Javier Barraycoa afirma que la revolución rusa sólo se puede explicar como un caso de posesión diabólica colectiva

Javier Navascués

Javier Barraycoa es profesor universitario, sociólogo y escritor sobre numerosos temas políticos e históricos. Acaba de publicar su última obra: “Eso no estaba en mi libro de historia de la revolución rusa” (Editorial Almuzara) donde desvela la cara oculta de una revolución que fue ensalzada por buena parte de la intelectualidad del siglo XX y que provocó millones de muertos. La obra sorprenderá por su ingente cantidad de datos y relatos que nos aportan una visión estremecedora del comunismo.

¿Cómo definiría la Revolución rusa?

El Arzobispo católico de Lvov, la definió como un caso que “sólo se puede explicar como un caso de posesión diabólica”. La Revolución rusa fue una sorpresa que nadie esperaba. Los bolcheviques eran una minoría que no hubiera podido derrocar al gobierno burgués de Kerensky (que había hecho abdicar al zar) si no hubieran contado con el apoyo económico de la banca judía norteamericana. El gran intermediario fue Jacob Schiff. Tras el triunfo bolchevique, estos -paradójicamente recibieron ayuda económica y tecnológica norteamericana. Las grandes corporaciones como la Standard Oil de los Rockefeller adquirieron derechos de explotación del petróleo del Cáucaso. El capitalismo y el comunismo conjuntaron muy bien.

¿Entonces el mito de la participación judía en la revolución es realidad?

Desde el propio Marx, cuyo verdadero nombre era Kissel Mordekay, era hijo de un rabino, converso al luteranismo pues los judíos no podían estudiar Derecho, hasta Trotsky. En el libro de Robert Wilton, Los últimos días de los Romanov, el autor proporciona los nombres de 556 líderes bolcheviques de primer orden, de los cuales 457 eran judíos. En la Checa, también, buena parte de los dirigentes eran judíos. También es cierto que todo se trastocó con la llegada de Stalin. Odiaba a los judíos e inició numerosas purgas de esta comunidad. Creó la Región Autónoma Judía de Birobidjan, en Siberia y fue recluyendo ahí a muchísmos judíos. Su intención era acometer un genocidio.

Encontraremos pues extraños y oscuros protagonistas de la Revolución rusa …

El propio Marrx no deja de ser un personaje oscuro. Tuvo una primera juventud de fervoroso luterano, luego conocemos una época satanista. Hemos de pensar que más de dos tercios de las obras de Marx están guardadas en el Instituto Marx de Moscú, sin traducir y sin conocerse su contenido. Se sospecha que muchas son satánicas. Un personaje espeluznante es Gleb Boki, uno de los mandamases de la primera Checa sita en el edificio de la Lubianka. Organizó una sección dedicada al ocultismo y a intentar controlar las fuerzas ocultas para ponerlas al servicio de la revolución. El ateísmo soviético nunca estuvo reñido con el espiritismo y la magia. Stalin tuvo a su servicio magos y brujas como Natalia Lvova. De ella sabemos poco pues tras la muerte de Stalin el servicio secreto (NKVD) intentó borrar toda huella. Stalin también se rodeó de magos famosos como Wolf Messing.

¿Entonces el ateísmo y el comunismo no estaban reñidos con el espiritismo?

En absoluto. Al principio de la obra, se recogen los antecedentes de los primeros “socialistas”. Muchos de ellos eran ingenuos utopistas que deseaban reformular un “nuevo cristianismo”. El marxismo impuso que el comunismo era un materialismo ateo, pero nunca pudo desgajarse del esoterismo y ocultismo que impregnaba numerosas sectas y conventículos de los que emergió la primera Liga Comunista. Una vez triunfó la revolución se llegó a realizar un juicio contra Dios. En el banquillo de los acusados se puso una Biblia y el fiscal, Lunacharski, acusó a Dios de todos los males de la humanidad y lo condenó a ser fusilado. Se “ejecutó” a Dios, disparando ráfagas de ametralladora contra el cielo. Lo que podía ser una patochada, en breve se convertiría en una cruentísima persecución religiosa.

¿Sólo religiosa?

No. Las purgas fueron sistemáticas y terribles. Se purgaba constantemente el propio partido Comunista cuyos cuadros caían con frecuencia en desgracia. Cuanto más te acercabas a altos niveles de poder más altas eran las probabilidades de acabar ejecutado o en el Gulag (campos de trabajo). Hasta los principales responsables de la Checa fueron purgados numerosas veces. El terror fue un instrumento del poder y no lo fue de una manera accidental sino que estaba teorizado como uno de los elementos primordiales para conseguir los objetivos de revolución. El Ejército Rojo no se salvó. Las cifras son escalofriantes: se depuraron 3 de 5 mariscales, 13 de 15 generales de ejército, 8 de 9 almirantes, 50 de 57 generales de cuerpo de ejército y la lista sigue. También se purgaron estamentos profesionales enteros. Por ejemplo, los estadísticos. La cuasa fue el censo de 1937. Stalin esperaba que surgiera un censo de 180 millones de habitantes. Pero sólo aparecieron 162 millones (millones enteros habían fallecido por las hambrunas y las purgas). Stalin purgó a los estadísticos y prohibió realizar más censos.

¿Quedaba algún resquicio de libertad en la sociedad comunista?

Tras la revolución de Octubre de 1917, cuando triunfan los bocheviques sobre los mencheviques, se realizó una Constitución que permitía casi de todo: liberación sexual, homosexualidad, anulación del matrimonio eclesiástico, teórica libertad de culto, de imprenta, etcétera. Pero todo fue una ilusión. La persecución religiosa se precipitó con fuerza una vez ganada la Guerra Civil contra los rusos Blancos (zaristas). El nudismo y la libertad sexual, acabaron siendo prohibidos en poco tiempo. Lenin era una especie de puritano, lo que no le impidió vivir con su mujer y amante bajo el mismo techo, pero veía que la Revolución se debilitaba ante el libertinaje sexual que se extendió por Rusia. La licencia sexual y la facilidad para divorciarse, conllevó que Rusia se llenara de millones de niños abandonados. El Estado comunista fue el creador de las guarderías como lugares de adoctrinamiento en el inicio del proceso educativo. Pronto se rompió la “amistad” con los homosexuales. Primero fueron tratados como libertinos que eran enviados al Gulag. Bajo Stalin se consideraron enfermos mentalesque debían ser “curados” en clínicas psiquiátricas especiales. Lo más curioso es que llegaron a acusar a los homosexuales de ser fascistas y viceversa. De ahí la famosa frase: “acabemos con la homosexualidad y acabemos con el fascismo”.

De esto nada nos cuentan …

Claro. La Unión Soviética se convirtió en una mentira sistemática. La propaganda era lo único real del sistema. La creación de mitos como Stajanov, el gran super-minero soviético que inició el stajanovismo fue un fraude. Acabó sin hacer nada durante su vida y murió alcoholizado. La famosa foto de un soldado soviético plantando la bandera comunista sobre el Reichstag de Berlín, fue un montaje fruto de una sesión fotográfica tras dos días de acabar la toma de la capital alemana. Cuando se fue extendiendo la televisión en la URSS, era el único escape para millones de personas que vivían alienadas bajo el materialismo “desalienador”. Cuando se permitió la publicidad en televisión, se llegaban a crear anuncios (sólo existía una agencia estatal de publicidad) de productos que no existían. Así, la gente se ilusionaba con poder disfrutar algún día de lo que veían por televisión. Para controlar los impuestos sobre el consumo de tabaco, se potenciaron las cajetillas de cigarrillos. La publicidad sobre el tabaquismo es espectacular, pues se llegó a proponer lo saludable que era fumar. Incluso publicitando el sistema sanitario, un eslogan afirmaba que en la URSS estaban “los enfermos más sanos del mundo”. La locura.

¿Y qué escondía este Paraíso de la ilusión?

Toda la ilusión escondía el terror. El Gulag fue uno de el segundo mayor sistema de represión carcelaria. El primero es China. La vida en el Gulag era simplemente terrible. En muchos campos en Siberia ni siquiera hacía falta alambradas. Nadie se hubiera atrevido a adentrarse en la tundra. La muerte era segura. Ir al Gulag era prácticamente una sentencia de muerte por la dureza de las condiciones. Las obras faraónicas de los canales que se construyeron en época de Stalin son un himno a la estupidez (casi todos se construyeron mal y eran inútiles para la navegación de barcos de gran calado) y la muerte horrible de trabajadores forzados. Un caso tétrico es el de la carretera de Kolimá. Son casi 2.000 kilómetros de carretera que une ciudades siberianas. Los “esclavos” del Gulag la construyeron en condiciones horrorosas. Morían en masa y los cuerpos eran enterrados en los arcenes de la carretera. Los ciclos de congelación y descongelación en Siberia, hacen que los cuerpos mal enterrados surjan de la tierra con brazos extendidos. Es un espectáculo tétrico que obliga a volver a enterrarlos. Los laterales de la carretera de Kolimá se fue llenando de cadáveres que una vez al año surgían de la tierra. Finalmente decidieron irlos enterrando bajo el asfalto. Hoy tiene fama de que cada pocos metros, bajo el asfalto, hay un cadáver.

Sin embargo, la huella comunista sigue viva en la actual federación Rusa …

Sí. Todavía se calcula que hay más de 6.000 estatuas gigantes de Lenin en Rusia. Incluso hay una en la Antártida. La huella de tantos años de terror, alienación, mentira sistemática, pero a la vez de propaganda y glorificación de la Madre Rusia, ha creado una sociedad muy especial. La psique colectiva rusa se debate entre rechazar el horror del comunismo y el deseo de sentirse una potencia mundial como en la época de la Unión Soviética. En Rusia se ha disparado la práctica religiosa, la añoranza por el zarismo, la hipnosis del aún omnipresente Lenin, la celebración del triunfo del Ejército Rojo sobre el nazismo, el odio a Occidente y su admiración al capitalismo. El pueblo ruso no puede desprenderse de la huella de la Revolución rusa que dejó su impronta y aún sigue latente.

Por Javier Navascués

¿ERA EL BOLSHEVISMO UN PRODUCTO DEL MESIANISMO RUSO TRADICIONAL?

Por Kerry Bolton

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

Con el centenario de la Revolución Bolchevique en octubre de 1917, Rusia sigue siendo en gran medida el producto de ese legado. Pero ¿qué es el bolchevismo mismo? El bolchevismo desató fuerzas en conflicto. Este artículo sostiene que la facción más exitosa no fue la del marxismo ortodoxo, sino que fue moldeada por la «Rusia eterna», y se transformó en algo muy alejado del marxismo, como Trotsky y muchos otros marxistas se han lamentado. En este artículo, el bolchevismo es reexaminado como producto de una larga tradición, centrándonos en las opiniones del disidente ruso Mikhail Agursky.

 

Rusia se encontraba en una encrucijada a finales del siglo XIX, cuando comenzaba a industrializarse y a «modernizarse». El sistema político no era capaz de mantenerse a la par de esas demandas. Las representaciones del zarismo como una tiranía que brutalizaba a su gente es un mito, que emana de la propaganda bien financiada de los Estados Unidos, cortesía del banquero de Nueva York Jacob Schiff y su periodista remunerado George Kennan [1]. Se logró mucho bajo el zarismo en términos del bienestar de los trabajadores y campesinos, pero fuera de los intereses industriales y financieros y los disturbios internos no permitían una transición pacífica y gradual. Los agentes del Alto Mando alemán, la inteligencia militar británica y los financistas de Wall Street se apresuraron a abalanzarse sobre Rusia en su momento de caos, cada uno con el deseo de imponer su voluntad sobre sus vastas tierras, pueblos y recursos. [2] Las revoluciones que ocurrieron en febrero y octubre de 1917 tuvieron en su interior varias corrientes rivales que a veces convergieron. Con la eliminación del antiguo régimen, se produjo una década de lucha dentro del bolchevismo entre lo que luego se denominó el «cosmopolitismo sin raíces» y el mesianismo ruso: el primero bajo Trotsky, el segundo bajo Stalin. La facción rusa ganó, y su importancia sigue siendo un factor central en la política mundial. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto o se oculta deliberadamente es que, si bien Stalin es acusado de «traicionar a la revolución» con su «socialismo en un país», Lenin inició este curso.


Bolchevismo contra comunismo  

 

Desde el principio hubo una amplia percepción entre el pueblo ruso que diferenciaba entre el comunismo como una importación extranjera y el bolchevismo como una manifestación rusa. Trotsky y Zinoviev se identificaron con el primero, Lenin con el segundo. [3] Fue una dicotomía que culminaría con la expulsión de los trotskistas, y bajo Stalin se reafirmaría el camino nacional e imperial leninista. Durante el levantamiento de los marineros en Kronstadt en 1921 contra el gobierno soviético, los sentimientos estaban dirigidos contra Trotsky y Zinoviev, no contra Lenin [4]. Trotsky es recordado como el «carnicero de Kronstadt».

