Tres distopías: tres modelos para rehacer al Homo Sapiens

Управление человеком будущего предполагает абсолютную его прозрачность для Большого Брата

VALENTIN KATASONOV

Traducción del ruso de Juan Gabriel Caro Rivera

 

Sobre la gestión del hombre y la raza humana

 

La distopía es un género nuevo en la literatura mundial. Desde mi punto de vista, las distopías son más bien planes, escenarios de futuro, revestidos de forma artística. Planes y escenarios desarrollados por la élite mundial y orientados a establecer un Nuevo Orden Mundial, es decir, el poder absoluto y eterno de esta élite sobre el resto de la humanidad.

 

Incluso en la antigüedad hubo reyes, emperadores, dictadores que intentaron convertirse en los gobernantes del mundo. Y cada vez sus planes se frustraron. Alejandro el Grande conquistó la mitad del mundo, estaba seguro de que conquistaría la otra mitad, pero murió a los 32 años y su imperio se vino abajo como un castillo de naipes en casi un año. Algo similar le sucedió al emperador romano Trajano, Carlomagno, Napoleón Bonaparte… Los líderes destacados murieron, y sus vastos dominios cayeron en la desolación y se hicieron pedazos.

 

Desde el siglo XVIII, han aparecido varias sociedades secretas en Europa (logias masónicas de diversas denominaciones, Illuminati, Rosacruces). Se fusionaron con los que dominan el dinero (los Rothschild y otros usureros, banqueros, capitalistas) para establecer su poder sobre el mundo. Poco a poco llegaron a entender que, para la conquista del poder y su preservación, una única fuerza no es suficiente. Es necesario abordar la reconstrucción del hombre como objeto de poder.
El poder mundial de aquellos a los que generalmente se les llama el mundo detrás de escena, el comité de trescientos, los dueños del dinero, los conspiradores mundiales, será posible solo si se crea una nueva humanidad (1). Se está invirtiendo una enorme cantidad de dinero para solucionar este problema: se compran los medios de comunicación, los políticos, los científicos, los médicos, los responsables de las instituciones educativas y culturales. La mayoría de los planes de reelaboración de la humanidad se clasifican como «alto secreto». Sin embargo, algo se ha dado a conocer.

 

Primero, no encontramos con las revelaciones de los «disidentes» que, por una razón u otra, abandonan este «círculo estrecho». Se puede aprender algo de personas como el ex oficial de la NSA Edward Snowden. Todo esto puede denominarse fugas de información no planificadas.

 

En segundo lugar, hay documentos gigantescos que pocas personas leen. No están clasificados, son públicos, pero muchos, buscando sensaciones, los ignoran. Un ejemplo de tales fuentes abiertas son los informes del Club de Roma (2).

 

En tercer lugar, existen las mismas novelas distópicas; por supuesto, no todas, solo unas pocas, pertenecientes a la pluma de autores que tenían gran intuición, aguda observación, una visión amplia y, en ocasiones, tenían acceso a información clasificada o se comunicaban con sus portadores.

 

Estas novelas son «Nosotros» (1920) de Evgeny Zamyatin (él inició este género) (3), «Un mundo feliz» (1932) del escritor inglés Aldous Huxley (4) y «1984» (1948) del escritor inglés George Orwell (5). De alguna manera, estos libros son similares entre sí, se complementan unos a otros y, también, son muy diferentes. De hecho, plantearon tres modelos de la sociedad futura. Estos modelos no son fruto de la imaginación libre del artista, reflejan los planes del mundo detrás de escena. Probablemente, su inspiración no sea la misma, y por tanto existen distintas opciones para un futuro «civilizado». La situación en el mundo puede cambiar, y el mundo detrás de escena también puede ajustar sus planes, pasando de un modelo a otro.
Entonces, tres opciones para rehacer a la humanidad.

 

En la novela «Nosotros» de Zamyatin existe una operación cerebral similar a una lobotomía.

 

En “Un mundo feliz” de Huxley, hay drogas y reproducción biológica artificial.

 

En la novela «1984» de Orwell existe el desarrollo de la conciencia «correcta» a través del miedo y la tortura.

 

En las tres novelas, los métodos para crear la «humanidad adecuada» se complementan con un lavado de cerebro: primero en una etapa de educación y crianza, luego en el lugar de trabajo y, en general, durante toda la vida hasta la tumba. Para ello se utilizan los medios de comunicación, la cultura barata (cultura pop), el entretenimiento primitivo. En la novela «Un mundo feliz», los niños desarrollan un conjunto de reflejos basados ​​en los métodos de Pavlov (los mismos que este académico aplicó a los perros) con la ayuda de chocolates y descargas eléctricas. En la novela «1984», las pantallas de televisión son un medio eficaz de zombificación: monitores planos, televisores, colgados en todas partes y las 24 horas del día martilleando el cerebro con noticias y propaganda del partido.

 

Ninguno de los tres modelos tiene la institución del matrimonio y la familia. En “Nosotros”, las relaciones sexuales entre hombres y mujeres son libres, pero reguladas. El propósito de la regulación es prevenir relaciones demasiado largas y estables entre dos personas, esto es peligroso, está plagado de la creación de una familia «clandestina» y el nacimiento no autorizado de un niño. En la novela «Un mundo feliz» exista la completa libertad para amar, pero con la más estricta prohibición de tener un hijo en el útero. ¡Solo en la línea de montaje de fábrica! En “1984”, las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer que son miembros del partido están generalmente prohibidas (no existe esta regulación para los proletarios). El Partido y el Gran Hermano creen que las relaciones sexuales son un derroche de energías, que se debe estar enfocado en resolver las tareas asignasas por el partido. El amor entre un hombre y una mujer en el Ministerio del Amor se mira con sospecha, es un signo de traición al Gran Hermano. En la novela «1984» a los miembros del partido se les permite (e incluso se les ordena) amar solo al Gran Hermano.

 

El nacimiento de niños está estrictamente regulado en términos de cantidad y calidad. Por cantidad, me refiero a las cifras de población planificadas (maltusianismo «científico»). La calidad es la definición de qué hijos representan el primer grado, cuáles son el segundo y cuáles se consideran un matrimonio inaceptable (y, en consecuencia, se liquidan). Es cierto que en la novela «Nosotros» todas las personas son del mismo tipo, pero en «Un mundo feliz» hay cinco tipos (castas). En la novela «1984» hay tres (altos funcionarios del partido, militantes del partido y proletarios). El gobierno monitorea la observancia de las proporciones entre el número de personas de diferentes variedades. La zombificación también es diferente. En la novela «1984» a los proletarios se les permite mucho, ya que se han degenerado por completo, han perdido los remanentes de su intelecto, su comportamiento se construye sobre reflejos que se adivinan fácilmente: «Lo que las masas sostienen y a lo que se adhieren es indiferente. Se les puede dar libertad intelectual, porque no tienen inteligencia».

 

En las novelas «Nosotros» y «1984» el poder complementa la actividad de crear la humanidad «adecuada» con el uso de la fuerza. No hay garantía completa de que una persona sea leal a las autoridades y cumpla con los estándares antropológicos del “nuevo mundo”. En la novela «Nosotros», la Oficina de Guardias (policía y servicios especiales) se encarga de controlar el comportamiento de las personas. En la novela «1984» es el Ministerio del Amor (también con policía y servicios especiales).

 

En cuanto a “Un mundo feliz” de A. Huxley, no encontramos un aparato represivo allí. Esta es una sociedad en la que el poder se basa exclusivamente en el poder blando. El hombre ya no nace allí en el útero. Es producto de una fábrica, producto de transportadores. Se incuba en botellas donde se colocan los embriones humanos. Los propios embriones se crean mediante la fertilización extrauterina de óvulos, teniendo en cuenta la genética. La genética en el Estado mundial de Huxley que se encuentra al más alto nivel. En primer lugar, permite dividir a la humanidad en diferentes grupos, teniendo en cuenta las diferencias en el código genético. Allí tiene lugar la clasificación de la humanidad, se determinan los tipos superiores e inferiores. En segundo lugar, te permite crear personas que no existen en la naturaleza. Esto es especialmente cierto en el caso de los tipos superiores, que están preparados para estar al mando del poder y liderar un asunto tan responsable como la producción de una persona. El tipo más alto se llama alfa.

 

Las otras cuatro castas en este atrevido nuevo mundo de Huxley (beta, gamma, delta, épsilon) están llamadas a servir a los alfas. Por supuesto, incluso en Huxley, donde la producción de personas en cintas transportadoras se basa en los logros de la ingeniería genética, no existe una garantía total de que una persona funcionará sin problemas como una máquina. Por lo tanto, se inventó la droga soma, que corrige el comportamiento humano. Muy a menudo, una persona recurre voluntariamente a estos ajustes. Y los ejemplos individuales que no quieren encajar en los estándares del «mundo feliz», las autoridades actúan «con humanidad: son enviados a territorios lejanos por medio del exilio». No existen torturas, asesinatos (como en “1984”) ni ejecuciones públicas (como en “Nosotros”).

