hace sentir de manera especialmente clara. Pero Maduro tiene sus ases: El legado político de Chávez, la lealtad del ejército y el apoyo de la población rural del país.

La situación ha llegado a un punto crítico. En el futuro más próximo se determinará por cual escenario se desarrollarán los acontecimientos: Si los liberales locales, que confían en los atlantistas que ya han reconocido al presidente Juan Guaidó, podrán derrocar al presidente Maduro, elegido legalmente (como en el caso de Viktor Yanukovich), o podrá conservar el poder (como en el caso de Bashar al-Assad). Debido a la interconexión de todos los procesos geopolíticos, esto es muy importante: No se trata solamente del destino de Venezuela, sino también de toda América Latina. Y más ampliamente – del mundo entero. La derrota de los atlantistas en Venezuela demostrará finalmente su debilidad y dará un nuevo impulso a la multipolaridad, lo cual afectará a otras zonas – en Europa, Oriente Medio, África y la región del Pacífico. Si logran derrocar a Maduro, esto fortalecerá sus posiciones, aunque sea relativamente, y creará un escollo en el proceso de establecer un campo multipolar.

Con todo esto, el colapso del modelo unipolar en su conjunto está predeterminado. Aquí estamos hablando, más bien, sobre el ritmo del proceso: Se puede acelerar o retrasar, pero no se puede cancelar ni detener. Sin embargo, la victoria de Maduro acercaría mucho más la muerte de la hegemonía.

¿Qué debería hacer Maduro durante las negociaciones? Tiene dos ejemplos: Yanukovich y Assad. Yanukovich comienza las negociaciones, cree a los rebeldes y a Occidente y resulta ser derrocado, y más tarde – un fugitivo miserable. Assad habla a la oposición en el lenguaje de la fuerza, en la primera etapa pierde su posición, pero con la geopolítica correcta (confianza en Rusia e Irán, así como en una estrategia bien pensada de relaciones con Turquía y los kurdos, y con el desprecio total por las demandas atlantistas e islamistas) en el futuro, durante la sangrienta guerra civil, es el ganador. Yanukovich es un fracasado cobarde. Assad es un camino difícil y sangriento pero heroico hacia la victoria. Los islamistas sirios son un análogo directo de los liberales venezolanos. Esta es una red de terroristas siguiendo las órdenes de un centro exterior de mando. Assad lo entendió. ¿Maduro se da cuenta de esto lo suficiente?

Pronto sabremos, quién es, el camarada Maduro, un funcionario corrupto, indefenso y obstinado o el portador de la llama de la gran revolución continental sudamericana en el espíritu de Chávez y Ceresole. Las negociaciones con liberales y títeres de hegemonía son siempre una derrota. No acatan ningún acuerdo ni tratado. Se espera que Maduro pueda leer la situación existente a la luz de una comprensión adecuada de las leyes geopolíticas: Maduro es la tierra, Guaidó es el mar. Ahora tu palabra, comandante…