 

La rivalidad entre el socialismo alemán-judío y ruso se remonta a los días de Karl Marx y la Primera Internacional. Este faccionalismo, a pesar del alardeado “internacionalismo” de los socialistas, terminó justificando las fronteras nacionales. Marx y Engels mantuvieron la tradicional animosidad alemana hacia los eslavos, mientras que el anarquista Mijaíl Bakunin y otros socialistas rusos eran pan-eslavos. Este paneslavismo y antagonismo entre el socialismo ruso y alemán tuvo un impacto primario en el bolchevismo y el desarrollo de la URSS, donde el bolchevismo llegó a ser visto incluso por los defensores del antiguo régimen como la única opción para la liberación del capital extranjero, la influencia política alemana y el liberalismo occidental.

 

Alemania contendió con Rusia para ser el centro mundial del socialismo. Para la facción del bolchevismo que triunfó en Rusia, se trataba de una continuación de la perspectiva mesiánica de Rusia, no menos que el misticismo de la ortodoxia cristiana rusa que considera que Rusia tiene la misión de rehacer a la humanidad. Lo que antes se llamaba Nacional Bolchevismo se desarrolló como una parte intrínseca del socialismo ruso. Agursky sostuvo que la teoría marxista era un «camuflaje histórico» para «procesos históricos y geopolíticos más profundos» [5].

 

La rusofobia de Marx
Agursky se refiere al elogio de Lenin en 1912 a Alexander Herzen como el fundador del socialismo ruso. Herzen había estado en conflicto con Marx y Engels. [6] El elogio de Lenin a Herzen fue, por lo tanto, ideológicamente significativo. Lenin concluyó enfatizando el carácter ruso del pensamiento de Herzen: «Herzen fue el primero en levantar la gran bandera de la lucha al dirigir su libre palabra a las masas rusas» [7]. Esto está muy lejos de la actitud de Marx, cuando le escribió a Engels que no quería encontrarse con Herzen, «no siendo de la opinión de que la vieja Europa debería ser rejuvenecida con sangre rusa» [8]. Lenin se enfocó en repudiar el liberalismo que, como muestra Agursky, era una antipatía que luego proporcionó un terreno común entre los bolcheviques y aquellos que al principio habían reaccionado contra el bolchevismo, incluidos los ex-oficiales zaristas y emigrados. Es esta antipatía común hacia el liberalismo y el deseo de los bolcheviques de hacer de Rusia el centro de una nueva humanidad, como lo hace el cristianismo ortodoxo, lo que permitió la reconciliación con el nuevo régimen. Muchos regresaron a Rusia para hacerse prominentes en la cultura soviética en particular. Por el contrario, los internacionalistas marxistas, que luego fueron llamados «cosmopolitas sin raíces» por Stalin, aquellos como Trotsky y Zinoviev (jefe de la desgraciada Comintern) fueron purgados en un proceso de lo que Agursky llama «nacionalización», iniciado por Lenin.

 

El teórico trotskista Cyril Smith [9] sostiene que el socialismo ruso no tuvo nada que ver con Marx, que estaba marcado por el antieslavismo de un chovinista alemán. Esta rivalidad entre el socialismo alemán y ruso por la supremacía fue importante en el desarrollo del bolchevismo.

 

Smith escribe:

 

“Rusia, inevitablemente, se hizo grande en este relato del desarrollo del marxismo, por lo que es importante aclarar la relación del propio Marx con los orígenes del «marxismo» en ese país. Como es bien sabido, la hostilidad de Marx y Engels hacia Rusia en su trabajo político anterior fue tan profunda que a veces se acercó al racismo antieslavo… Marx detestaba a aquellos, como A. I. Herzen (1812-1870) y M. A. Bakunin (1814-1876), quienes argumentaban que había un camino nacional ruso específico hacia el socialismo, que surgía de algunas cualidades especiales del «espíritu ruso». Cuando las ideas socialistas se desarrollaron en Rusia, no tenían nada que ver con Marx…” [10].

 

Agursky declaró que en 1917 Rusia se había visto fuertemente influenciada por una burocracia y una inversión del capital extranjero por parte de Alemania. El bolchevismo fue una revuelta contra las influencias extranjeras. La revolución fue una liberación nacional, no una revolución internacional inspirada por un eslavofóbico judío alemán. Marx y Engels, tanto como cualquier otro xenófobo alemán, consideraban una invasión rusa de Europa con temor, como el fin de la civilización. La «Rusia atrasada», afirmó Marx, debe ser civilizada por Occidente, es decir, debe pasar por la fase del capitalismo, antes de alcanzar el socialismo [11]. La necesidad de una fase capitalista en el desarrollo de una nación es una parte esencial de la dialéctica histórica marxista, y por lo tanto la esclavitud y el colonialismo fueron históricamente justificados por el marxismo, aunque ya no es conveniente que la izquierda lo diga. Durante la guerra de Crimea, la rusofobia de Marx y Engels se volvió particularmente vehemente [12].

 

La misión de Rusia

 

Por el contrario, los rusos consideraron que tenían la misión de vencer y revivir al Oeste decrépito y decadente con el vigor ruso. Los bolcheviques eran herederos de esta misión mesiánica que había sido proclamada por Dostoievski y otros. Dostoievski vio a los socialistas rusos convertirse en los «más fervientes … campeones … del espíritu ruso » [13]. Que emprendieran esta misión en nombre del bolchevismo en lugar de la ortodoxia cristiana fue una cuestión de nombre sin importancia. Este mesianismo ruso-eslavo había sido defendido por Herzen, afirmando que los rusos seguían siendo una raza joven y saludable [14].

 

Tal mesianismo, heredado por el socialismo ruso, y llevado a cabo por el bolchevismo, permitió una convergencia incluso con el misticismo y el gnosticismo más extendido. La dicotomía dualista del gnosticismo se tradujo fácilmente en la dicotomía dualista del bolchevismo. Las creencias apocalípticas gnósticas y sectarias de que el mundo era corrupto se tradujeron en la revolución. Agursky afirma que «las sectas místicas rusas jugaron un papel extremadamente importante en la revolución bolchevique» [15].

 

La URSS siempre se refirió al «Occidente decadente» como lo hizo el historiador conservador Oswald Spengler. Es notable que La decadencia de Occidente de Spengler fuera un éxito de ventas en la Rusia soviética ya en 1923, cuando fue traducido [16].

 

Herzen, como padre del socialismo ruso, vio que Rusia tenía la misión de liderar la revolución universal para renovar la humanidad. El marxismo alemán seguía comprometido con la supremacía de la Patria. Por lo tanto, los socialdemócratas alemanes se encontraban entre los partidarios más entusiastas del militarismo durante la Primera Guerra Mundial. La principal preocupación de Lenin al tratar con Alemania era garantizar que no se produjera una revolución socialista allí. Los comunistas alemanes, por su parte, albergaban la rusofobia de Marx y Engels. Liebknecht, líder del partido socialdemócrata alemán, escribió «¿Debe Europa convertirse en un lugar de cosacos?» donde Rusia aparecía como semi-bárbara y una amenaza para la libertad europea y especialmente la alemana. Esta rusofobia fue continuada por su sucesor, Bebel. Durante la década de 1880, Bebel afirmó la rusofobia del partido, alentada por Engels, quien exigía un ejército alemán poderoso [17].

 

El bolchevismo

 

El carácter de Rusia como una superpotencia intrínseca configura la forma en que el jefe de Rusia desarrollará su régimen, a menos que uno sea como Yeltsin, por ejemplo, atípicamente interesado en integrar a Rusia en una llamada «comunidad mundial», política, económica y culturalmente la corta duración indica la profundidad de la tradición rusa. El bolchevismo de Lenin se convirtió en nacionalista y geopolítico, y las nociones de revolución mundial expresadas por los partidos comunistas extranjeros [18] fueron puestas al servicio de la política exterior rusa. Aquellos que no podían servir como tal fueron hundidos, y esto incluye en particular a los comunistas alemanes y al Comintern. Desde el conflicto entre Marx y Herzen, Agursky afirma que el «patrimonio nacional del socialismo ruso fue absorbido por Lenin en su totalidad, aunque transformado y sintetizado» [19].

 

El bolchevismo despreciaba el liberalismo, personificado por los demócratas constitucionales o el partido Kadets. Después del triunfo del bolchevismo, muchos incluso entre los oficiales zaristas y emigrados se reconciliaron con el bolchevismo debido a la creación de un Estado ruso centralizado y fuerte. Agursky muestra que este apoyo de la derecha y los ex-zaristas al bolchevismo fue sincero y por principios más que algo oportunista.

 

La Okhrana, la policía secreta rusa, había mantenido contactos con los bolcheviques, considerándolos preferibles a los mencheviques, a los socialistas revolucionarios y a los kadetes. El editor del órgano bolchevique, Pravda, era un agente de la Okhrana. El terreno común entre los bolcheviques y Okhrana era su oposición al liberalismo, con el cual los mencheviques estaban alineados. Los bolcheviques, con su oposición a los alemanes y otros marxistas occidentales, fueron considerados por la Okhrana como compañeros patriotas rusos [20]. En comparación con estas facciones, Lenin y otros líderes bolcheviques, cuando eran procesados ​​fueron tratados favorablemente [21].
En lo que Agursky llama «los constructores de Dios» entre los bolcheviques, Maxim Gorky, un socialista ruso a la manera de Herzen, y un personaje central en la cultura y la ideología soviéticas, se refiere a «Dios [siendo] resucitado por el alma colectiva de Rusia expresada como una sola voluntad popular” [22]. Incluso consideró a los “Centenas Negras”, un movimiento de masas antisemita de la ultraderecha entre campesinos y trabajadores, como un núcleo para la revolución. Muchos de ellos pasaron al bolchevismo, una vez más gracias a la oposición al liberalismo y al capitalismo como factor común [23]. Lenin y Stalin declararon que el liberalismo y el partido Kadet eran el enemigo, no los «Centenas Negras» [24]. Lenin, Stalin, Kamenev y Rykov, en el momento de la Revolución de Febrero, hablaron de una revolución nacional, y Stalin se refirió expresamente al pueblo ruso como el «único aliado verdadero» de un «ejército revolucionario ruso» [25]. Agursky declaró que los mayores aliados de los bolcheviques eran «la derecha radical», «lo que hizo posible la revolución bolchevique» [26]. Los «Centenas Negras» siempre fueron anticapitalistas. El bolchevismo para muchos rusos parecía preferible a los mencheviques fuertemente judíos y los revolucionarios socialistas, y una «dictadura del proletariado» era preferible al liberalismo de los kadetes [27].

 

Lunatcharsky, primer comisario soviético para la educación, y un hombre de cultura que se aseguró de que la herencia rusa no fuera devastada por los celosos marxistas y nihilistas, fue otro destacado «constructor de Dios» [28]. Lunatcharsky ya en 1907 consideraba el bolchevismo como la influencia restrictiva sobre la destrucción revolucionaria [29]. En 1928 citó la Biblia en la celebración del centésimo aniversario de Tolstoi, afirmando que la Biblia defendía el derecho del campesinado contra el capitalismo [30].

 

Lenin – un patriota ruso
El propio Lenin fue inequívoco al explicar que la revolución bolchevique tenía que redimir a Rusia a nivel nacional de la degeneración, y escribió durante la Primera Guerra Mundial que los «grandes proletarios rusos» aman su idioma y su país. Las «grandes masas rusas» llevarían al mundo a una nueva humanidad. Los trabajadores revolucionarios querían una «Gran Rusia libre, independiente y orgullosa» [31]. Vio a Rusia como una potencia mundial, no como el centro de una revolución marxista mundial. Lenin escribió que Rusia dejó de ser «miserable e impotente», para volverse «poderosa y abundante». La revolución había desatado los latentes «poderes creativos del pueblo… para construir una Rusia verdaderamente poderosa y abundante» [32]. El patriotismo, lejos de ser un sentimiento burgués para dividir a la clase trabajadora, fue, escribió Lenin en Pravda en 1918, un sentimiento «profundamente arraigado», y las «patrias» eran producto de milenios de desarrollo. La aparente traición del patriotismo por parte del Armisticio con Alemania, el Tratado de Brest-Litovsk, fue desafortunada pero necesaria, y no indicaba una salida del bolchevismo del patriotismo. Lenin declaró inequívocamente que la revolución socialista debería verse como una táctica para mantener la «independencia y libertad» de Rusia [33].