 

Sin embargo, para lograr relaciones tan «armoniosas» entre las autoridades y el pueblo, como en la novela «Un mundo feliz», la humanidad tuvo que ser virtualmente destruida. Detrás de las escenas de la novela (los hechos ocurren en el siglo 26), hubo una revolución terrible que destruyó a la humanidad anterior y la reemplazó con una criatura humanoide. Y en la novela «Nosotros» los acontecimientos tienen lugar 12 siglos después de que se escribiera la novela, y nos enteramos de que la sociedad «civilizada» fue precedida por una gran guerra de doscientos años, que provocó la destrucción de la mayor parte de la población mundial y puso fin a la «barbarie» que duró hasta el siglo XX.

 

  1. Huxley, aparentemente, era muy optimista sobre el orden social que retrataba en su novela. Algunos investigadores de su trabajo creen que, para un escritor que fue un sincero oponente del totalitarismo, se trataba de una utopía y no una distopía. Sin embargo, Aldous Huxley todavía estaba atormentado por algo. Sospecho que estaba atormentado por la subestimación: ¿cómo acabó la gente en este «mundo feliz» del siglo XXVI?

 

Solo podrían encontrarse en él como resultado de una violencia ilimitada contra la raza humana. En primer lugar, había que destruir la institución del matrimonio y la familia. En segundo lugar, era necesario abandonar la maternidad habitual y cambiarla por una producción en fábricas de la humanidad que utiliza los logros de la ingeniería genética (de hecho, la eugenesia). En tercer lugar, crear una sociedad de castas, desterrando las ingenuas ideas de «libertad, igualdad y fraternidad» que se han planteado desde la época de la revolución burguesa francesa. En cuarto lugar, imponer una identidad completa dentro de cada casta. En quinto lugar, era necesario ofrecer a las personas un «buen trato»: renunciar a su libertad a cambio de placer, pan y libertad para pecar.

 

  1. Huxley comprendió que tales transformaciones no podían lograrse mediante un golpe revolucionario. El inglés produjo una utopía inalcanzable en estado puro. Y solo puedes entrar en esta utopía mediante la violencia cruel contra la humanidad, una guerra sangrienta o una revolución. Entonces A. Huxley decidió que la revolución de las drogas sería el camino más corto y sin sangre hacia el «mundo feliz». Dedicó la segunda mitad de su vida no solo a la justificación filosófica de la necesidad de tal revolución, sino que también participó personalmente en su implementación práctica. Me refiero a su participación en el proyecto MK-Ultra de la CIA para plantar drogas entre la juventud estadounidense.

 

En el siglo XXI, vemos señales de que el mundo detrás de escena ha vuelto a recordar el modelo del futuro, que se reflejó en la novela «1984». Esta es una opción difícil basada en la fuerza bruta y el miedo. Los primeros signos de la transición del modelo de Huxley al modelo orwelliano aparecieron a principios de siglo. Los eventos del 11 de septiembre de 2001 fueron evaluados por muchos expertos como el comienzo de la política estadounidense de terrorismo de Estado (6). Bajo la bandera de luchar contra grupos efímeros como Bin Laden y otros extremistas creados por la CIA, Washington lanzó una campaña de terrorismo global. Y esta es la forma de crear una atmósfera de miedo universal. En 2020, el mismo grupo tras escena global decidió lanzar una nueva clase de miedo a la humanidad llamada COVID-19. De hecho, esta también es una operación terrorista global. En la novela de George Orwell, las personas «equivocadas» eran reeducadas mediante la tortura en el Ministerio del Amor. Y en 2020, el mundo detrás de escena logró conducir a un «arresto domiciliario» a casi la mitad de la población mundial, mientras educa a las personas asustadas y amordazadas, enseñándoles el comportamiento «correcto». La cuarentena se está levantando gradualmente y los frutos de la «educación» y la «formación» permanecerán durante mucho tiempo. ¿O para siempre? Los «dueños del dinero» están preparando a la gente para el próximo «mundo feliz» …

 

Notas:

 

  1. https://www.fondsk.ru/news/2015/05/03/anglo-amerikanskie-hozjaeva-deneg-kak-organizatory-vtoroj-mirovoj-vojny-i-33098.html
  2. https://www.fondsk.ru/news/2018/09/04/tri-idei-rimskogo-kluba-46724.html
  3. https://www.fondsk.ru/news/2020/06/05/antiutopia-stanovjaschajasja-realnostyu-51052.html
  4. https://www.fondsk.ru/news/2020/06/07/o-divnyj-novyj-chelovek-51072.html
  5. https://www.fondsk.ru/news/2015/05/01/dvoemyslie-evropy-perechityvaja-oruella-33068.html
  6. https://www.fondsk.ru/news/2016/09/10/mistika-11-sentjabrja-2001-15-let-spustja-voprosy-ostajutsja-42444.html

 

Fuente: https://www.fondsk.ru/news/2020/06/19/tri-antiutopii-tri-modeli-peredelki-homo-sapiens-51166.html

El ideólogo de la élite anglosajona en el camino de la distopía a una conspiración mundial

Идеолог англосаксонской элиты на пути от антиутопии к мировому заговору

Por VALENTIN KATASONOV

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

Ya he escrito que la autoría del término «nuevo orden mundial» pertenece a H.G. Wells (1866-1946), quien utilizó por primera vez esta expresión en 1928 en su libro «La conspiración abierta. Planes para una revolución mundial” (The Open Conspiracy: Blue Prints for a World Revolution).

 

La primera novela de Wells fue The Time Machine, que apareció en 1895. La novela no surgió desde cero. En 1881, el escritor y periodista estadounidense Edward Page Mitchell (1852-1927) publicó el cuento «El reloj que regresa», que describía el viaje en el tiempo. El impulso para la novela podría haber sido una visita de Wells en 1887 a una reunión de la «Discussion Society» en South Kensington, donde se realizó un informe sobre las posibilidades de la geometría no euclidiana basada en el libro del destacado matemático y físico inglés Charles Hinton «What is the Fourth Dimension» (1884). La cuarta dimensión de Hinton, que complementa el espacio tridimensional, era el tiempo, y se expresó una hipótesis sobre la posibilidad de que una persona se mueva en el tiempo.

 

La novela de Time Machine no es tanto una fantasía como una distopía. Las obras de este género representan imágenes de un futuro oscuro y terrible. Se cree que el género de la distopía nació hace 100 años, cuando el escritor ruso Yevgeny Zamyatin completó la novela «Nosotros», que se ha convertido en una distopía clásica. Describe la sociedad totalitaria global del siglo XXXII, gobernada por los Estados Unidos. Las personas están numeradas allí, la sociedad está compuesta de «números de personas» y la «Máquina del tiempo» de Wells es una distopía aún más brutal.

 

El personaje principal, el viajero del tiempo, con la ayuda de la máquina del tiempo inventada viaja al futuro lejano, año 8028. Entra en un mundo inusual, donde permanece durante ocho días. Este mundo consta de seres humanoides, que se dividen en dos partes, dos razas que casi no tienen contacto entre sí. Primero, el héroe se reúne con representantes de una parte, los llamados Eloi. Son cortos (hasta cuatro pies), elegantes, pero físicamente débiles, delicados. El viajero informa: “Contemplé atentamente sus elegantes figuras, que recordaban las figuras de porcelana de Dresde. Su cabello corto era rizado de la misma manera, no había el menor signo de vello en sus caras, sus orejas eran sorprendentemente pequeñas. La boca es pequeña, con carmesí brillante, labios bastante delgados, la barbilla es puntiaguda. Los ojos son grandes y mansos, pero, ¡no lo tomes por vanidad! – carecían de la expresión del interés en mí que tenía derecho a esperar. Los Eloi son primitivos, están predominantemente ocupados con juegos inherentes a los niños pequeños del siglo XIX. El nivel de su inteligencia es el mismo. Están completamente desprovistos de compasión, tienen una serie de complejos estables (por ejemplo, el miedo a la oscuridad y los pozos que conducen a las mazmorras)”.

 

Luego, el viajero entra en contacto con representantes de la segunda parte de la sociedad: los Morlocks, que parecen humanoides. Viven bajo tierra, en el Inframundo (en contraste con los Eloi que viven en la superficie de la tierra, en el Mundo Superior). La apariencia de los Morlocks da miedo: sus caras son planas, prácticamente desprovistas de mentón; los ojos son grandes, de color rojo grisáceo y reflejan la luz; la piel es blanca grisácea, cubierta de lana blanca; las extremidades son delgadas y largas. Física y mentalmente, los Morlocks son significativamente inferiores al hombre del siglo XIX, pero son superiores en esto al Eloi. Los Morlocks se parecen a los robots que realizan las mismas operaciones día tras día. Son responsables del soporte vital de la sociedad; sirven máquinas que fabrican herramientas, ropa, comida”.

 

Los Elois de Wells son descendientes degenerados de la burguesía, los Morlocks son los descendientes de los trabajadores. Los primeros dependen completamente de los segundos. Al mismo tiempo, los Eloi de la clase dominante sirven como alimento para los Morlocks. Los Morlocks proporcionan a los Eloi todo lo que necesitan, guiados por el hecho de que los Eloi son la única fuente de carne disponible para los habitantes subterráneos.