 

En 1919, Stalin repitió el principio leninista, que se convertiría en la premisa estalinista, de que el gobierno soviético es un verdadero «gobierno nacional», que libera a Rusia del «imperialismo mundial» [34]; la globalización de hoy. Stalin, como Spengler, Jung, Fichte o el ruso Berdyaev, escribió acerca del alma popular y de los estadounidenses como un pueblo con un «alma industrial-comercial», al tiempo que expresaba la tradición mesiánica del sacrificado y mártir pueblo ruso como el salvador del mundo [35].

 

La convergencia con la derecha
Agursky describe el bolchevismo como un triunfo de la voluntad popular, en la tradición del populismo ruso. Lenin y otros líderes bolcheviques fueron llevados por él. El bolchevismo se convirtió en una revuelta populista contra las influencias extranjeras en lo económico, político y cultural. El poeta Riurik Ivnev elogió la Revolución como un resultado mesiánico: «Dostoievski me enseñó a comprender mi Rusia» [36]. Los literatos de Rusia repasaron el bolchevismo, viéndolo en términos mesiánicos, místicos e incluso cristianos. Esta tendencia produjo dos colecciones de poesía en 1917 y 1918; Skify («escitas»). El editor fue Ivanov-Razumnik, quien consideraba la revolución como genuinamente «rusa», no «extranjera» o marxista. Estos eslavófilos pro-bolcheviques creían que Rusia era la nueva escita que purgaría el mundo de la decadencia. Alexander Blok vio a Rusia de esta manera, declarando que el «viejo mundo» perecería ante los nuevos escitas. Andre Bely, una influencia importante y duradera en la cultura soviética, antroposofista y amigo de Rudolf Steiner, vio el bolchevismo en términos místicos y cristianos, escribiendo que «Rusia era el Dios, que derrota a la serpiente», crucificado y resucitado [37]. Lunatcharsky vio al ruso en términos de Dostoievski como el libertador mundial mesiánico [38].

 

Entre los primeros de la derecha en alabar el bolchevismo estaba Vasily Sulgin, quien fue, antes de la revolución, vicepresidente de la conservadora Unión Nacional Rusa. Él veía al Ejército Rojo como un vigorizado ejército ruso. Previó el surgimiento de un líder que sería energizado por el bolchevismo y motivado por el nacionalismo [39].

 

El novelista y poeta Ieronim Yaskinsky, un nacionalista, consideraba a los bolcheviques profundamente arraigados en Rusia, que se convertían en héroes rusos fuertes. Se convirtió en una figura literaria soviética.

 

El nacionalista de derecha, el profesor Nicholai Ustrialov, miembro de la Universidad de Moscú, que apoyó el reducto antibolchevique del almirante Kolchak en el Lejano Oriente ruso, después de 1920 comenzó a abogar por el Nacional Bolchevismo. Previó el bolchevismo como un movimiento hacia el nacionalismo [40]. Era un hegeliano que veía la historia desarrollarse dialécticamente [41]. Al igual que otros nacionalistas de derecha que se adhirieron al bolchevismo, Ustrialov vio que el Estado soviético había eliminado la podredumbre del liberalismo. La destrucción provocada por el bolchevismo era un purgante histórico necesario que resucitaría a Rusia. Los lemas sobre el internacionalismo sirvieron a los intereses nacionales e imperiales rusos [42]. En Harbin, China, donde él y otros emigrados rusos se establecieron, se convirtió en el centro de la intelectualidad Nacional Bolchevique. Entre los autodeclarados partidarios del Nacional Bolchevismo se encontraba Vladimir L’vov, quien había sido procurador del Sínodo ruso [43]. Muchos regresaron a Rusia y desempeñaron un papel influyente, especialmente en la cultura de la URSS [44].

 

El legado de Lenin

 

Agurksy afirma que el «socialismo de Stalin en un solo país» no fue una innovación; había sido incluso antes de 1917 una influencia importante en el bolchevismo. Para «la mayoría de los bolcheviques» el objetivo no era la revolución mundial, sino la revolución dominada por Rusia; el anhelo mesiánico de Moscú como la «Tercera Roma» que reestructura la humanidad a imagen de los rusos [45]. La cuestión se resolvió con las Grandes Purgas de la década de 1930. El Comintern fue cerrado, los comunistas extranjeros, especialmente los comunistas alemanes, fueron hundidos, y la mayoría del comité central del partido alemán que huyó de Hitler, fueron ejecutados en la URSS [46].

 

Quizás el movimiento más simbólico fue la restauración de la Iglesia Ortodoxa bajo Stalin, cuyo compromiso con el «ateísmo sin Dios» es dudoso, en la medida en que hoy se lo representa como un santo en los iconos ortodoxos y en las publicaciones de las Iglesias. Su legado permanece. El Partido Comunista de la Federación Rusa, liderado por Ziuganov, que mantiene un papel importante en la política, con una orientación nacional bolchevique, pidió a la Iglesia que canonizara a Stalin en 2008 [47]. En 2014, el Monasterio de la Trinidad Lavra de San Sergio en Moscú, un centro de la ortodoxia, publicó un calendario que conmemoraba la vida de Stalin, comenzando desde sus días como estudiante del seminario. Mikhail Babkin, un destacado historiador ruso especializado en estudios de la Iglesia Ortodoxa Rusa, comentó que «el vínculo entre el Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa y Stalin sigue siendo cercano a lo sagrado» [48].

 

Incluso muchos ex-partidarios del Zar llegaron a consideraron el Apocalipsis de la Revolución que descendió sobre Rusia como dialécticamente una necesidad histórica, y que era el precursor de un nuevo comienzo. Rusia se había estancado y se estaba convirtiendo en una colonia de extranjeros en lo económico, político y cultural. Ella necesitaba una cirugía drástica. Las reformas eran insuficientes, mucho menos el liberalismo occidental. Sigue habiendo una fuerte corriente de opinión entre los comunistas de Ziuganov, los eurasianistas y otros partidos de la derecha y la izquierda rusas, que creen que sin el bolchevismo Rusia se habría hundido en un atolladero de decadencia; que a partir de los horrendos dolores de parto de la revolución y la guerra civil, Rusia renació y se restableció a las posibilidades del destino anunciado por Dostoievski y otras figuras religiosas y literarias con inclinación mística y mesiánica a lo largo de los siglos. Es una corriente que continúa existiendo en círculos influyentes, y ha persistido en Rusia, ya sea bajo el zarismo, el bolchevismo o el putinismo.

 

Notas:

 

[1] K. R. Bolton, Revolution from Above (London: Arktos Media Ltd., 2011), 57-65.

[2] Bolton, ibid. Also see Dr. Richard Spence’s Wall Street and the Russian Revolution 1905-1925 (Walterville, Oregon: Trine Day, 2017).

[3] Mikhail Agursky, The Third Rome: National Bolshevism in the USSR (London: Westview Press, 1987), 233. El Dr. Agursky fue asesor de la industria militar soviética, se convirtió en un disidente que emigró a Israel y siguió una carrera académica. Su padre, Salomón, había sido líder de la sección judía del partido bolchevique y el historiador oficial del partido. El libro de Agursky es una lectura esencial para comprender el desarrollo de la URSS.

[4] Agursky, ibid., 234.

[5] Ibid., xiii.

[6] Ibid., xiii.

[7] V. I. Lenin, “In Memory of Herzen,” Sotsial-Demokrat No. 26, 8 May 1912; https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1912/may/08c.htm

[8] Agursky, 21.

[9] John Plant, “Marking the Death of Cyril Smith,” https://www.marxists.org/reference/archive/smith-cyril/obituary.htm

[10] Cryil Smith, “Marx at the Millennium” (1998) https://www.marxists.org/reference/archive/smith-cyril/works/millenni/smith2a.htm

[11] Agursky, 17.

[12] Ibid., 18-19. See: Karl Marx and Frederick Engels, The Russian Menace to Europe, edited by Paul Blackstock and Bert Hoselitz (London: George Allen and Unwin, 1953).

[13] Dostoyevsky, Diary of a Writer, quoted by Agursky, 55.

[14] Agursky, 11.

[15] Ibid., 61.

[16] Ibid., 229.

[17] Ibid., 62-63, 65.

[18] Ibid., 72.

[19] Ibid., 73.

[20] Ibid., 105.

[21] Ibid., 102.

[22] M. Gorky, Ispoved (“Confession,” 1907), cited by Agursky, 88.

[23] Agursky, 116-117.

[24] Ibid., 118.

[25] J. Stalin, Works, cited by Agursky, 150.

[26] Ibid., 151.

[27] Ibid., 152.

[28] Ibid., 88.

[29] Ibid., 92.

[30] “Lunatcharsky Takes Bible as Tolstoy Celebration Text,” Jewish Telegraphic Agency, 13 September 1928.

[31] V. I. Lenin, Collected Works, quoted by Agursky, 144.

[32] Ibid., quoted by Agurksy, 193.

[33] Ibid., quoted by Agursky, 204.

[34] Agursky, 205.

[35] Ibid., 207.

[36] R. Ivnev, “Rossia,” 1922.

[37] A. Bely, Kristos voskrese, 1923.

[38] Lunatcharsky, cited by Agursky 206.

[39] Ibid., 238-239.

[40] Ibid., 240.

[41] Ibid., 243.

[42] Ibid., 245.

[43] Ibid., 247-251.

[44] Ibid., 257.

[45] Ibid., 306.

[46] K. R. Bolton, Stalin: The Enduring Legacy (London: Black House Publishing, 2012), 6-9.

[47] Adrian Blomfield, “Could Joseph Stalin Be Made a Saint?,” The Telegraph, 22 July 2008; www.telegraph.co.uk/news/worldnews/europe/russia/2445683/Could-Josef-Stalin-be-made-a-saint.html

[48] “Russian Orthodox Church Slammed for Stalin Calendar,” Radio Free Europe, 8 January, 2014; www.rferl.org/a/russia-stalin-calendar/25224022.html

 

Cosmismo bolchevique y cosmismo de Occidente

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Por Ernesto Milá

 

info-Krisis.- Fue en 1992 (o quizás fuera en 1994) cuando conocidos a Alexandr Duguin, el cual nos habló por primera del “cosmismo”. Lo que nos dijo en aquel momento, casi textualmente, fue lo que pudimos leer luego en su libro Rusia y el Misterio de Eurasia, en donde tocaba con cierto detenimiento (pero no exhaustivamente), los rasgos y el papel del cosmismo en la historia reciente de Rusia y del período soviético. Desde aquel momento experimentamos un vivo interés por esta corriente filosófica, sin embargo, la falta de traducción de las obras de su fundador, Fiodorov, eran un obstáculo para poder penetrar en ella. Con el tiempo, Internet ha ido facilitando progresivamente el conocimiento y comprensión de esta doctrina  ofreciendo fuentes documentales en distintos idiomas occidentales accesibles. Este trabajo es, pues, en cierto sentido, un trabajo de síntesis en castellano sobre todo lo publicado sobre el cosmismo en Internet, pero es algo más. Es un trabajo crítico y, al mismo tiempo que intenta aportar un elemento decisivo y nuevo: el cosmismo en Occidente. Por que lo sorprendente es que, de manera expontánea, aparentemente sin lazos orgánicos directos, las mismas ideas puestas en circulación por Fiodorov fueron asumidas por personajes y movimientos muy diversos en los países occidentales y, más o menos, en las mismas épocas. Identificar cuáles eran esas corrientes y como se manifestaron supone un ejercicio intelectual curioso no realizado hasta ahora. Sigue leyendo

Cara a cara con Dios / los dioses

Robert Schmadtke entrevista a Boris Nad. Autor serbio, representante del Movimiento Euroasiático, líder de la Cuarta Teoría Política y amigo de Open Revolt. Publicado con supermiso.

Las preguntas son de Robert y no expresan nuestros propios pensamientos necesariamente.

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Robert Schmadtke: ¿Cómo llegaron usted y el profesor Dugin a incluir elementos deñ Thelema de Crowley en sus ideas?

Boris Nad: No puedo hablar en nombre de Dugin, sino solo en mi nombre y sobre mi relación con Crowley. Crowley es una personalidad muy interesante y contradictoria, que generalmente va más allá de sus seguidores e intérpretes. Podemos decir: es una persona de carisma magnético. El problema con Crowley es principalmente un problema de interpretación y las formas de interpretación. Debemos agregar a esto su propensión al escándalo y la mistificación. «Si lo asociamos con el satanismo», comentó Julius Evola, «es porque él mismo nos invita a hacerlo». Por lo tanto, el interés en este autor es completamente natural. Hay un fuerte impulso metafísico en su doctrina. Sigue leyendo

La Realidad del Ocultismo Nacionalsocialista

Del libro de Stephen Flowers y Michael Moynihan «The Secret King» (2ª edición de 2007) publicamos aquí en castellano la segunda sección y final de su Introducción, The Reality of Nazi Occultism, con algunos párrafos menos. El objetivo de esta introducción, dicen los autores, es proporcionar una biografía general de Karl Maria Wiligut junto con una discusión sistemática de su ideología esotérica, su legado, y las probables influencias que hubo sobre la tradición personal del rey secreto de Alemania, según admitió serlo.

La REALIDAD del OCULTISMO «NAZI»

por Stephen E. Flowers y Michael Moynihan, 2007

 

  1. LA REALIDAD DEL OCULTISMONAZI

     Si bien hemos disipado algunos de los mitos en la primera parte de esta introducción [*], una pregunta más grande todavía permanece: ¿hay alguna realidad en la idea del ocultismo NS? Casi todos los ocultistas practicantes o hermandades iniciáticas secretas activas en Alemania antes de la ascención nacionalsocialista al poder fueron en algún momento prohibidos y cerrados por el gobierno. El ocultismo fue usado por el establishment alemán en la propaganda, pero no de una manera abierta. Una de las únicas excepciones a esta regla ha de ser encontrada en la sección Ahnenerbe de la SS, donde Heinrich Himmler proporcionó apoyo a algunos de sus propios intereses y pasiones espirituales, como el folklore, el mito y las runas. Es en la persona de Karl Maria Wiligut que llegamos más cerca a cualquier participación gubernamental oficial con la antigua corriente intelectual völkisch primero promovida por Guido von List y otros, y es Wiligut quien puede ser visto como un practicante «ocultista nazi«.

El Misterio de Wiligut

     Los trabajos escritos de Karl Maria Wiligut —también conocido como Lobesam, Jarl Widar y Karl Maria Weisthor— son documentos misteriosos. Sería extremadamente difícil entenderlos sin algunas palabras introductorias que proporcionen algún contexto para los contenidos a menudo inefables de su obra. Wiligut es de algún modo único como un escritor esotérico. Por ejemplo, él escribió relativamente poco (en comparación con su predecesor Guido von List) y publicó incluso menos (la mayor parte de su trabajo permanece en archivos). Mucho de su material publicado está en la forma versos rimados de su saber, con frecuencia ilustrados o demostrados con ideogramas o runas. Él también se distingue como el esoterista mejor conocido que tuvo un rango oficial en la SS y por haber producido material esotérico para el Reichsführer-SS Heinrich Himmler. El trabajo de Wiligut es así lo más cercano que tenemos a datos primarios y objetivos para cualquiera de las a menudo muy mitologizadas nociones del «ocultismo nazi«.

     Junto con todos estos factores distintivos, Wiligut fue también en gran parte un producto del Zeitgeist que gobernó su tiempo y las influencias que lo precedieron a él. El objetivo de esta introducción es proporcionar una biografía general de Wiligut junto con una discusión sistemática de su ideología esotérica, su legado, y las probables influencias sobre su tradición en conjunto.

     Wiligut es un hombre eternamente obscuro. Él era una figura sombría en la Austria de comienzos del siglo XX, publicó sus ideas sólo en periódicos poco conocidos en los años ’30, y llegó a ser un miembro de la SS de Himmler en 1933 donde produjo lo que equivalía a informes privados para su jefe. Su lugar exacto en —y su impacto sobre— la cultura ocultista de la Alemania de principios del siglo XX son por lo tanto difíciles de evaluar.

LA VIDA DEL REY SECRETO DE ALEMANIA

PERÍODO TEMPRANO (1866-1919)

     Cuando la vida de Wiligut se hace significativa en la historia del ocultismo de Europa Central él era ya un hombre maduro. Publicó su primer libro, «Seyfrieds Runen» (Las Runas de Seyfried), cuando tenía 37 años y era un capitán en el ejército austriaco.

     Poco se sabe de la vida más temprana de Wiligut. Él nació el 10 de Diciembre de 1866 a las 23:00 hrs. en Viena, hijo de un oficial de ejército de segunda generación, Franz Karl Wiligut, el cual nació en Budapest en 1838. Según algunas fuentes, el padre de Wiligut era un hombre bien posicionado en círculos imperiales (Mund, Der Rasputin Himmlers, 1982, pp. 13-14), quien fue transferido al deber policial tras su matrimonio. A la edad de catorce años Karl Maria comenzó a seguir los pasos de su padre y de su abuelo y se matriculó en la Escuela Imperial de Cadetes en Viena-Breitensee. En Diciembre de 1884 él se integró al 99º Regimiento de Infantería en Mostar, Herzegovina. La carrera militar de Wiligut prosiguió rápidamente cuando él, cuatro años más tarde, fue promovido al rango de teniente segundo, a teniente dentro de otros cuatro años, a capitán en 1903, y diez años más tarde al rango de mayor. Durante la Primera Guerra Mundial Wiligut sirvió con distinción en el combate con armamento pesado en el frente ruso. Hacia el final de la guerra él había sido promovido al rango de coronel (Oberst) [1]. Después del colapso de Austria después de la «Gran Guerra» (1ªGM), Wiligut se retiró del ejército el 1º de Enero de 1919 y comenzó a residir en Salzburgo.

[1] Véase de Rudolf J. Mund, Der Rasputin Himmlers. Die Wiligut-Saga, Viena, 1982, pp. 18–22, para más detalles acerca del historial militar de Wiligut.

     Durante los años previos a la Primera Guerra Mundial Wiligut había estado activo en otras áreas de la vida también. En 1907 se casó con Malwine Leuts von Treuenringen, quien le dio dos hijas, Gertrud (1907) y Lotte (1910), y un hijo que era el gemelo de una de las hijas. El muchacho murió en la infancia. La muerte de su hijo debe haber afectado a Wiligut enormemente, ya que él enseñó que su tradición sólo podría ser esencialmente transmitida a su hijo mayor (Mund 1982, p. 16).

     Intelectualmente, Wiligut estuvo activo también. En 1903 él publicó «Seyfrieds Runen». Aquél es un poema épico que vuelve a contar la leyenda del rey Seyfried de Rabenstein. La leyenda se centra en una región geográfica alrededor del río Taja, un tributario del March (ahora llamado el Morava en la República Checa). En una introducción fechada en1902 Wiligut proporciona un resumen de la historia y suministra su propia interpretación natural-mitológica. En 1908, según Mund (p. 18), Wiligut redactó los «»Nueve Mandamientos de Gôt» por primera vez desde las quemas de libros de Ludwig el Piadoso». Aproximadamente en la misma época Wiligut también comenzó a relacionarse con Theodor Czepl, un miembro de la Ordo Novi Templi (ONT) de Jörg Lanz von Liebenfels en Viena. Es muy probable que Wiligut fuera presentado en el círculo vienés de esoteristas por su primo Willy Thaler, que era un miembro del círculo de Lanz.

     Por lo que se refiere a participación en «órdenes», se sabe que Wiligut se convirtió en un miembro de Schlarraffia, una logia cuasi-masónica, en 1889. Nicholas Goodrick-Clarke señala que esa logia no parece haber tenido ningún vínculo con grupos o ideas nacionalista-esotéricos (The Occult Roots of Nazism, 1985, p. 179 [*]). El nombre de de Wiligut en dicha logia era Lobesam («Digno de elogio»). Él usó ese nombre cuando publicó por primera vez las Seyfrieds Runen. Él ascendió hasta el grado de Caballero y al cargo de Canciller antes de renunciar a la logia en 1909. Sabiendo lo que sabemos sobre la actitud de los grupos esotérico-nacionalistas hacia la Masonería y la cuasi-masonería, no parece irrazonable suponer que la dimisión de Wiligut de Schlarraffia ocurrió a consecuencia de la influencia de los miembros de la ONT con los que él se relacionó el año anterior [2].

[*] http://editorial-streicher.blogspot.com/2011/11/nicholas-goodrick-clarke-karl-maria.html

[2] Documentos secretos internos del NSDAP [19.10.37 BA NS 21/vorl. 43] identifican a Wiligut como un «francmasón». Véase de Ulrich Hunger, Die Runenkunde in Drtitten Reich, Frankfurt, 1984, p. 164, nota 22.

     La Viena de principios del siglo XX era tierra fértil para el nacionalismo esotérico. En ese campo las dos figuras más importantes e influyentes en la ciudad eran Guido von List y Jörg Lanz von Liebenfels. List y Lanz estaban en términos amistosos y eran íntimos de los mismos círculos orientados por el establishment. Lanz aparece en las listas de miembros de la Sociedad Guido von List, y List es nombrado como un familiar de la ONT. El joven Lanz debe haber sido al menos algo influído por el mayor y más establecido List, quien había estado publicando obras literarias y folklorísticas en Austria desde la década de 1870 y que se convirtió en el centro de un culto a la personalidad hacia 1908. Entre 1908 y 1919 List publicó toda una serie de trabajos que esbozan su forma de misticismo rúnico y lingüístico [3]. Los años 1907-1908 fueron también importantes para Lanz von Liebenfels, ya que fue entonces que su ONT (originalmente fundada en 1900) tomó una forma definida.

[3] Para una discusión de los contenidos de las obras de List, véase la introducción de Stephen E. Flowers a su traducción de «El Secreto de las Runas» de Guido von List (1988).

RETIRO Y CONFINAMIENTO (1919-1927)

     En los años inmediatamente posteriores al retiro de Wiligut del ejército austriaco en 1919 él parece haberse sumergido más en estudios esotéricos. Aparentemente Lanz von Liebenfels, recordando el potencial de Wiligut, encomendó a Theodor Czepl que renovara el contacto con el coronel. Czepl lo visitó tres veces, y una vez incluso pasó siete semanas enteras con él en Salzburgo en el invierno de 1920-1921 (Goodrick-Clarke 1985, p. 180).

     En un informe a Lanz, Czepl escribió acerca de la creencia de Wiligut de que él era el «rey secreto de Alemania», como el heredero del Ueiskuning o «clan sagrado». Además, Wiligut dijo que él creía que la Biblia se había originado en Alemania y que por medio de traducciones erróneas y falsificaciones intencionales había sido alterada hasta su actual forma. Como un regalo de despedida, el coronel le dio a Czepl un poema titulado «Deutscher Gottesglaube» (Fe Alemana en Dios), que se suponía que contenía la «esencia entera y la doctrina del cristianismo Irmínico» [4].

[4] Véase Mund 1982, pp. 32–34. Ese poema no tiene obvios elementos no-cristianos y puede ser leído como una forma Romántica de cristianismo corriente.

     Durante principios de los años ’20 Wiligut también llegó a involucrarse cada vez más en asuntos políticos. Él editó un diario, Der Eiserne Besen (La Escoba de Hierro), que estaba destinado a exponer las conspiraciones de los judíos, los masones y los católico-romanos, especialmente los jesuítas (Goodrick-Clarke 1985, p. 182).

     Esos años fueron también difíciles. La relación de Wiligut con su esposa se había ido deteriorando lentamente desde la muerte de su pequeño hijo. Los años de posguerra fueron también difíciles psicológica y financieramente. Parece que los fracasados negocios comerciales de Wiligut (principalmente una empresa de aserradero en sociedad con un viejo conocido del ejército), en combinación con su creciente interés en asuntos esotéricos, y mezclado con la pobre situación matrimonial, resultó en que su esposa procurara hacer que el coronel fuera declarado mentalmente incompetente y consignado a una institución mental.

     El 29 de Octubre de 1924, mientras estaba sentado en una cafetería de Salzburgo con amigos, llegó una ambulancia, surgieron los auxiliares y violentamente tomaron a Wiligut en custodia, obligándolo incluso a ponerse una camisa de fuerza. En un informe registrado más de un año más tarde, los motivos principales que las autoridades dieron para el continuado confinamiento de Wiligut tenían que ver con sus extrañas ideas cosmológicas y religiosas, que incluían la noción de que él «remonta su ascendencia hasta Wodan» [5].

[5] Para el texto de ese informe, véase Mund 1982, pp. 38–43.

     Durante el tiempo de su «hospitalización» Wiligut pudo mantener contacto con sus colegas en círculos esotérico-nacionalistas. Entre éstos se destacaban Emil Rüdiger, Friedrich Teltscher, Friedrich Schiller (ONT), y varios miembros de la Sociedad Edda (fundada por Rudolf John Gorsleben), como Werner von Bülow, Richard Anders (ONT) y Käthe Schaefer-Gerdau.