 

La estructura de la sociedad en esta distopía de Wells se describe de la siguiente manera: «… en el inframundo artificial había trabajo necesario para el bienestar de la raza diurna… Al final, solo los que deben permanecer en la superficie de la tierra, disfrutando exclusivamente de placeres y belleza en la vida, y todos estarán bajo tierra. Los que no tienen son trabajadores que se han adaptado a las condiciones de trabajo subterráneas. Y cuando se encuentren allí, sin duda tendrán que rendir homenaje a los propietarios por la ventilación de sus hogares. Si lo rechazan, morirán de hambre o se asfixiarán. Los no adaptados o rebeldes morirán. Poco a poco, con el equilibrio establecido de este orden de cosas, los que no tienen sobrevivientes se volverán tan felices a su manera como los habitantes del Mundo Superior».

 

El viajero llega a la conclusión de que la sociedad del año 8028 se ha congelado durante mucho tiempo en su desarrollo. Surgió un misterioso status quo. El progreso tecnológico se ha detenido, la sociedad está polarizada al límite y se encuentra en un estado de inmovilidad absoluta. Durante milenios de existencia que no requieren actividad mental, tanto los Eloi como los Morlocks prácticamente han perdido la cabeza, convirtiéndose en criaturas animales.


El protagonista logra aprender algo sobre la vida de esta sociedad por parte de la heroína llamada Weena. Ella es una de las Eloi. Como dijo Weena, los Morlocks viven bajo tierra porque tienen miedo a la luz. Les encanta la carne, y cuando cae el anochecer, salen a la superficie y atacan a los Eloi. Por lo tanto, estos últimos le temen a la oscuridad, estando inconscientemente en un estado de miedo constante.

 

Después de ocho días de aventuras en el mundo de los Eloi y los Morlocks, nuestro héroe se mete en la Máquina del Tiempo y vuela otros 30 millones de años, donde ya no descubre signos de la humanidad. Al final, cansado de trabajar  tanto física como mentalmente, regresa al momento en que comenzó.

 

Lo principal en la novela de Wells no son las aventuras del héroe, sino la idea del autor de que el capitalismo está lejos de ser el sistema más perfecto de relaciones sociales. Es destructivo tanto para los capitalistas como para los trabajadores contratados (proletarios). Además, es destructivo desde un punto de vista antropológico, ya que da lugar a la degradación física, intelectual, espiritual y moral de las clases altas y bajas al mismo tiempo. En esta novela, Wells hace pensar en el progreso científico y tecnológico como algo que puede destruir a una persona.
La novela «Time Machine» casi nunca se ha publicado en su totalidad, ni aquí ni en el extranjero. Los editores ofrecieron al lector una versión sin el capítulo «El hombre gris». En ediciones raras, este capítulo estuvo presente bajo el título «The Final Men». Allí retrata a los lejanos descendientes del hombre de una manera extremadamente impactante.

Wells, siendo biólogo de formación, tuvo un mentor científico en su juventud: Thomas Huxley (1825-1895), el famoso zoólogo inglés, apodado el Bulldog de Darwin por promover la teoría de la evolución de Charles Darwin.

 

Sin embargo, lo que ya vemos en la primera novela de H.G. Wells contradice directamente la teoría de la evolución de Darwin, según la cual el hombre, en el proceso de selección natural, se transforma de un mono en un homo sapiens. En la «Máquina del tiempo», sucede lo contrario: una persona finalmente se convierte en una criatura similar a una bestia. Sospecho que Wells realmente no creía en la teoría de Darwin. Quizás Thomas Huxley, que pertenecía a la élite británica y era miembro de la logia masónica, actuó como el Bulldog de Darwin solo para los «forasteros». Aparentemente, el mundo detrás de escena puso ante él la tarea de la propaganda enérgica del darwinismo. Primero, por el bien de destruir el cristianismo con su dogma sobre la creación del hombre por Dios. En segundo lugar, en aras de implantar el darwinismo social. Charles Darwin mismo era un darwinista social. El título completo de su libro «El origen de las especies» es: «El origen de las especies por selección natural o preservación de razas favorables en la lucha por la vida».

Томас Хаксли

Thomas Huxley

 

H.G. Wells tiene bastante claro que la «teoría de la evolución» es para los «extraños». De hecho, la humanidad, privada de lazos religiosos y culturales, no está amenazada por la evolución, todo lo contrario, está amenazada por la degradación y la muerte. Y esto se muestra convincentemente en una forma artística en The Time Machine.

 

La segunda mitad de la vida de Wells se dedicó a la búsqueda de evitar la catástrofe de la humanidad. Partió del hecho de que era necesario salvar a la élite, para lo cual contaba con intelectuales y representantes de grandes empresas. El núcleo de esta élite debería ser los anglosajones como la raza suprema. En cuanto al resto, solo tenían que salvarse para que lo «inferior» sirviera a lo «superior». Y de la pluma de este inglés surgieron obras como The World of William Clissold (1926), The Open Conspiracy (1928), The New World Order (1940) y algunas otras, que llamó programáticas. Aquí Wells actúa como el ideólogo de la élite anglosajona, proponiendo la transformación del capitalismo en el espíritu del fabianismo (algo así como el capitalismo regulado de John Keynes y el capitalismo organizado de Rudolf Hilferding), con la formación de Una Única Religión, el rechazo de la soberanía estatal y la creación, en última instancia, de Un Estado Mundial. Este es el plan para reconstruir el mundo que lleva a la humanidad de la sociedad de criaturas bestiales representadas en la novela «La máquina del tiempo». Y tal evolución puede tener lugar mucho más rápido que en el año 8028.

El nuevo orden mundial de H.G. Wells

Герберт Уэллс

Por VALENTIN KATASONOV

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

Una conspiración abierta, o planes de la revolución mundial.

 

El nuevo orden mundial es una frase familiar. Es difícil decir quién lo inventó y cuándo. Algunos creen que el término nació en los Estados Unidos. El 20 de junio de 1782, el Congreso aprobó el Gran Sello bilateral de los Estados Unidos. El anverso del sello presentaba un águila calva, el símbolo nacional de los Estados Unidos. En el otro hay una pirámide inacabada cuya parte superior está coronada con un ojo con un triángulo. La frase en el pergamino debajo de la pirámide dice: Novus Ordo Seclorum (Nuevo Orden de los Siglos). Desde los años 30 del siglo XX, el reverso del Gran Sello comenzó a representarse en el billete de un dólar. Sin embargo, la inscripción en el Gran Sello y en el billete de un dólar es algo diferente de la frase Nuevo Orden Mundial; se cree que la autoría de este término pertenece al escritor inglés H.G. Wells (1866-1946).

 

En la Unión Soviética, H.G. Wells fue uno de los escritores extranjeros más populares. Fue percibido como un representante del género de ciencia ficción. Sus novelas La máquina del tiempo (1895), El hombre invisible (1897) y La guerra de los mundos (1898) son especialmente famosas. Durante medio siglo de actividad creativa, Wells escribió alrededor de 40 novelas y varios volúmenes de historias, más de una docena de obras polémicas sobre filosofía y aproximadamente el mismo número de obras sobre la reestructuración de la sociedad, dos historias mundiales, alrededor de 30 volúmenes con pronósticos políticos y sociales, más de 30 folletos sobre temas de la Sociedad Fabiana, armamento, nacionalismo, paz mundial, tres libros para niños, una autobiografía.

 

H.G. Wells no fue solo un escritor. Se sumergió profundamente en la historia, la sociología, la biología (era biólogo por educación), física, mecánica, astronomía, química. Seguía el desarrollo de la tecnología, evaluó las consecuencias de su aplicación. Al introducir algunos conceptos científicos en sus obras y representar la tecnología del futuro, a veces mostró una visión sorprendente adelantada a su tiempo. Así, en 1895, en su novela La máquina del tiempo, introdujo el concepto de un mundo de cuatro dimensiones; más tarde, Einstein utilizó este concepto al desarrollar la teoría de la relatividad. En World Unchained (1914) Wells escribe sobre armas nucleares basadas en la fisión del átomo. Describe una guerra mundial, una «bomba atómica» es arroja desde un avión (así la llama). En 1898, en su novela La guerra de los mundos, Wells describió imágenes de la próxima guerra mundial con el uso de la aviación, gases venenosos, dispositivos láser (más tarde detalló la descripción de este tipo de armas en las novelas When the Sleeper Wakes, War in the Air). Y ya no es necesario hablar de las naves espaciales que conquistan el espacio del Universo, por ejemplo, en la novela «Las primeras personas en la luna» (1901). Creo que Yevgeny Zamyatin, en su novela distópica Nosotros (1920), describió la nave espacial integral, tomando prestados algunos detalles de H.G. Wells.

 

Al principio, Wells se mostró optimista sobre el papel del progreso científico y tecnológico como un medio para mejorar la sociedad humana. Sin embargo, su optimismo disminuyó cuando comenzó la Primera Guerra Mundial. Los avances en la ciencia y la tecnología, incorporados en las últimas armas, han resultado en millones de muertes en el campo de batalla. El escritor se dio cuenta de que la ciencia y la tecnología son una herramienta de doble filo que puede hacer feliz a una persona y puede traer destrucción y muerte. El rápido desarrollo del transporte, las comunicaciones y el comercio internacional condujo al hecho de que las fronteras que dividían el espacio comenzaron a desaparecer por así decirlo. Y la fricción y los conflictos permanecieron, cualquier chispa podría conducir a un incendio militar, lo cual es especialmente peligroso cuando miles de millas de espacio dejan de ser un obstáculo serio para las armas y el equipo militar. El foco de atención de Wells comenzó a cambiar hacia cuestiones sociales, políticas y militares.