LIBERACIÓN Y SERVICIO EN LA SS (1927-1939)

     Después de su liberación final del asilo a principios de 1927, Wiligut permaneció en Salzburgo y recibió visitantes desde Alemania (el círculo Edda) y de Viena (principalmente hermanos de la ONT). Fue durante ese período que Wiligut reveló sus «Halgarita-Sprüche» (Encantamientos Halgarita), que fueron transmitidos principalmente a su alumno Emil Rüdiger en los años 1928-1929. En el otoño de 1932 él recibió a fräulein Frieda Dorenberg. Ella era un miembro del NSDAP incluso antes que Adolf Hitler (ella tenía el número 6 entre los inscritos) y era a veces llamada «la conciencia del Partido». Ella también estaba profundamente involucrada en asuntos esotéricos, y era miembro de la Sociedad Edda. Fue ella, en cooperación con otros miembros de dicha Sociedad, la que consiguió que Wiligut fuera pasado de contrabando a Alemania con una identidad falsa. De ese modo, con sus hijas crecidas, y tras haber dejado de ser vigilado por las autoridades, Wiligut huyó de Austria en 1932 y comenzó a vivir de manera clandestina cerca de Múnich en el barrio residencial de Bogenhausen. Allí él comenzó a enseñar en el contexto de un círculo esotérico llamado los Freie Söhne der Nord-und Ostsee (Hijos Libres de los Mares del Norte y Báltico). Fue durante ese período que, bajo el seudónimo de «Jarl Widar» [6], él comenzó a escribir sus contribuciones para el diario Hagal (originalmente llamado Hag All All Hag).

[6] Jarl es un término del nórdico antiguo para designar a un hombre de la nobleza (cf. con el inglés «earl»), y Widar es una forma germanizada del nórdico antiguo Vidharr, el dios que venga a Odhinn tras ser tragado por el lobo Fenris en el final de los tiempos.

     Wiligut, ahora con más de sesenta años, fue bien acogido y muy respetado en esos círculos völkisch. Es probable que al menos algo de ese respeto derivara de su largo y distinguido historial militar y su servicio en combate durante la «Gran Guerra».

     Fue el antiguo amigo de Wiligut, Richard Anders, para esas fechas un miembro de la SS, el que contribuyó decisivamente a presentarle al Reichsführer-SS Heinrich Himmler al viejo coronel. Los nacionalsocialistas subieron al poder en Alemania el 30 de Enero de 1933. Más tarde ese año Wiligut conoció a Himmler por primera vez en Detmold en una conferencia de la Nordische Gesellschaft. Poco después de entonces, en Septiembre de 1933, Wiligut se unió a la SS bajo el seudónimo de «Karl Maria Weisthor». El propio curriculum vitae de Wiligut, que él mismo escribió en 1937 bajo el nombre de «Karl Maria Wiligut-Weisthor», indica su historia pasada como un paciente en una institución mental [7]. Por lo tanto Himmler estaba consciente de su pasado, pero lo mantuvo en secreto.

[7] Véase el curriculum vitae de Wiligut en Karl Hüser, Wewelsburg 1933-1945. Kult und Terrorstätte der SS, Paderborn, 1982, pp. 202–204.

     Dos meses más tarde Wiligut fue oficialmente designado jefe del Departamento de Prehistoria e Historia Temprana, dentro de la Rasse-und Siedlungshauptamt (Oficina Central de Raza y Colonización) con sede en Múnich. A partir de ese tiempo se desarrolló una relación más cercana entre Himmler y su nuevo consejero sobre tradiciones antiguas. En Abril de 1934 Weisthor fue promovido al rango de SS-Standartenführer (coronel). Aunque esa rama de la Allgemeine SS (SS Total) no requería ninguna pericia militar, y era más una «orden caballeresca» que una unidad militar, el hecho de que Wiligut hubiera tenido el rango de Oberst (coronel) en el ejército austriaco, y hubiera servido valientemente en batalla, hizo más segura su posición en la organización de Himmler.

     Los artículos de Wiligut siguieron apareciendo en la revista Hagal de Von Bülow hasta 1935. En la primavera de aquel año Wiligut se trasladó desde Múnich a Berlín, y se estableció en su propia casa en la calle Kaspar Theyss Nº 33, y se convirtió en parte del personal privado de Himmler. Aunque el trabajo de «Weisthor» fuera en algunos aspectos similar al de la Ahnenerbe (el departamento SS encargado de la investigación de la antigua historia ancestral y cultural germánica, establecido en el verano de 1935), su posición era esencialmente separada de aquella oficina. Wiligut trabajó para Himmler personalmente, mientras que la Ahnenerbe era parte de una estructura más grande sujeta a estándares académicos más objetivos.

     Las áreas importantes en las cuales Wiligut trabajó para Himmler incluyeron su conceptualización del castillo Wewelsburg como el «centro del mundo»; el diseño del anillo SS; la creación de varios rituales y diseño de objetos rituales para ser usados en ceremonias SS; y una corriente constante de informes sobre asuntos esotéricos de teología, Historia y cosmología publicados en su mayor parte de manera privada para Himmler.

     El castillo Wewelsburg es una estructura del siglo XVII localizada cerca de Büren en Westfalia. Himmler primero vio el castillo en 1933 mientras estaba en un viaje de campaña del Partido. No se sabe si Wiligut lo acompañó en ese viaje; sin embargo, es seguro que el coronel influyó en él enormemente en cuanto a la conceptualización del castillo como un cuartel central mundial para una orden de caballeros, la SS(Hüser 1982, pp. 33, 40). Poco después de que Wewelsburg fue transferido a la SS, se convirtió en la sede central de la Gesellschaft zur Förderung und Pflege deutscher Kulturdenkmäler (Sociedad para la Promoción y el Cuidado de los Monumentos Culturales Alemanes) y fue transformado posteriormente en una «academia nórdica» para la educación ideológica —o iniciación— de líderes SS. Fue cada vez más conceptuado como un Castillo de la Orden (Ordensburg) y remodelado para convertirse en el espacio ritual para ceremonias particulares del círculo de la élite de Himmler dentro de la SS.

     Central para ese culto era la torre Norte del castillo. El espacio más bajo en esa torre, la bóveda, llegó a ser mencionado como el «Walhalla», la Sala de los Muertos en Batalla. Encima de esa bóveda está la cámara de la columnata, en el suelo de la cual está decorado el símbolo más distintivo de Wewelsburg, el así llamado Sol Negro. La sala de la columnata iba a llegar a convertirse en la cámara ritual central de la orden de caballeros SS que Himmler y Wiligut previeron.

     Ese castillo debía ser el centro de comando principal para campañas culturales así como militares para la extensión de un nuevo Imperio ario, y, en la concepción de Himmler y Wiligut, un baluarte contra la invasión de «sub-humanos» del Este, los bolcheviques.

     Wewelsburg llegó a ser un gran depósito para toda clase de tradiciones, rituales y objetos de la SS. Al final de la guerra, a medida que las tropas estadounidenses se acercaban a la región, el castillo fue hecho volar el 31 de Marzo de 1945 por hombres SS que actuaron por órdenes de Himmler. Tres días más tarde las tropas norteamericanas llegaron allí y aseguraron el sitio. En cuanto a lo que le sucedió a la mayor parte del material y documentos originalmente alojados en el Ordensburg, hay tres respuestas: algo de ello debe haber sido removido antes de la detonación del edificio; otro poco fue saqueado por vecinos del pueblo cercano durante los tres días entre la detonación y la llegada de los estadounidenses; y el resto fue saqueado por estos últimos soldados.

 

     El objeto del culto más importante de la SS es el «anillo de la calavera» (Totenkopfring). Wiligut es ampliamente acreditado con su diseño (Hunger 1985, p. 164). El texto de un documento que era presentado a los hombres SS junto con el anillo dice:

     «Le otorgo a usted el anillo de la calavera de la SS.

     Él es:

     Un signo de nuestra lealtad al Führer, nuestra inquebrantable obediencia a nuestros superiores, y nuestra firme solidaridad y camaradería.

     La calavera es una advertencia para estar preparados en cualquier momento a arriesgar nuestras propias vidas individuales por la vida del todo colectivo.

     Las runas a los lados de la calavera son signos sagrados de nuestro pasado, con el cual hemos sido conectados de nuevo por medio de la filosofía del Nacionalsocialismo.

     Las dos runas Sieg simbolizan el nombre de nuestro Escuadrón de Protección [Schutzstaffel, SS].

     La Esvástica y la runa Hagall deben mantener nuestra atención sobre nuestra inconmovible fe en la victoria de nuestra filosofía.

     El anillo está coronado a todo su alrededor con hojas de roble, las hojas del antiguo árbol alemán.

     Este anillo no puede ser vendido, y no se permite que sea transferido a otros.

     Después de su retirada de la SS o de la vida, este anillo debe ser devuelto al Reichsführer-SS.

     Las copias y las imitaciones son castigables según la ley, y usted debe protegerlo de lo mismo.

     ¡Lleve puesto el anillo con honor!

           Heinrich Himmler»

     Según Hüser (1982, pp. 66-67), los anillos de los hombres de la SS que morían en batalla eran almacenados en un lugar especial en el Walhalla; aquellos anillos de los hombres SS que se marchaban en otras circunstancias eran generalmente fundidos. Hüser también relata que el depósito de «cientos» de anillos, que habían resistido a la explosión y al fuego, así como a los esfuerzos locales para desvalijar el castillo, fue saqueado finalmente por los soldados estadounidenses.

     Parece también que Wiligut contribuyó de manera importante a la creación de rituales SS y al diseño de objetos ceremoniales para ser usados en la realización de tales rituales. Ha sido descubierta en archivos de la SS una transcripción completa de un rito dador de nombres que Wiligut condujo para el hijo recién nacido del oficial SSKarl Wolff, y en el cual el propio Himmler estuvo también presente. Wiligut también presidió rituales relacionados en el castillo Wewelsburg (Goodrick-Clarke 1985, p. 187). Gran parte del diseño ritual parece haberse centrado en ceremonias de matrimonio para hombres SS y sus novias. El comandante del Wewelsburg, Manfred von Knobbelsdorff, era un entusiasta seguidor de Wiligut y estableció muchos rituales de la tradición de Wiligut. Había un aspecto eugenésico en esas ceremonias en que hombres principales SS y sus novias tenían que demostrar su herencia aria remontándola al menos hasta 1750. Un objeto que Wiligut diseñó era un cuenco en el cual pan y sal eran presentados a la novia y al novio. La tapa de esa vasija estaba decorada con una «palabra-sello para Got». Ésta es una runa compuesta para G-O-T (Hunger 1984, p. 164):

     Uno de los más importantes, y misteriosos, aspectos del trabajo «mágico» operativo de Wiligut vino en la forma de los enigmáticos Encantamientos Halgarita ya mencionados, que eran mantras de la tradición de Wiligut destinados a realzar la memoria ancestral y facilitar la reaparición de la fe Irminista.

     A lo largo de los años 1933-1939 Wiligut produjo diversos informes para Himmler sobre una variedad de temas relevantes para la religión esotérica, la teología, la Historia, e incluso la política gubernativa. Un documento bosqueja las ideas de Wiligut acerca de la necesidad de confiscar de nuevo propiedades de las que se había apropiado la Iglesia y que habían pertenecido a los seguidores autóctonos de la antigua fe (Hüser 1982, p. 205).

     Durante esos años de alta actividad Wiligut era ya un anciano en sus finales años sesenta y principios de sus setenta. Su salud y nivel general de energía no eran aparentemente los adecuados para el intenso ritmo en el centro de la burocracia nacionalsocialista alemana, por lo cual él fue «tratado» con medicinas por médicos SS. Parece que esos fármacos tuvieron el efecto de provocar ciertos cambios de personalidad, incluyendo la creciente dependencia del coronel hacia el tabaco y el alcohol.

     En el curso de la vida de Wiligut él tuvo encuentros con varios otros bien conocidos nacionalistas esotéricos. Algunos de ellos parecen haber sido sus profesores, muchos fueron sus alumnos y otros sus colegas. Es incierto cuán bien Wiligut conoció a hombres como Guido von List y Lanz von Liebenfels. Sus lazos con este último parecen haber sido más fuertes, ya que muchos de sus propios contactos eran miembros de la Ordo Novi Templi. Por supuesto, los principales alumnos de Wiligut fueron Emil Rüdiger y Friedrich Teltscher, quienes posteriormente desarrollaron y publicaron ideas basadas en el sistema de Wiligut. Pero más allá de éstos hay otros a quienes Wiligut conoció durante sus años SS y que ameritan que se hable de ellos.

     Una de las figuras más enigmáticas de la SS fue Otto Rahn, de quien ya se ha hablado brevemente en la primera parte de este ensayo. Cuando joven, Rahn pasó un tiempo a finales de los años ’20 y principios de los ’30 en la región de los Pirineos del Sur de Francia llevando a cabo investigaciones acerca de la secta de los cátaros y de la posibilidad de que el Santo Grial fuera parte del tesoro de ellos aún oculto. En 1933 él publicó su obra más importante, «Kreuzzug gegen den Gral» (La Cruzada contra el Grial). Pero hacia mediados de los años ’30 los problemas financieros lo hicieron volver a Alemania donde, en Abril de 1936, habiéndose integrado al Movimiento, se unió a la SS. Rahn había estado en contacto personal con Wiligut y había sido un empleado civil de la SS durante aproximadamente un año antes de eso. Él fue inmediatamente hecho parte del personal privado del Reichsführer-SS, y de esa manera trabajó estrechamente con Wiligut. Rahn, al igual que «Weisthor», entró en la SS con un secreto personal. Rahn era un homosexual, lo que podría resultar en una pena de muerte de ser descubierto. Mientras estuvo en la SS, Rahn emprendió viajes de investigación a localidades en Alemania e incluso a Islandia, aunque nunca participó en una expedición SS oficial al Sur de Francia como a veces se ha afirmado.