 

Wells entendió que el mundo se dirigía a algún tipo de catástrofe, que no podía evitarse solo con la ciencia y la tecnología. Es necesario cambiar algo en la estructura de la sociedad, el poder político, el modelo económico, en el orden mundial. Y en 1928, Wells escribió un trabajo bajo el título intrigante La conspiración abierta. Planos para una revolución mundial (The Open Conspiracy: Blue Prints for a World Revolution). Este es más un ensayo filosófico y político. O un programa manifiesto. Wells usa en este libro el mismo título «nuevo orden mundial» con el que comenzamos nuestra conversación. Y en 1940 publicó un libro que se llamaba El Nuevo Orden Mundial.

 

En The Open Conspiracy, Wells pide la creación de un nuevo orden mundial diferente al que existía en el momento en que escribía. Y luego hablaba de un mundo de capitalista con crisis económicas y tensiones sociales crónicas que amenazaban en cualquier momento convertirse en una revolución socialista. En el siglo XX, escribió V. Lenin, el mundo del capitalismo alcanzó su etapa más alta de monopolio, que inevitablemente dio lugar a guerras imperialistas para la redivisión del mundo. La Primera Guerra Mundial fue puramente imperialista, y en 1928, cuando apareció la Conspiración Abierta, ya se sentía que podría estallar una segunda guerra imperialista (el Tratado de Versalles, firmado en la Conferencia de Paz de París, programó la preparación de tal guerra).

The Open Conspiracy: Blue Prints for a World Revolution

La idea principal de Wells era: debería haber un Estado Mundial Unido en forma de República planetaria. Los estados nacionales deben entregar voluntariamente sus soberanías entregándolas al Gobierno Mundial. La «conspiración abierta» no es hostil a los gobiernos, parlamentos y monarcas que aceptan considerarse instituciones provisionales que seguirán funcionando durante el período de transición: «Si las constituciones, los parlamentos y los reyes son de este modo pueden ser tolerados, como instituciones temporales que operan hasta que la República alcance la mayoría de edad, y mientras estas constituciones se guíen en el espíritu que he indicado, la Conspiración abierta no las atacará». Presumiblemente, en relación con aquellos gobiernos y monarcas que no estaban listos para entregar voluntariamente sus poderes, se suponía que debía usarse la fuerza. Entonces, la idea es buscar la paz universal y eterna a través de las guerras. Wells por alguna razón estaba seguro de que estas guerras serían las últimas en la historia de la humanidad.

 

Sin embargo, ¿cómo unir a diferentes naciones con culturas muy diferentes en un solo Estado? Una única Religión Mundial debería desempeñar un papel importante en la eliminación de las diferencias nacionales y culturales de los pueblos individuales: “Cuanto más bella y atractiva sea la falsa lealtad, las falsas ideas de honor, las relaciones falsas establecidas por las religiones, más deberíamos esforzarnos por liberar nuestra conciencia de ellas y la conciencia de los que nos rodean, y al rechazo irrevocable de ellas». Ni el cristianismo ni otras religiones mundiales son adecuadas para el papel de la Religión Mundial, que, en opinión de Wells, solo infundió «prejuicios» y «valores falsos». Por cierto, Wells no mostró simpatía por el cristianismo y de todas las maneras posibles aprobó la política de ateísmo agresivo que se aplicó en la Rusia soviética. En esto fue apoyado por algunos otros intelectuales británicos, como Bernard Shaw.

 

Wells conocía bien a Arnold Toynbee (1889-1975), autor del trabajo de varios volúmenes «Estudio de la historia», que describía ideas sobre las civilizaciones que existieron y existen en el mundo. Si bien estuvo de acuerdo en que existe la diversidad de civilizaciones, Wells creyó que era necesario deshacerse de ella, construir una sola civilización. Deshaciéndose y destruyendo a las civilizaciones «atrasadas», en las que también incluía a Rusia («la civilización rusa»): «India, China, Rusia, África son una mezcla de sistemas sociales aplicados, algunos de los cuales están condenados, mientras que otros serán llevados a sus extremos: las finanzas, la mecanización y la invasión política de las civilizaciones atlántica, báltica y mediterránea los destruirá, se apoderaran de ellos, los explotaran y los esclavizaran un poco más o menos».

The Open Conspiracy: Blue Prints for a World Revolution

La única «civilización prometedora» era para Wells el mundo anglosajón. Es sus intereses lo que él representa. No es ningún secreto que Wells era francmasón y miembro de sociedades secretas. Según el autor de The Committee of 300, John Coleman, Wells fue miembro de este comité, que se considera la máxima autoridad del mundo detrás de escena.

 

Las élites gobernantes de civilizaciones poco prometedoras deberían estar del lado de la «Conspiración Abierta», se les debería dar la esperanza de convertirse en parte de la élite mundial: a lo que Europa y América deben su ascenso, la Conspiración Abierta puede hacer infinitas promesas. De un salto podrán abandonar el barco moribundo de su sistema anticuado y, sobre las cabezas de sus conquistadores actuales, entrarán en plena hermandad en la hermandad de los gobernantes de este mundo».

 

Es de destacar que H.G. Wells contaba mucho con la Rusia soviética en la implementación de la Conspiración abierta. Evaluó positivamente el poder de los bolcheviques: “Muchos consideran que este gobierno es una innovación extremadamente interesante. Cuando una comunidad de propagandistas se convirtió en una república, está inspirada en las ideas de la Conspiración Abierta, allanando el camino para su implementación».

 

Por el mismo título de su libro, Wells afirma ser un revolucionario. Quedó impresionado por el hecho de que los bolcheviques también son revolucionarios, además, «internacionales». Trotsky, inmediatamente después de octubre de 1917, presentó la consigna de transformar la revolución «rusa» en una «mundial». Es cierto que, en el momento en que Wells escribió The Open Conspiracy, Stalin ya se había enfrentado con Trotsky, anunciando la posibilidad de construir el socialismo en un solo país para corroborar ideológicamente la industrialización que estaba comenzando en el país. Sin embargo, estas innovaciones en la vida de la URSS, aparentemente, no llegaron a Wells, o las percibió como «maniobras tácticas».

 

Tanto en The Open Conspiracy como en otros lugares, Wells aborda con cuidado la cuestión de la estructura socioeconómica de la sociedad que quiere. En cualquier caso, este es un modelo en el que dominan los monopolios y los bancos, y la economía está controlada por el Estado. Wells estaba familiarizado con John Maynard Keynes, el ideólogo de la intervención estatal en la vida económica, y, al parecer, veía el mundo del futuro como el capitalismo keynesiano. También se siente la influencia sobre Wells del economista austriaco-alemán Rudolf Hilferding, conocido por su trabajo fundamental «Capital financiero» (1910) y quien creó la teoría del «capitalismo organizado». Para Hilferding, esta es la forma ideal de sociedad basada en el dominio del capital bancario, que da orden a la economía y la vida social. Esto no es capitalismo espontáneo ni socialismo. Este modelo atrajo a Wells, quien fue uno de los fabianos más destacados. La Fabian Society, fundada en Londres en 1884, unió a la élite intelectual británica de opiniones reformistas-socialistas, afiliadas al Partido Laborista. Al mismo tiempo, los fabianos (y Wells) tenían ideas muy vagas sobre el socialismo.

 

Sin embargo, en algunos aspectos, la visión de Wells del nuevo orden mundial era muy clara. Él creía que la estructura social de la sociedad futura debería ser extremadamente simple. Arriba, la élite, abajo, todo lo demás (plebeyos, proletarios, masas). Sin estratos y clases medias. La élite debería estar formada por intelectuales y capitalistas. Así como los bolcheviques proclamaron una alianza de trabajadores y campesinos como la base del sistema socialista, para Herbert Wells, la base de la sociedad debería ser la alianza de intelectuales y grandes empresas.

И.В. Сталин и Г. Уэллс, 1934 год

En cuanto a Rusia en ese momento, a pesar de su «atraso civilizatorio», según Wells, tenía una gran posibilidad de unirse al MNP más rápido que otros, ya que tenía una «intelectualidad». La «conspiración abierta» contaba mucho, mucho en este estrato, «cuyos miembros suman solo unas pocas decenas de miles. Solo ellos tienen acceso a las ideas de la perestroika mundial, y en el asunto de obligar al sistema ruso a tomar una parte real en la conspiración mundial, solo se puede contar con esta pequeña minoría y con el reflejo de su influencia en la miríada de individuos controlados por ella. Cuanto más al Este se vaya, comenzando con la Rusia europea, mayor será la relación entre el número de personas que tienen una mente estable y lo suficientemente preparadas para que nos entiendan y nos ayuden, y el número de personas que no tienen esa mente cambia a favor de esto último, lo que nos lleva a una conclusión aterradora. Destruye esta pequeña facción y te encontrarás cara a cara con los bárbaros, propensos al caos y sin la capacidad de ningún tipo de organización social o política que supere la de un aventurero militar o un jefe de ladrones. Rusia misma (sin el régimen bolchevique. – VK) de ninguna manera es una garantía contra la posibilidad de tal degradación».
Wells esperaba mucho que la Rusia soviética apoyara la Conspiración Abierta. Sin embargo, la URSS siguió su propio camino e incluso confundió las tarjetas para esos conspiradores británicos, cuyas opiniones fueron expuestas por el escritor inglés. Esto finalmente quedó claro para Wells en 1934, cuando visitó la Unión Soviética y se reunió con Stalin. Al mismo tiempo, la idea de una conspiración abierta siguió siendo relevante durante décadas. Escritores ingleses como Aldous Huxley y George Orwell tomaron prestado algo de H.G. Wells y agregaron algo a su descripción del futuro del nuevo orden mundial.

 

PD: El libro de Wells The Open Conspiracy aún no se ha traducido al ruso.

La escatología de Karel Čapek

Карел Чапек и его роман «Война с саламандрами»

POR VALENTIN KATASONOV

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

La novela «Guerra con las salamandras» y el presente

 

Creo que el escritor checo Karel Čapek (1890-1938) debe estar entre los diez escritores más destacados del siglo XX. Sin menospreciar el talento y la importancia de Jaroslav Hasek con su «El valiente soldado Švejk» y Julius Fucek (Reportaje al pie de la horca), me aventuraría a sugerir que es Čapek la figura más destacada de la literatura checa. Y hay una razón para recordar a este escritor hoy: este año se cumplen 130 años de su nacimiento.

 

La mayoría de los investigadores del trabajo de Čapek destacan su novela «La guerra con las salamandras». Este libro es una parodia, y pertenece al género de fantasía conocido como distopía. También diría que esta novela es escatológica.

 

La primera publicación de «La guerra con las salamandras» tuvo lugar dos años y medio antes de la ocupación de la República Checa por los nazis alemanes y tres años antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Algunos vieron en la novela un indicio de los cataclismos inminentes asociados con el fortalecimiento del fascismo y el Tercer Reich. Creo que esto es realmente así: Čapek fue un antifascista comprometido.

Карел Чапек

La novela comienza como una aventura en el espíritu de La isla del tesoro o Los hijos del capitán Grant. Un cierto marino y aventurero, el Capitán Van Toch, entra en el negocio de extracción de perlas, de repente encuentra una manera de mejorar la eficiencia de su negocio. Comienza a usar grandes reptiles marinos, salamandras, que son expertos en la cosecha de perlas del fondo marino. Son ingeniosos y están dispuestos a llevar estas joyas al Capitán van Toch a cambio de cuchillos y arpones. Van Toch comienza a involucrar a un número creciente de salamandras en sus negocios, la producción de perlas está creciendo rápidamente, su oferta comienza a exceder la demanda y los precios de las perlas en el mercado mundial comienzan a caer.

 

El experto van Toch entiende que las salamandras pueden conectarse económicamente con algo más. Por ejemplo, trabajos subacuáticos durante la construcción de puertos. ¡Es casi trabajo gratis! Van Toch convence al rico industrial Pan G. H. Bondi de establecer una empresa internacional para comerciar con salamandras. Surge un sindicato gigante «Salamander», que moviliza enormes recursos financieros. Las salamandras comienzan a multiplicarse intensamente, a establecerse en las islas de los océanos Índico y Pacífico, se les enseña a usar diversas herramientas y se les entregan barcos de todo el mundo. Emerge un mercado mundial para salamandras. Al mismo tiempo, aparece un mercado en las sombras para estas criaturas, no controlado por el sindicato de Bondi. Tanto los vendedores como los compradores de bienes vivos están trabajando para mejorar las habilidades de los reptiles marinos, desarrollando en ellos su capacidad de pensar.

 

Las salamandras se multiplican muy rápidamente, ya hay muchas más que las personas en el planeta. Aprenden bien lo que se les enseña, muchos ya están dotados de inteligencia comparable a la inteligencia del habitante promedio de la Tierra, participan en la implementación de proyectos bastante complejos, en la construcción de presas, canales y otras estructuras hidráulicas. Los empresarios se dedican a la producción de comida para las salamandras, proporcionándoles las herramientas necesarias, los explosivos y los medios necesarios para realizar trabajos hidráulicos mientras se están frotando las manos.
Sin embargo, gradualmente la euforia causada por el uso a gran escala del trabajo prácticamente gratuito de las salamandras en la economía mundial está dando paso a la ansiedad, incluso al miedo.

Саламандры захватили мир

Primero, hay un reemplazo de los seres humanos como fuerza laboral por las salamandras, el desempleo se está volviendo alarmante. Las protestas de los trabajadores se multiplican en todos los países.

 

En segundo lugar, las salamandras comienzan a sentirse soberanas, ahora reclaman los mismos derechos que los seres humanos. Ya no aceptan ser explotados. Se sienten trabajadores libres, dispuestos a cooperar con los seres humanos en pie de igualdad y beneficio mutuo.
En tercer lugar, algunas de las salamandras comienzan a reclamar el espacio vital de los seres humanos. Las salamandras, como habitantes del medio marino, no necesitan tierra e incluso la desprecian; están discutiendo opciones para inundar continentes enteros para expandir su hábitat natural. Entre las salamandras, están surgiendo «sentimientos imperialistas», por así decirlo.

 

Gradualmente, las salamandras salen de la sumisión frente a los seres humanos. Se trata de un conflicto armado entre humanos y salamandras. Al ver desacuerdos entre grupos individuales de la humanidad, las salamandras buscan acuerdos con algunos Estados sobre el suministro de armas a los reptiles, y luego ellos mismos comienzan a crear armas.

 

La humanidad está dirigida por reptiles, están obteniendo más y más derechos. Se está desarrollando un movimiento para una escolarización sistemática de las prolíficas salamandras, están surgiendo discusiones sobre qué educación se debe dar a las salamandras, qué idioma deben hablar, etc.

 

Al final, las salamandras del mundo entero se unen y declaran su soberanía. Su Estado está encabezado por la Salamandra Suprema. Čapek en forma grotesca describe las interminables reuniones de varias organizaciones internacionales que discuten el problema. Esta es una clara alusión a la esterilidad de la entonces Liga de las Naciones, que no pudo resolver ningún problema.

No seguiré contando más cosas de la novela. El final del libro se hace evidente: la humanidad ha liberado al genio de la botella. El Jin toma la forma de un gigantesco ejército de salamandras que está listo para destruir a la humanidad. La novela termina con una pregunta retórica: «¿Qué pasará después?» El autor se responde a sí mismo: «Y lo que sucederá después, no lo sé». La tarea del autor es hacer pensar al lector. Ayuda a las personas a alejarse de este límite.

 

Repito una vez más que la mayoría de los investigadores de Čapek creen que su novela fue una advertencia sobre la amenaza que representó la peste marrón del Tercer Reich. La figura de la Salamandra Suprema en la novela es una parodia clara de Hitler. Al ver cómo esta plaga se acerca al mundo y cómo la humanidad resulta incapaz de resistir tal amenaza, Čapek escribe: “La pregunta que surge es: ¿la humanidad es capaz de ser feliz y alguna vez fue capaz de serlo? El hombre es indudablemente un ser vivo; pero la humanidad nunca lo fue. Toda la desgracia del hombre radica en el hecho de que estaba destinado a convertirse en la humanidad; o en el hecho de que se convirtió en la humanidad demasiado tarde, cuando ya se había diferenciado irreparablemente en naciones, razas, religiones, propiedades y clases, en ricos y pobres, en cultos y no cultos, en esclavizadores y esclavizados. Reuniendo caballos, lobos, ovejas y gatos, zorros, osos y cabras en un solo rebaño; encerrándolos a todos en un corral, haciéndolos vivir en este recinto antinatural, que llamamos Sociedad, y haciéndolos seguir las leyes de la vida común a todos; este será un rebaño infeliz, disgustado y desunido, en el que ni una sola criatura de Dios se sentirá en su lugar. Aquí hay una imagen completamente precisa de una manada enorme y desesperadamente heterogénea llamada humanidad».

 

La novela está escrita en el espíritu de una parábola, por lo que en cada época se puede interpretar de diferentes maneras. Las salamandras de Čapek son robots. Se nos dice que los robots pueden reemplazar con éxito a una persona cuando puedan realizar diversas funciones y operaciones en la economía, aplicando no solo trabajo físico, sino también mentales. Por ejemplo, hoy algunos medios chinos han reemplazado a los periodistas en vivo por automóviles. Sí, siempre y cuando tales periodistas-máquinas producen materiales bastante simples. Sin embargo, no está lejos el momento en que los robots escribirán no solo artículos analíticos serios, sino también historias y novelas. El trabajo en esta dirección está en marcha. Y el tema de los robots está estrechamente relacionado con el tema de la inteligencia artificial. Cualquier inteligencia artificial es un robot avanzado en lugar de una máquina herramienta programada a la antigua.

 

Karel Čapek tuvo la premonición de la aparición de máquinas que primero podían desplazar a una persona y luego comenzar a destruirla. Después de todo, la palabra «robot» fue inventada no por un especialista en IA o un ingeniero, sino por un escritor. El nombre de ese escritor era Karel Čapek. Él acuñó esta palabra exactamente hace un siglo, usándola en su obra «R. W. R. » («Robots universales Rossum»), que apareció en 1920. Es cierto que, en esta obra, las máquinas no se llaman robots, sino las personas que realizan un tipo de trabajo muy específico. En checo, «trabajo» es práce. Y también está la palabra robota, esto es «trabajo duro», «corvee», «trabajo difícil». Con esas tendencias de desarrollo, cuando hay digitalización de todo y de todo por igual, una persona puede convertirse en un robot. Más precisamente, un biorobot, una salamandra del siglo XXI. Lo peor que nos puede esperar es el reemplazo del homo sapiens por el próximo ejército de biorobots, salamandras del siglo XXI. Este sería el fin de la historia humana.