     En 1937 Rahn publicó su segundo libro, «Luzifers Hofgesind: Eine Reise zu Europas guten Geistern» (La Corte de Lucifer. Un Viaje a los Buenos Espíritus de Europa). Se trata de una especie de película de viaje esotérico en la cual Rahn cuenta el significado de diversos paisajes y monumentos del Sur de Francia, Italia, Alemania e Islandia. Rahn dio una conferencia dentro de círculos SS sobre el tema de Luzifers Hofgesind, es decir, que Lucifer es el portador de la iluminación y el enemigo del dios judío, y que el séquito de Lucifer incluye a todos aquellos «buenos espíritus» que luchan por esa iluminación. Rahn era muy querido tanto por Wiligut como por Himmler. Himmler trató de dar a Rahn cada oportunidad de sobrevivir en la SS en vista de persistentes informes de su actividad homosexual. Es muy probable que Rahn llegara a creer que él encontraría un final deshonroso en la SS, de modo que para prevenir eso él viajó por las montañas cerca de Söll, Austria, bebió una botella de licor y permitió que el frío del invierno se llevara su vida. Himmler personalmente lamentó la pérdida de Rahn.

     Otro esoterista con quien Wiligut tuvo relaciones positivas fue Günther Kirchhoff (1892-1975) [8]. En la superficie, aquélla podría parecer ser una alianza improbable ya que Kirchhoff era un miembro de la Sociedad Guido von List. Wiligut había comenzado a mantener correspondencia con Kirchhoff en la primavera de 1934, y había hablado con entusiasmo a Himmler acerca de los escritos de Kirchhoff. Con la buena recomendación de Wiligut, Himmler apoyó a Kirchhoff, pero la Ahnenerbe, que tenía un nivel más alto de estándares académicos, rechazó los escritos de Kirchhoff como «imaginarios». No obstante, Himmler continuó apoyando a Kirchhoff, quien escribió informes sobre asuntos esotéricos para el Reichsführer-SS aún en 1944.

[8] Acerca de Kirchhoff, véase Goodrick-Clarke 1985, pp. 184–186, y Hunger 1984, pp 166–168.

     Muchas de las ideas de Kirchhoff parecen haber sido sacadas de List y/o Wiligut; sin embargo, sus estudios de geomancia, que él mezcló con una geopolítica esotérica, son lo que hacen notables sus trabajos. Hacia el final de su vida, Kirchhoff escribió un análisis de acontecimientos basado en sus teorías titulado «Das Politische Rätsel Asien aus Ortung Erschlossen» (El Enigma Político de Asia Resuelto mediante la Localización) (véase Mund 1982, pp. 260-274). Basado en la idea de que ciertos puntos de energía en la superficie de la Tierra están dispuestos en patrones hexagonales, aquellos que conocen ese secreto podrían usarlo para su ventaja. Esa teoría explica la ciudad austriaca de Viena como la clave para el control de Asia, y explica la relación secreta de Viena con ciertos «puntos de energía» en Asia Central.

     Otros esoteristas de la época no fueron tan bien acogidos por Wiligut. Se dice que fue la influencia de Wiligut la que hizo que Ernst Lauterer fuera arrestado e internado en un campo de concentración. Como han notado los observadores, Lauterer era un hombre con una mitología personal similar a la de Wiligut. En 1911 —bajo el nombre de «Tarnhari» (el Altísimo Oculto)— Lauterer escribió al viejo maestro, Guido von List, y le contó que él era la cabeza del clan secreto Volsung del héroe semi-divino Siegfried. Esa correspondencia es bosquejada en la biografía oficial de Guido von List escrita por J. Balzli y publicada en 1917. Lauterer-Tarnhari posteriormente se convirtió en un miembro de la Sociedad Guido von List. Uno puede especular acerca de la naturaleza de la fricción entre Wiligut y Lauterer.

     El esoterista italiano Julius Évola (1898-1974) es otra figura con quien Wiligut tuvo sus diferencias. A finales de los años ’30 Évola estaba dando conferencias en Alemania, y entonces la SS comenzó una investigación para determinar la compatibilidad ideológica de él con el Nacionalsocialismo. A Wiligut se le encomendó que evaluara la obra de Évola de 1933 «Heidnischer Imperialismus» (Imperialismo Pagano) y sus conferencias. En un informe fechado el 2 de Febrero de 1938, Wiligut concluyó que Évola era ignorante de la verdadera historia y tradición esotérica germánica y que su filosofía del Mediterráneo era fundamentalmente diferente de la del Norte. Las recomendaciones de Wiligut fueron aceptadas y la posterior actividad de Évola en Alemania fue oficialmente desaprobada (Goodrick-Clarke 1985, p. 190; Mund 1982, pp. 275-277, 280-284).

RETIRO Y MUERTE (1939-1946)

     El coronel siguió siendo un favorito de Himmler, pero parece que él también tuvo múltiples enemigos dentro de la SS. El historiador Ulrich Hunger (1984, p. 169) relata que había una significativa oposición entre Wiligut y otros «runólogos esotéricos» de la Ahnenerbe y varios influyentes líderes SS. El jefe del personal privado de Himmler, Karl Wolff, aparentemente tenía suficiente razón para sospechar. En Noviembre de 1938 él visitó a la esposa de Wiligut, Malwine, en Salzburgo. Mientras estuvo allí él se enteró de la certificación de Wiligut de incompetencia mental, permitiendo así a otros opositores de Wiligut en la SS acceder a esa perjudicial evidencia. El viejo coronel quedó con una deuda política interna. En Febrero de 1939 Wolff disolvió la oficina de Weisthor y permitió que él se retirara. La fecha oficial del retiro se da como el 28 de Agosto de 1939, y la razón dada es la pobre salud y vejez. Se cuenta que Himmler sentimentalmente conservó el anillo SS, la daga y la espada de Wiligut (Goodrick-Clarke 1985, p. 190).

     Sólo un mes después del retiro de Wiligut, los alemanes invadieron Polonia, poniendo en movimiento las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial. El «Rasputin de Himmler» pasó durante lo que duró la guerra con una pobre salud y un virtual olvido. A Elsa Baltrusch, miembro del personal privado de Himmler, se le asignó ser su «ama de casa». Ella permaneció leal a Wiligut hasta su muerte. Al principio se les proporcionaron cuartos en Aufkirchen, pero en Mayo de 1940 ellos pudieron trasladarse al Werderhof en la legendaria ciudad de Wiligut, Goslar. Lamentablemente su albergue fue requisado por autoridades médicas en 1943, y ellos fueron trasladados a una pensión SS en el Wörthersee en Austria.

     Al final de la guerra Wiligut fue asignado a un campo de refugiados por las fuerzas de ocupación británicas. A él se le dio permiso para volver a Salzburgo, pero él fue infeliz allí con su maldispuesta familia, de modo que obtuvo papeles que le permitieron viajar donde la familia de frau Baltrusch en Arolsen, en el Norte de Alemania. En esa etapa Wiligut estuvo sólo ocasionalmente lúcido y se dice que cantaba sus mantras para sí mismo continuamente. Tras la llegada a Arolsen durante el día de Navidad de 1945, Wiligut sufrió un ataque corporal interno fulminante. Él murió unos días más tarde, a las 7:00 de la mañana del 3 de Enero de 1946. Él fue sepultado en el cementerio de Arolsen [9]. La inscripción de su lápida sepulcral dice: Unser Leben geht dahin wie ein Geschwätz (Nuestra vida pasa como una charla ociosa) (Mund 1982, p. 291).

[9] Acerca de los últimos años de la vida de Wiligut, véase Mund 1982, pp. 123–127, Goodrick-Clarke 1985, 190–191, y Hans-Jürgen Lange, «Weisthor: Karl Maria Wiligut, Himmler Rasputin und seine Erben», 1998, pp. 71–73.

LA IDEOLOGÍA DE WILIGUT

     Excepto en sus contornos más amplios, es difícil determinar los contenidos exactos de la tradición de Wiligut más allá de lo que él mismo escribió. Los elementos claves en la estructura de la enseñanza de Wiligut son sus ideas acerca de teología (p. ej., las concepciones de Gôt / Gotos que él explora en su poesía) e Historia, y la posición de su tradición de familia en aquella Historia, así como un modo específico de entender las Runas. Está claro, sin embargo, que, o bien él estuvo desarrollando esas ideas con el tiempo, o sólo decidió revelarlas de manera gradual.

La Teología Secreta

     Aunque no hubiera ningún signo de eso en las escrituras tempranas de Wiligut, aparte de quizás su uso de lo que pareció ser un sentimiento cristiano ortodoxo en su poesía, Wiligut iba a revelar finalmente que la religión original de los pueblos germánicos no era el «Wotanismo» sino algo que él identificó como «Irmin-Kristianismo». En la estructura de esto él está siguiendo una idea expresada por Guido von List, el cual veía al «Armanismo» (palabra de la misma raíz de Irminismo) como el predecesor y el trasfondo esotérico del más exotérico «Wuotanismo». La diferencia es que List veía al Armanismo y al Wuotanismo como trabajando de manera cooperativa en la Historia como modelos de desarrollo, allí donde Wiligut veía una enemistad y discordia ancestral entre el «Irmin-Kristianismo» y el «Wotanismo». Para Wiligut, el «Wotanismo» encarnaba todos aquellos aspectos teológicos y mitológicos paganos del Edda y otras fuentes antiguo-nórdicas que le parecían «extranjeros» o «disgustantes». Esos sentimientos son aclarados en el poema suyo de 1934 «Susurro de Gotos — Conocimiento Rúnico». Aunque el contraste entre Wotanismo e Irminismo hubiera sido expresado antes, nunca había sido puesto en términos tan completamente antagónicos. El esfuerzo para re-mitologizar el cristianismo como una «religión aria» disfrutó de una buena recepción entre muchos nacionalsocialistas de la época de Wiligut [10].

[10] Especialmente notable en este respecto es la re-mitologización del cristianismo hecha por Alfred Rosenberg, el así llamado filósofo oficial del Tercer Reich, en su libro «El Mito del Siglo Veinte».

     Puede ser que los seguidores de Wiligut hicieran de su Irmin-Kristianismo una parte más importante de las ideas de él que lo que lo fue originalmente. Las fuentes «objetivas», como el informe sobre el estado mental de Wiligut mientras estaba siendo evaluado por autoridades estatales a mediados de los años ’20, mencionan que él primero dice que «no tiene nada que ver con Wotan», pero más tarde declara que él «remonta su ascendencia hasta Wodan, pero sostiene que él no desciende de una divinidad sino de un hombre que se decía que tenía características especiales»(Mund 1982, pp. 40-41). Está claro de esto que él veía realmente una diferencia entre sus propias creencias y el Wotanismo, al menos hasta cierto punto, pero que su relación con Wotan era todavía completamente ambigua.

La Historia Secreta

     Las enseñanzas meta-históricas de Wiligut no son hechas completamente explícitas en sus propios escritos publicados. Sabemos más sobre ellas por los trabajos de Emil Rüdiger, como los ha resumido Mund (1982, pp. 153-180). Muchos de los acontecimientos en esa historia secreta están sacados de las sagas islandesas y de la historia alemana; sin embargo, las fechas asignadas a esos acontecimientos son proyectadas atrás en el tiempo hasta proporciones asombrosas. Esa clase de cronología esotérica debe al menos algo a las enseñanzas teosóficas de H. P. Blavatsky, especialmente las publicadas en el volumen II de su libro «La Doctrina Secreta».

     Los temas dominantes en la tradición de Wiligut de historia esotérica incluyen el desarrollo de ramas de la Humanidad a partir de los «hijos de la luz» (Kymris) [11] y de los «hijos de la piedra»; el conflicto entre los Irmin-Kristianos (del clan Asa-Uana) y los Wotanistas; la importancia de la ciudad de Goslar y de la región de las montañas Harz para la meta-Historia, y el papel clave desempeñado por un héroe cultural llamado Teut, a quien Mund compara con el Hermes griego y con el Thoth egipcio.

[11] La palabra «Kymris» obviamente se deriva del nombre gaélico de los galeses:Cymru.

     Esta meta-Historia, que todavía espera una síntesis y exposición final, es muy probable que sea interpretada de un modo útil como una alegoría mítica del desarrollo de la conciencia en la Humanidad a través del tiempo.