 

Al final de la novela, Čapek argumenta irónicamente: “¿Qué hacer?, aparentemente, el mundo debe perecer; pero al menos esto sucederá sobre la base de consideraciones económicas y políticas generalmente reconocidas; ¡al menos esto se hará con la bendición de la ciencia, la tecnología y la opinión pública, y todo el ingenio humano se pondrá en juego! Sin una catástrofe cósmica: solo por intereses estatales y económicos, consideraciones de prestigio, etc.»

 

Han pasado 84 años desde que se dijeron estas palabras, pero estas palabras no han quedado obsoletas en absoluto. La historia enseña que no enseña nada.

​J.R.R. Tolkien: Fe y Literatura

Tolkien

Las cartas de nos quedan de J.R.R. Tolkien contienen numerosos pasajes que expresan las creencias religiosas del famoso creador de los hobbits. Antes de empezar a leer esas cartas, en las que podemos aprender cómo entendió y vivió su fe católica el creador de los hobbits, hemos de recordar que fue criado y educado por su madre, Mabel Tolkien (Suffield de soltera), convertida a la Iglesia Católica desde la secta neo protestante baptista. El precio de su conversión -que ocurrió en 1900, cuando ella y sus dos hijos fueron recibidos en la Iglesia Católica Romana- fue en verdad grande: el martirio. A pesar de ser viuda (su marido, Arthur, murió en Sudáfrica el 15 de febrero de 1896), su familia baptista cesó cualquier asistencia financiera cuando su conversión pasó a ser pública. Como consecuencia directa de todas las dificultades de salud que sufrió, Mabel murió de diabetes el 14 de noviembre de 1904. Tenía sólo 34 años.

Los huérfanos, John Ronald Reuel (nacido el 3 de enero de 1892) y su hermano Hilary Arthur Reuel (nacido el 17 de febrero de 1894), fueron criados y educados por un sacerdote católico, el padre Francis Xavier Morgan de la Congregación del Oratorio creada por otro gran escritor católico, San John Henry Newman. John y su hermano Hilary estaban convencidos de que su madre murió como mártir por su fe católica. Es fácil imaginar la influencia que esta inconfundible verdad tuvo en las almas de estos dos jóvenes hermanos. Es la razón por la que, como notaremos en sus cartas, J.R.R. Tolkien fue un católico ferviente que vivió su fe intensamente.

El autor de El señor de los anillos colocó en el centro de su vida el Santísimo Sacramento del altar, como podemos leer en una carta enviada a su segundo hijo, Michael, en marzo de 1941:

“Desde la oscuridad de mi vida, tan frustrada, te presento una gran cosa a la que amar en la tierra: el Santísimo Sacramento”

La importancia que J.R.R. Tolkien siempre atribuyó a la sagrada Eucaristía es aún más evidente en otra carta, fechada en 1963, al mismo hijo Michael, en la que explica por qué está seguro de que la única iglesia verdadera de la tierra es la Iglesia Católica:

“Para mí, esa Iglesia de la cual el Papa es la cabeza visible en la tierra tiene una afirmación fundamental y es que siempre ha defendido (y aún defiende) el Santísimo Sacramento y le ha dado el mayor honor y lo ha puesto (como Cristo claramente quiso) en el lugar principal. “Alimenta mis ovejas” fue su último encargo a san Pedro; y, puesto que sus palabras han de entenderse siempre primero literalmente, supongo que se refieren primariamente al Pan de Vida. Fue contra esto contra lo que en realidad se lanzó la revuelta del occidente europeo (o Reforma) -“la blasfema fábula de la misa”- y la fe y las obras una simple pista falsa. Supongo que la gran reforma de nuestro tiempo fue la que llevó a cabo san Pío X: por encima de cualquier cosa, por muy necesaria que sea, que el Concilio logre. Me pregunto en qué estado estaría la Iglesia ahora si no fuera por ella [la Eucaristía]”.

Crítico firme y vehemente de la Revolución protestante, que eliminó por completo la sagrada liturgia y los sacramentos de las vidas de millones de católicos caídos, J.R.R. Tolkien no era un simple apologeta del catolicismo sino, y al mismo tiempo, católico totalmente practicante y piadoso. Más tarde en su vida, cuando la Revolución entrara en la misma Iglesia -debido a las “reformas” del papa Pablo VI y el Concilio Vaticano II- se manifestará como un acérrimo oponente a la destrucción/sustitución de la misa de los tiempos del papa Gregorio Magno por una liturgia inventada. Podemos leer otro fragmento relevante que contiene una brillante refutación de la “reforma” litúrgica hecha en nombre de la vuelta al “cristianismo primitivo”, en una carta de 1967:

“La búsqueda “protestante” de simplicidad y franqueza hacia el pasado, aunque, desde luego, contiene algunos motivos buenos o al menos inteligibles, es errada y ciertamente vana. Porque el “cristianismo primitivo” es hoy y, a pesar de toda la “investigación”, seguirá siendo ampliamente desconocido; porque la “primitividad” no es garantía de valor y es, y era en gran medida, un reflejo de ignorancia. Los abusos graves han sido elementos del comportamiento litúrgico cristiano tanto en los primeros tiempos como ahora. (¡Las censuras de san Pablo sobre comportamientos eucarísticos son suficiente muestra de ello!) Aún más porque el Señor no pretendió que “mi iglesia” fuera estática o permaneciera en una infancia perpetua, sino que fuera un organismo vivo (parecido a una planta), que se desarrolla y cambia en lo exterior por la interacción de la vida divina que se le ha legado y de la historia, las circunstancias particulares del mundo en el que existe. No hay ningún parecido entre el grano de mostaza y el árbol crecido. Para los que viven en los días en que crecen las ramas, el árbol es la cosa, pues la historia de una cosa viva es parte de su vida, y la historia de una cosa divina es sagrada. Los sabios pueden saber que empezó con una semilla, pero es vano tratar de desenterrarla, porque ya no existe, y la virtud y las facultades que tiene ahora residen en el árbol. Muy bien, pero en agricultura las autoridades, los guardas del árbol deben cuidarlo de acuerdo con el saber que poseen, podarlo, quitar las llagas, librarlo de parásitos y todo eso. (¡Con inquietud, sabiendo lo poco que saben del crecimiento!) Pero ciertamente le harán daño si están obsesionados con el deseo de volver a la semilla o incluso a la primera juventud cuando era (como imaginan) hermoso y no afectado de ningún mal. El otro motivo (tan confundido ahora con el primitivista, de igual modo que en la mente de cualquiera de los reformadores): aggiornamento, poner al día, que tiene en sí mismo peligros graves, como se ha visto a lo largo de la historia. Con esto, el “ecumenismo” se ha vuelto también confuso”.

Al mencionar en una carta del 2 de enero de 1969 que su patrón es san Juan Evangelista, no pierde ocasión de insistir en su formación intelectual católica. De hecho, hizo de su fe católica el eje principal de toda su vida. Por eso, marcado por tal influencia, uno de sus hijos, John, se hizo sacerdote católico.

Hombre del tiempo en que vivía, John Ronald Reuel Tolkien fue “ciudadano total del Reino del Cielo” en la tierra, la Iglesia católica. Sólo un crítico o un historiador cegado por sus propios prejuicios puede ignorar la profunda religiosidad de J.R.R. Tolkien. ¿Pero cómo influye esta religiosidad en las historias épicas escritas por un autor de ficción que hizo las delicias de millones de lectores de todo credo y raza de la tierra?

Si las cartas de Tolkien nos permiten desvelar la dimensión religiosa y católica de la vida de su autor, la relación entre sus creaciones literarias y su fe religiosa son un asunto delicado. Todos los aspectos de esta relación se incluyen en un pasaje de una carta escrita en 1953 a uno de los amigos más importantes de J.R.R. Tolkien, el padre Robert Murray S.J., al que muestra cómo incluye cierto elemento religioso en sus historias:

“El señor de los anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica; de modo inconsciente al principio pero conscientemente en la revisión. Yo por eso no he puesto ni he cortado prácticamente ninguna referencia a nada como “religión”, cultos o prácticas en el mundo imaginario. Porque el elemento religioso está absorbido en la historia y en el simbolismo”.

Si el elemento religioso parece ser una ausencia notable en la Tierra Media, en esta carta el autor subraya que este elemento está “absorbido”, camuflado, en cualquier caso presente implícitamente en la textura de la historia y especialmente en sus símbolos.

Como muchos otros grandes escritores católicos del siglo XX, como Gilbert Keith Chesterton y George Bernanos, J.R.R. Tolkien no escribe “literatura católica” programática, que represente como una forma disfrazada de apologética. Ninguno de estos escritores aceptó la etiqueta de “escritor católico”. J.R.R. Tolkien se consideraba a sí mismo escritor, pero no necesariamente un “escritor cristiano (es decir, católico)”. Es un católico que, entre otras vocaciones secundarias (como las de profesor, esposo y padre), recibió la de escritor. No confundió los principios y reglas propios del arte literario con los específicos de la religión y de la teología. Aunque armoniosos, en su perspectiva el arte y la fe son diferentes. Estos dos tipos de experiencia y pensamiento humanos tienen su propio campo. Ello no significa “divorcio”, sino una forma de coexistencia en la que siempre son posibles fuertes influencias e intercambios. Por eso J.R.R. Tolkien no niega la influencia de su fe católica en aquellos valores codificados en sus escritos. Por ejemplo, acepta la interpretación de una lectora devota, Deborah Webster, que piensa que los encantamientos de Elbereth o Galadriel de El señor de los anillos son similares a las oraciones católicas dirigidas a la Santísima Virgen María, o que el pan élfico llamado lembas simboliza la sagrada Eucaristía.

Junto a todas estas interpretaciones podemos proponer otra explicación a todos los lectores que ignoran el trasfondo católico de las obras de J.R.R. Tolkien invocando el hecho de que en la Tierra Media no hay religión. ¿Por qué? Porque, si el propio autor explica en una carta escrita en 1955 que la Tierra Media “es un mundo monoteísta de teología natural”, añade inmediatamente que “la Tercera Época no era un mundo cristiano”. En este punto subrayamos que el contexto histórico en que sucede la acción de ambas historias, El señor de los anillos y el Silmarillion, es uno antiguo y precristiano.

En este respecto, J.R.R. Tolkien sigue la misma senda de los primeros pensadores católicos, como san Justino, el mártir y filósofo, o Clemente de Alejandría, que buscaron y descubrieron en las enseñanzas de los antiguos sabios paganos las llamadas semina verbi (semillas del Logos, Nuestro Señor Jesucristo), que anticipaban la revelación cristiana. En el mismo sentido podemos descubrir en las historias de J.R.R. Tolkien muchos elementos cristianos consistentes que no son totalmente explícitos, sino más bien señales, símbolos, que pretenden guiar a los lectores a la plenitud de la fe cristiana.

Por Robert Lazu Kmita / Rumanía

Artículo original: https://remnantnewspaper.com/web/index.php/fetzen-fliegen/item/4952-j-r-r-tolkien-faith-and-literature Traducido por Natalia Martín

CHARLES WILLIAMS: “IMAGEN DEL IMPERIO” – ¿IMAGEN DE SOFIA?

Por Alexander Bovdunov

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Artículo basado en un informe del seminario «Platonismo e Imperio»

 

Anteriormente, ya mencionamos la idea del imperio que tenía el poeta, escritor y teólogo inglés Charles Williams. Sin embargo, nos parece que ciertos puntos importantes quedaron fuera de nuestra atención. Este seminario es una buena oportunidad para abordar este tema nuevamente.

 

Vale la pena recordar que anteriormente hablamos sobre Williams y su apelación a la imagen del Imperio Bizantino. Charles Williams es un novelista inglés, un poeta, un místico de la primera mitad del siglo XX. Miembro de la orden Golden Dawn, luego cristiano creyente (anglicano), teólogo. Un conocido de William Butler Yeats, Alistair Crowley, J.R. Tolkien, Clive Staples Lewis. Tuvo un gran impacto en este último.

 

Williams, en sus obras teológicas y en la ficción, por un lado, a menudo recurre a los conceptos platónicos. Por otro, a las imágenes asociadas a Bizancio.

 

En este sentido, destacan sus poemas, en los que el tema de Bizancio se combina con las imágenes de Arturo. En particular la «Visión del Imperio». «Taliesin a través de Logres» y «Taliesin vuelve a Logres».

 

Imperio y anti-imperio

 

En estas obras, se habla del antiguo bardo galés Taliesin, que vivió en el siglo VI. En ella se describe su viaje a Bizancio. Sin embargo, no se trata solo de un viaje físico y por medio de la geografía física del imperio, sino de la geografía de la imaginación poética: la geografía de Mundis Imaginalis. El Bizancio imaginario no es el Bizancio histórico, aunque hay referencias a la historia. Es la imagen de un Imperio como tal.
Para entender qué es un Imperio para Williams, pasemos al hecho de que él no conoce un Imperio. Y, en primer lugar, nuestra atención recae en la sustancia o área de la geografía sagrada como Po-Lu, en la que no es difícil reconocer el termino platónico (polla), que se correlaciona con las imágenes del mar y los pulpos.

 

La misma imagen, con énfasis en sus connotaciones satánicas, también es usada en la obra de Williams The Octopus House.

 

Además, este mar es «ininteligible». Y detrás de Po-Lu, aparece la imagen alarmante del emperador sin cabeza y el «Bizancio de las antípodas», lo opuesto al verdadero Imperio, que se caracteriza por la «obscenidad», la profanación, el «abandonado del corazón por lo cerebral», «el desorden de los pensamientos sensibles».

 

Po-Lu, como señaló la investigadora británica Simone Wilson, es «un rechazo completo de cualquier unidad y, por lo tanto, se encuentra completamente fuera» de las fronteras del Imperio.

 

Si Po-lu es polla, entonces el Imperio es el «EN» (Uno) platónico, mientras que no es uno en sí mismo, sino uno solo con el «polla» que es la segunda hipótesis del diálogo platónico de «Parménides». El uno en sí mismo es apofático, y tan pronto como se le agrega el atributo del ser, inmediatamente se convierte en muchos. Pero un Imperio que une lo Múltiple en un solo orden, ascendiendo a los patrones celestiales, puede interpretarse precisamente como lo «Uno en lo Múltiple».

El Imperio como un cuerpo

 

Aquí debemos prestar atención a la imagen del Imperio como un cuerpo en Williams. «El cuerpo cantaba como un solo órgano» – así dice la traducción rusa del comienzo de la «Visión del Imperio». Al mismo tiempo, el texto en inglés refleja con mayor precisión esta unión de unidad y pluralidad «Organic body sang together». El cuerpo cantaba «junto». La imagen del cuerpo refleja tanto la unidad como su singularidad y la presencia de muchos órganos.

 

Y ahora recordemos una de las declaraciones de Sócrates sobre lo Uno y lo Múltiple en Parménides, antes del diálogo entre Parménides y Aristóteles.

 

«Pero lo sorprendente es que alguien demuestre que soy uno y muchos, y queriendo mostrar la multiplicidad, dirá que tengo diferencias entre la derecha y la izquierda, adelante y atrás, así como las partes superior e inferior, porque en lo plural me parece que estoy involucrado, queriendo demostrar que soy uno, él otro dirá que, al estar involucrado en lo uno, yo, como persona, soy uno de los siete: de esta manera se revela la verdad de ambos».

 

Entonces, el hombre es Uno y Múltiple. Aquí podemos recordar la homología del hombre y el cosmos en la imagen del Ymir en la mitología escandinava. O la homología del hombre y el orden social, por cierto, y el cosmos también en la imagen de Purusha en el hinduismo. En el cristianismo, la idea de la Iglesia como «cuerpo de Cristo».

 

Sin embargo, con la Iglesia, si continuamos esta secuencia de imágenes, también descubrimos que es la Mujer vestida del sol y la Novia de Cristo.

 

Y es significativo que Williams represente al Imperio no solo como hombre, sino como mujer o doncella.

 

El cuerpo de un Imperio es un cuerpo femenino. Es interesante que Williams se refiera específicamente a Bizancio, donde, a diferencia de Occidente, no existe una separación tan irreconciliable y clara entre el Imperio y la Iglesia en la lógica de las dos ciudades: el Cielo y la Tierra.

 

Si continuamos con la serie de imágenes, entonces la imagen de Williams puede correlacionarse con el Cantar de los Cantares, y por lo tanto con el alma y la Iglesia, y ver una referencia a la Virgen e incluso a Sofía («una verdadera unidad, no opuesta a la multiplicidad, sin excluirla, sino… todo en sí mismo incluido»- dice Vladimir Solovyov» – nuevamente la segunda hipótesis de Parménides).

 

Al mismo tiempo, en Williams, esta imagen del Imperio no es solo la imagen del «verdadero orden social», sino también del «hombre no caído», el hombre antes de la caída e incluso antes de la Creación.

 

La imagen del Imperio es también la imagen del mundo. En una explicación a Clive Staples Lewis, Williams escribe que la forma del cuerpo como mujer fue supuestamente aleatoria, elegida solo porque el emperador es un hombre, pero el texto del poema, y la atención de Williams a la «teología del amor romántico», sugiere que no hay ninguna aleatoriedad aquí.

 

Sí, y dado que Williams entiende al emperador como la imagen de Dios, que realiza una mimesis en relación con Cristo e incluso afirma en las mismas explicaciones que el Emperador es «El Emperador como (i) Dios operativo o Dios como lo conoce el hombre». La comprensión del imperio como mujer es lógica, pero nuevamente conduce a la imagen de Sofía.

 

La misma palabra Sofía se encuentra a menudo en los versos de Williams, como, por ejemplo, en el poema «Taliesin a través de Logres»: esto también puede entenderse como una referencia a la propia Santa Sofía (construida justo en el momento de Taliesin), pero también a Sofía como sabiduría. Además, el uso de esta palabra no tiene esa ambigüedad que nos permitiría decir que estamos hablando específicamente de la catedral. Y no se mencionan otros templos en el texto, que difícilmente se puede decir que es un accidente.