Runología de Wiligut

     La parte más clara, la más auténtica y quizás la más significativa de la tradición de Wiligut que ha sobrevivido hasta nosotros intacta es su «clave rúnica». Esta clave, que es en realidad un modelo diferente del usado por Guido von List, se encuentra expuesta en sus contribuciones a la revista Hagal y parece ser la parte de su enseñanza que más profundamente impresionó a sus alumnos. Cuando Mund entrevistó a Richard Anders décadas después de la muerte de Wiligut, Anders simplemente declaró que «Esto es todo lo que aprendí de Wiligut», y dio la siguiente ecuación:

     Puede parecer excesivamente enigmático, pero una vez que uno entiende el secreto esencialmente circulatorio de las Runas de Wiligut, esos signos adquieren su sentido verdadero, y la declaración de Anders resulta clarificada. En cuanto a esto, debería ser leído el artículo escrito por Gabriele Dechend titulado «El Cosmos en la Concepción de NuestroAncestros». Ese artículo es un desarrollo y una explicación de la enseñanza de Wiligut publicado primeramente en Hagal en 1935.

     El tratamiento más detallado y completo del propio Wiligut de su runología personal se encuentra en el texto «Susurro de Gotos — Conocimiento Rúnico» (1934). Claramente Wiligut no está interesado en datos runológicos entresacados de fuentes antiguo-nórdicas y antiguo-inglesas, ya que aquéllas son, para él, formas decadentes. Su runología está basada en un concepto central subyacente de la circulación cósmica de Espíritu-Energía-Materia. En esto Wiligut ve al cosmos como dinámico pero inalterable, que continuamente sigue las mismas leyes. El cambio es la apariencia del mundo ante los humanos que están en etapas diferentes de su desarrollo y quienes por lo tanto ven el mundo como si estuviera en un constante flujo.

     Así, para Wiligut la Runología era principalmente el estudio de este sistema esotérico de la circulación cósmica, que las formas rúnicas codificaron. FrauSchaefer-Gerdau dijo de esta clase de runología:

     «Ahora gracias al trabajo del doctor Teltscher, del coronel Wiligut y de [Emil] Rüdiger, ya no tenemos que mirar las Runas como simplemente letras, como una especie de alfabeto primordial, sino que por medio de la dinámica y el orden cósmico hemos llegado a comprender que las Runas son una «tercera» clave además de número y sonido (tono), y son realmente signos conscientes para la Energía, sobre todo para la Energía rarificada y los flujos de la radiación, como también los tenemos en nuestros mitos» (Mund 1982, pp. 181-182). […]

     La principal contribución ideológica de Wiligut está en su convincente —y ligada a la tradición— presentación de conceptos que rodean a una historia oculta, y su concepción de las Runas como descripciones de circulaciones de varias clases deenergía. Sus ideas parecen tanto más persuasivas para algunos debido al grado hasta el cual tantos de sus contemporáneos parecen haber sido influídos por lo que él dijo,o por cómo él lo dijo. El enigma que era Wiligut está probablemente tan estrechamente unido a su presencia personal, que nunca podremos ser capaces de entender sus ideas totalmente por medio de sólo la palabra escrita.

EL LEGADO DE WILIGUT

     El legado de Karl Maria Wiligut ha sido bastante obscuro cuando es comparado, por ejemplo, con el de Guido von List. Wiligut enseñó en pequeños (aunque influyentes) círculos, nunca publicó sus ideas en una manera sistemática, y no dejó ninguna escuela de iniciados organizados para que continuara su trabajo. Incluso por su propia definición aparente de su tradición, la carencia de un heredero varón finalizó el esotérico legado de Wiligut en el sentido más fundamental. Uno de los obstáculos principales en el legado de Wiligut también está en el hecho de que sus trabajos fueron publicados en los periódicos bastante obscuros «Hag All All Hagal» y «Hagal», que siguen siendo difíciles de encontrar.

     La otra forma en que las ideas de Wiligut recibieron atención después de su muerte fue por los trabajos de dos de sus alumnos, Emil Rüdiger y Friedrich Teltscher, pero es incierto hasta qué punto los escritos de ellos se derivan de la tradición de Wiligut o deberían ser atribuídos a las propias ideas o desarrollos de los autores. Además, los trabajos publicados de estos dos individuos son también extremadamente raros. Una cosa parece constante: aquellos que lo conocieron y personalmente estudiaron con Wiligut, parecieron quedar profundamente impresionados por la profundidad de su sabiduría y por su carisma personal.

     Antes de la publicación de la presente obra, el acontecimiento más importante en el legado de las ideas de Wiligut fue la publicación de «Der Rasputin Himmlers» (1982) de Rudof J. Mund [12]. Mund hizo imprimir ediciones facsimilares de muchos de los escritos de Wiligut publicados en Hagal así como su ciclo poético el «Gotos-Kalanda» (1937) [13], y también proporcionó una simpatizante, aunque desarticulada, biografía y presentación de las ideas del coronel. Mund no hace un secreto de la fuente de su simpatía: él mismo había sido un miembro de la Waffen-SS y pasó los últimos años de su vida como un biógrafo e intérprete de ideólogos esotéricos völkisch como Jörg Lanz von Liebenfels (vea su Jörg Lanz v. Liebenfels und der Neue Templer Orden, 1976) y Karl Maria Wiligut.

[12] La editorial Arun ha publicado «Weisthor—Karl Maria Wiligut: Himmlers Rasputin und seine Erben» de Hans-Jürgen Lange (1998). Dicho volumen presenta una amplia colección de documentos alemanes existentes referidos a Wiligut.

[13] El ciclo de Wiligut de doce poemas del calendario pagano, el Gotos-Kalandafue originalmente publicado en una pequeña edición en 1937. Una versión con traducciones inglesas y comentarios adicionales fue publicada por el investigador austriaco Kadmon en 1992.

     Mund declara que sus motivos para escribir su libro Der Rasputin Himmlers eran rehabilitar a Wiligut y limpiar su reputación de ser un «Wotanista». Mund también quería «des-ocultizar» la cuestión entera del misticismo que está en la raíz del Nacionalsocialismo (pp. 24 y ss.). Con respecto a eso, él no fue muy exitoso, ya que nadie que lea los trabajos de K. M. Wiligut y los demás que él menciona podría dejar de interpretar las ideas de ellos sino como místicas. Sin embargo, entre los muchos difusores de esas ideas, incluyendo al propio Wiligut, a menudo se oye la protesta de que no hay nada mágico en esas ideas, y que lo que ellos están diciendo es de alguna manera «científico».

     El libro de Mund, sin embargo, llevó a Wiligut a la atención del público después de muchos años de oscuridad. Él único otro modo en el cual el legado ideológico de Wiligut fue mantenido vivo fue por los trabajos de posguerra de sus alumnos Rüdiger y Teltscher, los cuales ambos eran ingenieros de Innsbruck, Austria [14].

[14] Las obras de Rüdiger y Teltscher son aún más obscuras que las de Wiligut. Véase Mund 1982, pp. 223 y ss., para tener alguna idea de la naturaleza del tratamiento esotérico de Rüdiger de las fuentes del Edda. Material adicional referente a Rüdiger puede ser encontrado también en Lange 1998, pp. 245–246 ypassim.

Conclusión

     Una evaluación final y completa de un individuo como Karl Maria Wiligut es dificultosa. Esa dificultad proviene de la tensión existente entre el mito del hombre y su «realidad objetiva». Pero esta misma formulación implica una dicotomía que puede no tener ninguna legitimidad. Podemos mirar la importancia del individuo, y podemos mirar el sentido de sus ideas como un modo de entender su lugar en la Historia.

     Como individuo, Wiligut es un estudio requerido acerca de la importancia de los esoteristas en el Estado Nacionalsocialista. Mucho ruido se ha hecho durante los pasados treinta o más años en cuanto a las «raíces ocultistas del nazismo«. Tales estudios pueden mostrar quizás cómo ideas similares fueron sostenidas por líderes nacionalsocialistas y por «ocultistas» pre-NS y no-NS. Pero esas semejanzas pueden y deberían ser generalmente atribuídas al hecho de que los líderes NS y los llamados ocultistas de la época compartieron una matriz cultural común y eran parte del mismo Zeitgeist.

     Wiligut es el eslabón más convincente entre el mundo a veces sombrío de los círculos esotéricos de comienzos del siglo XX en Alemania y Austria, y el Estado Nacionalsocialista. Wiligut puede ser contado como un miembro del ambiente esotérico-nacionalista desde el comienzo del siglo, aunque su papel parece haber sido uno menor hasta principios de los años ’20. Pero en Wiligut vemos a uno de esos individuos «sombríos» entrar directamente en una posición oficial de poder en el régimen NS. Él desempeñó un importante papel en la conceptualización y el diseño de ciertos objetivos y prácticas esotéricos del círculo de élite de Himmler dentro de la SS, y ese solo factor hace de Wiligut un estudio fascinante y único.

     La tradición de Wiligut parece basarse en tres rasgos: su visión de la historia esotérica; un código lingüístico esotérico; y la «clave rúnica» basada en el flujo de Materia-Energía-Espíritu descrito por el Drehauge («Ojo Rotatorio»). La visión de la Historia según su tradición indica que los germanos originales eran monoteístas Irministas-Kristianos y que las fuentes para la religión germánica en que se basa la ciencia académica eran tardíos documentos decadentes bajo la influencia del cristianismo del Sur, no germánico. Lo que parece más probable aquí es que Wiligut estaba poco dispuesto a renunciar a muchos de los sentimientos del cristianismo ortodoxo, y él rechazó reconocer lo que veía como la «barbarie» de sus antepasados. El código lingüístico esotérico de Wiligut es idéntico en espíritu al de aquel de Guido von List, y parece una conclusión inevitable el que Wiligut sacó la mayor parte de su ideología en cuanto a sonidos y sílabas sagrados de los escritos de List. Más original parece ser su teoría sobre las interacciones entre Matería-Energía-Espíritu en la producción de conciencia. Ese modelo es, incluso según sus alumnos, la clave para el mundo conceptual de Wiligut.

     Por lo que se refiere a las fuentes de él, Wiligut obviamente sacó ideas de sus predecesores y contemporáneos, como Guido von List y Lanz von Liebenfels. La historia esotérica proporcionada por la Teosofía de Blavatsky le dio los esquemas generales de su propia versión germano-céntrica de la prehistoria del hombre. Tan temprano como en 1908, en sus «Nueve Mandamientos de Gôt», él menciona «siete épocas de la historia humana», que repiten las siete «razas raíz» de la Teosofía.

     Pero las contribuciones originales de Wiligut —o las contribuciones de su tradición— son también significativas. El modelo Drehauge como una clave para el conocimiento rúnico era persuasivo para muchos de los contemporáneos de Wiligut. Pero quizás lo más notable sobre Wiligut es el modo en que su tradición fue capaz de influír sobre otros alrededor suyo en una virtual ausencia de un gran edificio de material escrito. Su método en gran parte oral para la transmisión de su tradición a un pequeño cuerpo de alumnos, que en su mayor parte permanecieron fanáticamente leales a él y a sus enseñanzas, está en la raíz de un gran misterio sobre la persona de Karl Maria Wiligut. El hecho de que él —un anciano veterano de la Primera Guerra Mundial— fuera también capaz de contar entre sus alumnos y devotos a uno de los individuos más poderosos e implacables del siglo XX —el Reichsführer-SS Heinrich Himmler— nuevamente debe ser tenido en cuenta al evaluar la medida de este hombre particular.–

Extraído de Editorial Streicher

El Mito del Ocultismo Nacionalsocialista

Del libro de Stephen Flowers y Michael Moynihan «The Secret King» (2007) que circula en la red (que es la segunda edición revisada y ampliada de la primera de 2001), publicamos aquí en castellano la primera sección de dos de su Introducción, The Myth of Nazi Occultism, junto con sus conceptos preliminares, todo lo cual en conjunto presenta una necesaria visión panorámica del tema enunciado, que ha sido, según se ve, tergiversado ad nauseam a partir de la satánica propaganda de guerra de los Aliados y que los autores se encargan científicamente de demostrar y desmantelar, estableciendo claramente todos los antecedentes y originadores que le proporcionaron alas a tal imagen adversa al Nacionalsocialismo.

El MITO del OCULTISMO «NAZI»

por Stephen E. Flowers y Michael Moynihan, 2007 Sigue leyendo

Sobre Karl Maria Wiligut, Wotanismo y el Sol Negro

En el sitio kalkiweisthor.net su autor publicó el año pasado en tres partes (3, 5 y 9 de Febrero) un material titulado simplemente Karl Maria Wiligut, en el cual, con la profundidad y seriedad que muestra en todos sus artículos, lleva al lector a enfocarse en dicho esoterista austriaco (1866-1946) y a considerarlo de manera distinta a la aparente visión popularizada de él. Al poner estos textos en castellano pretendemos dar a conocer algunos aspectos poco conocidos de un simbolismo que ha sido distorsionado o simplemente echado al olvido, advirtiendo, por supuesto, que lo que alcanzó a comunicar Wiligut es de por sí altamente complejo, y más para quien no tenga nada en común con antiguas sabidurías y simbologías germánicas, de todo lo cual él se decía depositario fiel, y para no arredrar al lector poco informado del tema le sugerimos revisar lo que hemos ya publicado en la categoría Karl María Wiligut.

KARL MARIA WILIGUT

por Kalki Weisthor

Febrero de 2018 Sigue leyendo

El líder opositor venezolano, Juan Guaidó, también cuenta con un astrólogo

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Por Secretaría RIES

Ayer informábamos de los vínculos de Nicolás Maduro con la secta del gurú Sai Baba y con la santería cubana –esto último en continuidad con su predecesor, Hugo Chávez–, y hoy recogemos las informaciones de que también Juan Guaidó, el líder opositor venezolano, tiene a su propio “gurú”. Un astrólogo que cree que Guaidó es descendiente de “un jefe indígena del siglo XVI”. Lo cuenta Catalina Göpel en el medio chileno La Tercera. Sigue leyendo

¿Por qué el ateo Lenin permitió que su policía secreta incursionara en el ocultismo?

Gleb Bokii. Fuente: Foto del archivoGleb Bokii. Fuente: Foto del archivo

Mark Hackard

En su análisis del mundo moderno, el pensador tradicionalista francés René Guénon observó que los verdaderos maestros de las revoluciones, el materialismo y el secularismo no eran realmente fines en sí mismos, sino solo las fases iniciales en el procesamiento oculto de la sociedad. El fin último de las elites criptocráticas, según Guénon, era la destrucción de la tradición sagrada y la entronización de las fuerzas infernales en una nueva contra-religión. Con la experiencia de la Revolución bolchevique y las incursiones de la inteligencia soviética en los reinos de lo esotérico, tenemos un poderoso ejemplo de la tesis de Guénon en acción, según cuenta el periodista ruso contemporáneo Georgy Filin. Sigue leyendo

MARVEL, SUS ORÍGENES POLÍTICOS Y SU UNIVERSO ESOTÉRICO

Por Youssef Hindi

El mundo moderno, que vive en la fase final de la lenta desintegración de las religiones tradicionales, sobre todo en Occidente, tuvo que sustituir las grandes figuras (los profetas bíblicos, Cristo, los héroes antiguos, los pensadores y actores de la historia …) centrales del imaginario colectivo por unas nuevas: las «stars» de todo tipo, el self-made man y también como nuevas figuras mesiánicas, proféticas y míticas que son los superhéroes judeo-americanos, desde el Capitán América (Marvel) a Superman (DC Comics).

Las técnicas modernas de adoctrinamiento, de manipulación de masas y de orientación de la opinión pública fueron creadas durante la Primera Guerra Mundial en los Estados Unidos para convencer a la población estadounidense de la bien justificada intervención militar de Estados Unidos, mientras que aquella era refractaria a cualquier entrada de su país en el conflicto euroasiático. Para ello, la Casa Blanca crea el 13 de abril de 1917, la Commission on Public Information (CPI) también llamada Commission Creel . El principal cerebro de las técnicas modernas de propaganda, y que pertenecía a la comisión, es Edward Bernays [1] (1891-1995), que combina los trabajos de Gustave Le Bon sobre la psicología de las masas con los de su tío, que no es otro que Sigmund Freud.

Esta comisión, compuesta por periodistas, intelectuales y publicistas, era un laboratorio de la propaganda moderna, utilizando todos los medios de difusión: radio, prensa escrita, folletos, películas, posters, caricaturas, revistas ilustradas, numerosas octavillas, imágenes y documentos sonoros.

La comisión Creel inventa en particular el four minute men: decenas de miles de voluntarios, con frecuencia personalidades de notoriedad confirmada, tomaban la palabra públicamente en favor de la acción gubernamental y suscitando el odio al enemigo; métodos bien establecidos desde entonces y puestos como contribución para apoyar las innumerables guerras hegemónicas del Tío Sam.

Estas técnicas elaboradas durante la Primera Guerra Mundial abrieron el camino a los cómics estadounidenses creados desde el comienzo de la Segunda.

De hecho, es en octubre de 1939 (la guerra comenzó en septiembre), cuando será fundada Marvel Comics por Martin Goodman. En diciembre de 1940, los tres principales propietarios de Marvel, Joe Simon, Jack Kirby y Martin Goodman, los tres judíos, crean, en respuesta al nazismo, el personaje del Capitán América, un superhéroe patriota representando a la América Libre en la lucha contra la tiranía, y en este caso la Alemania nazi. Menos de un año después de la llegada del Capitán América a Marvel Comics, los EE.UU. comienzan a atacar buques (11 de septiembre de 1941) del Eje Roma-Berlín-Tokio, antes de que Japón responda con el ataque de Pearl Harbor (7 de diciembre, 1941), dando la excusa esperada y provocada por los Estados Unidos para entrar en la guerra.

Los Vengadores, o la heroización de terroristas israelíes

Después del éxito comercial – impulsado por la Segunda Guerra Mundial – de los números de Marvel enfrentando al Capitán América a los nazis, las ventas conocerán una caída vertiginosa. En la década de 1950, las historias del Capitán América que se enfrenta a los comunistas no cuajan.

En 1963, uno de los principales escritores de Marvel, Stan Lee (hijo de inmigrantes judíos rumanos), crea los Avengers (Vengadores en español) un grupo de superhéroes en el que se integra el Capitán América. Ahora bien, estos famosos Avengers están, evidentemente, inspirados por el comando Nakmim …

En 1945, el primer presidente de Israel, Chaim Weizmann (1874-1952), químico y ex director de la Organización Sionista Mundial, proporciona en 1945 al comando de Nakmim (plural de Nakam que significa vengador), los «vengadores», llamados en inglés The Avengers, que pertenece al movimiento Berihah (dirigido por el judío sionista Abba Kovner), fórmulas químicas destinadas a envenenar los depósitos de agua de las ciudades de Munich, Nuremberg y Hamburgo.

Abba Kovner fue detenido a su regreso de Israel, donde recibió el veneno, y a continuación, su comando de asesinos de masas es impedido de ejecutar su plan; sin embargo, en 1946, lograron envenenar el pan para los presos a Langwasser.

Abba Kovner es al día de hoy celebrado como un héroe en Israel.

La cosmología y la mitología de Marvel

Desde el año 2008, con el lanzamiento de la película Iron Man, un promedio de una película por año de la compañía judeo-americana sale al cine; el gran público poco a poco se ha familiarizado ampliamente con el universo Marvel.

Los superhéroes como el Capitán América, Iron Man o Hulk, teniendo cada uno su película «en solitario» han sido reunidos poco a poco, sobre todo con las películas de Avengers, en un universo común que mezcla héroes terrícolas con otros que viven en planetas de la otra punta de la galaxia. Entre estos héroes integrados en el universo Marvel y los Avengers se encuentra el dios nórdico Thor – que ha sido objeto de dos películas (2011 y 2013) -, quien durante sus aventuras va y viene entre su reino celestial, Asgard, el hogar de su padre Odin y Loki, y la tierra de la que es el protector.

Es en la película de Marvel Guardianes de la Galaxia (2014), que se tiene derecho a un curso de cosmogonía (que está en relación con la creación del universo) dada por un personaje llamado El Coleccionista, quien explica que: «Antes de la creación misma, había seis singularidades. Luego el universo explotó en la existencia y los restos de estos sistemas se han forjado en lingotes concentrados: las Piedras infinitas. Estas piedras, al parecer, no pueden ser levantadas más que por seres con una fuerza extraordinaria. Los portadores pueden usar la piedra para segar civilizaciones enteras como el trigo en un campo».

Estas seis piedras, cada una correspondiente a una singularidad del universo y un poder particular derivado, se denominan: Piedra del Espacio, Piedra del Espíritu, Piedra del Alma, Piedra de la Realidad, Piedra del Tiempo y Piedra del Poder.

En la cosmogonía cabalística, que se basa casi en su totalidad en la de la Gnosis, la creación del universo se haría por la acción de las emanaciones divinas, las sefirot (plural de sefiráh, equivalente en la Cábala a los eones de la Gnosis) que componen lo que los cabalistas llaman, Árbol de la emanación, más conocido como el Árbol de la Vida.

Estas sefirot son diez y se dividen en dos grandes categorías: cuatro para la creación del universo (cosmogonía) y seis (el mismo número que las Piedras infinitas) para su funcionamiento (cosmología).

Cada una de las sefirot, emanaciones, llevan un nombre; nombres que son por lo demás bastante similares a las de las Piedras de Marvel, como Sefer Hokhmah (sabiduría), Sefer Binah(inteligencia), Sefer Gevurah (potencia) o Sefer Yesod Olam (fundamento del mundo) [2].

En el universo Marvel, estas piedras son codiciadas por un personaje, una divinidad maléfica llamada Thanos y que puede ser vista sentada en un trono en los confines del universo en lo que parece ser la roca de un planeta destruido. El creador de este personaje se ha inspirado en Thanatos, el dios de la muerte en la mitología griega; divinidad infernal y temida que en el universo mental de los griegos de la Antigüedad remitía a la destrucción.

Thanos, que es el ser más poderoso del universo es un destructor capaz de aniquilar planetas enteros. Es un Titán (referencia evidente a los titanes de la mitología griega) de la raza de los Eternos. Las acciones destructivas y genocidas de Thanos están motivadas por el amor y el culto que profesa a la encarnación femenina de la Muerte, Dama Muerte, a la que está tratando de impresionar.

Su objetivo es llegar a ser, con la adquisición de las piedras infinitas, un ser supremo, cuyo poder puede ser similar al dios maléfico de la Gnosis, el Demiurgo, encarnación del mal y creador del universo, el mundo material en su conjunto y en el que reina; «el príncipe de este mundo» de alguna manera…

Se encuentra el Demiurgo en el Talmud y la Cábala bajo el nombre de Metatrón, un arcángel, único capaz de estar delante de Dios y sentarse sobre Su Trono. Para los cabalistas, Metatrón [3] fue sin duda creado, pero llegó a ser al mismo tiempo que la emanación de las esferas celestes interiores (como el Demiurgo en el gnosticismo). Según los cabalistas, el verso del Génesis, «Sea la luz» se refiere a la «formación de la luz del intelecto bajo la forma de Metatrón»… [4].

Es este Demiurgo, Metatrón, divinidad inmanente, la que es probablemente identificada con el Gran Arquitecto en un cierto número de logias masónicas.

Thanos no es la única divinidad destructiva en el Universo Marvel. El 18 de mayo pasado fue lanzado en Francia X-MEN APOCALIPSIS. Apocalipsis (del griego revelación, en referencia al fin de los tiempos), es presentado como el primero de todos los mutantes y el más poderoso de ellos. Había reinado, en particular, en el antiguo Egipto como un dios viviente… enterrado en el sótano de una pirámide desde hace varios miles de años, se despierta en el mundo presente, horrorizado al ver a «los débiles reinar en la tierra» en su lugar, y además para sembrar el desorden.

Su objetivo es, pues, «limpiar la tierra, destruyendo todo lo que los seres humanos han construido y sobre las cenizas de su mundo, construir uno mejor».

En resumen, aboga por un ordo ab chaos, de acuerdo con la concepción cabalística y nihilista del sabbato-frankismo – cuyos herederos han tomado el control político e ideológico del mundo occidental [5] -; doctrina aplicada a la geopolítica por el neoconservador Michael Leeden con su «caos constructivo».

Aquí no he presentado más que una visión general del trasfondo ideológico, escatológico y místico, que empuja la máquina cinematográfica hollywoodiense que nos abreva durante más de una década de superproducciones cuyos temas centrales son el caos, el fin del mundo y las guerras apocalípticas.

NOTAS

[1] Véase su libro con el título evocador: Propaganda, Coómo manipular la opinión en democracia, publicado en 1928, reeditado en 2007 por ediciones Zones.

[2] Ver: Gershom Scholem, La kabbale, une introduction, origines, thèmes et biographies, Gallimard, 2003, p. 189.

[3] Metatrón aparece en el Talmud de Babilonia en tres lugares: Hag. 15a, Sanh. 38b y Av.-Zar. 3b. Según el Talmud, Metatrón había recibido permiso para sentarse en el Trono de Dios, porque él era el escriba celestial y quien registraba las buenas acciones de Israel. Sobre Metatrón, ver: Gershom Scholem, op. cit., pp. 567-572.

[4] Gershom Scholem, op. cit., p. 121.

[5] Ver: Youssef Hindi, Occident et Islam – Tome I: Sources et genèse messianiques du sionisme, Sigest, 2015.

(Traducción de Antonio Muñoz).

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