El Imperio y sus partes

 

Anteriormente, Levan Vasadze propuso la fórmula «lo inseparable no fusionada», de la cristología ortodoxa para la interacción de la Tercera Roma y la Nueva Jerusalén. Williams resuelve un problema similar, pero en el contexto de la interacción de los órganos del cuerpo sagrado del Imperio.

 

Cada área geográfica corresponde a un órgano específico, que simboliza las características de los aspectos espirituales, cuyo mantenimiento está en equilibrio y que una cierta jerarquía garantiza la seguridad e integridad y el funcionamiento adecuado del Imperio.
Entonces, ¿qué son estos órganos y centros geográficos? Logres – Gran Bretaña – la Cabeza – el centro del pensamiento racional. Galia – el Pecho – alimentando el intelecto, así como la organización tradicional, la escolástica y la teología.

 

Roma – las manos: un centro activo como las manos de los constructores, los legionarios, los funcionarios. Y las manos del Papa levantadas en oración.

 

Constantinopla – el ombligo (literalmente «el ombligo del mundo») – la conexión (el cordón umbilical) con la patria divina y celestial, el centro de la verdad y la gloria, el trono del emperador, el rey como imagen de Dios. Jerusalén es el útero, el útero donde nació la fe.

 

Y el Cáucaso es la espalda, un área de placer sensual, pero, por otro lado, la armonía física es un contrapeso a la racionalidad seca de Gran Bretaña. Y también la «sociedad de los aldeanos» (village society).

 

Mientras todo está junto, el imperio está vivo. Sin embargo, la pérdida de una región importante del Cáucaso: la captura de los musulmanes de esta parte conduce a una pérdida del equilibrio, luego se produce una catástrofe, el Grial desaparece del centro racional de Logres, el Rey Arturo trata de restaurar el orden imperial en casa, pero se basa solo en la racionalidad y se bloquea debido a la invasión de un principio sensorial que no comprende: El amor de Ginebra por Lancelot y las artimañas de Mortred (bastardo de Arthur). (Logres ya no está equilibrado debido al Cáucaso).
Por lo tanto, la catástrofe del Cáucaso y la catástrofe de Arturo asesinado por Mortred también pueden entenderse como la supresión del principio sensual femenino, que en última instancia conduce al derrocamiento del Imperio.

 

Hay otra interpretación: el Cáucaso, que en lenguaje poético se describe en pinturas similares a la descripción de la Nueva Jerusalén, es un símbolo del componente físico caído del hombre. Williams escribe sobre «la castidad de los esbeltos picos del Cáucaso». Y la caída del Imperio: convertirse en la antípoda está relacionada con el cambio de esta castidad al simbolismo del dinero y al Elbrus ahogándose en el Cuerno de Oro.

 

Esto es lo que Williams implica: la restauración de un Imperio es imposible en función de solo uno de sus centros, que corresponde a un solo aspecto del hombre. La restauración del imperio como una unidad que da sentido y la capacidad de existir correctamente, de acuerdo con su propio Logos, de cada provincia, ocurre, por así decirlo, de manera conjunta y conciliar.

 

El Imperio y ciudad celestial
En el poema Region of Summer Starts – (Prelude). Williams ve dos formas para Bizancio: convertirse en su antípoda, Tierra de la Infamia (Land of Infamy), la Tierra de la Abominación. O la isla de Sarras – La Nueva Jerusalén Celestial – la tierra de pericorresis, separación sin separación. El Imperio puede caer (como cayó un hombre, la caída de Sofía entre los gnósticos), pero viceversa puede moverse hacia Dios. Al mismo tiempo, la Ciudad del Cielo no solo surgirá en el futuro, la mirada del poeta lo examina ahora.

 

El significado del Imperio está en la anticipación de la Parusía, el descenso de la Nueva Jerusalén.

Este es un tipo de modelo, la semejanza a la que asciende el Sacro Imperio, pero que no coincide con él. Al mismo tiempo, esta imagen puede correlacionarse con el «EN» apofática de Platón y los platónicos.

 

El Imperio no es una ciudad y no pretende serlo, sino que existe para su encarnación. La vida de un Imperio es la vida en previsión de la Parusía.

 

En la Nueva Jerusalén realmente solo hay unidad o el más alto grado de unidad. No son muchas ciudades imperiales, sino una sola ciudad. Estrictamente hablando, esto no es un Imperio, sino una polis, una y solo una donde nadie vive para sí mismo. Sino siempre para otro. Y donde Cristo vive en todos, y no en sí mismo.

 

En la teología de Williams, el descenso de la ciudad santa no es solo un acontecimiento programado automáticamente. Depende en parte de la elección de la persona. El Imperio en este contexto está llamado a convertirse en una especie de ambiente materno para la Nueva Jerusalén. Es decir, ella (de nuevo, es importante que su imagen sea femenina) imita a la Madre de Dios hasta cierto punto y hace que la Ciudad Santa sea visible, y permite que aparezca.

 

Es más probable que esta imagen recuerde el descenso libre (o más bien la aparición) de la Ciudad Santa en N. Gumilyov «levántate, despeja, los muros de la Nueva Jerusalén en los campos de mi país natal» que, por ejemplo, es el impulso un tanto titánico de Blake de construir Jerusalén desde abajo:

 

«I will not cease from mental fight,

Nor shall my sword sleep in my hand

Til we have built Jerusalem

In England’s green and pleasant land».

 

«No dejaré de pelear mentalmente,

Ni mi espada dormirá en mi mano

Hasta que hayamos construido Jerusalén

En la tierra verde y agradable de Inglaterra «.

 

Conclusiones:

 

Las imágenes de Williams con su atención a lo femenino, la teología del amor romántico, Dante y Beatrice, Hagia Sophia, el equilibrio y la combinación de lo carnal y lo espiritual resuenan mucho con el atractivo de Sofía para los pensadores rusos y el estilo del «sofianismo» de Lucian Blaga. – La comprensión bizantina del espacio como «espacio de la tierra saturada con la sutil e imperceptible presencia del cielo».

 

Incluso la figura del emperador bizantino como la imagen de Cristo en la tierra para Williams también es importante porque Cristo combina la naturaleza humana y divina de manera inseparable y sin méritos, por lo que el emperador como obispo de los asuntos externos de la Iglesia combina la autoridad secular y espiritual.

 

Para él, la combinación de uno y otro siempre es importante, no el fuerte contraste Occidental de lo terrenal y lo celestial, sino su interpenetración «sofiológica», del matrimonio, la sinfonía.
Por lo tanto, Williams da razones para comprender los problemas del Imperio en un contexto fundamentalmente nuevo. Al mismo tiempo, este contexto sigue siendo platónico. Contiene la dialéctica del todo y de las partes, lo Uno y lo Múltiple, del reino apofático como la Ciudad, una política y un imperio fenomenal asociado con una ciudad apocalíptica con relaciones complejas.

 

En otras palabras, la poética de Williams implica la oportunidad de pensar en el Imperio de una manera sofisticada: no sociológicamente, este es un tema separado, pero de una manera sofisticada:

 

  • El Imperio como unidad.
  • El Imperio como lo que está en el medio: entre el espíritu, el cielo paternal y la tierra.
  • El Imperio, como aquello que está fundamentalmente abierto tanto a lo celestial como a lo terrenal, sin suprimir a este último y reduciéndolo a la fuerza, unificando, pero integrándose en un orden, volviéndose hacia patrones celestiales y preservando la diversidad.
  • El Imperio como expresión de cierta presencia divina en el mundo (aunque no como la Iglesia). Esta no es la deificación del imperio, sino solo el reconocimiento de la existencia de una dimensión superior sobre él, la conexión con la que permanece si quiere seguir siendo un Imperio.
  • Tal Imperio de Sofía no pretende construir el reino de Dios en la tierra para convertirse en este reino, sino que prepara la aparición, el nacimiento de la Jerusalén celestial como Otro con respecto a sí mismo.
  • Esto también puede entenderse de dos maneras: como la expectativa de la llegada del Novio celestial y como la preparación para el nacimiento del Otro, la Ciudad, que reemplazará y abolirá el orden mismo del Imperio.

 

Referencias bibliográficas:

 

  • Charles Williams. «Visión del Imperio». Traducción de G. Bondarenko. https://litresp.ru/chitat/ru/%D0%9B/literaturi-gazeta-denj/denj-literaturi-143-7-2008/17
  • The Arthurian poems of Charles Williams: A critical annotated edition. United States Naval Academy. Annapolis, Maryland. Trident Scholar project report by Jay A Mihal
  • Simone Willson. The Empire of Charles Williams//Mythlore. Vol. 1, No. 4 (October 1969), pp. 50-51
  • Jan Curtis. BYZANTIUM AND THE MATTER OF BRITAIN: THE NARRATIVE FRAMEWORK OF CHARLES WILLIAMS’S LATER ARTHURIAN POEMS//Quondam et Futurus. Vol. 2, No. 1 (Spring 1992), pp. 28-54

JOSÉ MARTÍ COMO PRECURSOR DE LA CUARTA TEORÍA POLÍTICA

José Martí retrato más conocido Jamaica 1892.jpg

Leonid Savin

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

El legado de José Julián Martí Pérez revela la imperfección de las ideologías que llegaron a dominar en el siglo XX y confirma la necesidad de crear una nueva teoría política.

 

El poeta, filósofo, político y revolucionario cubano José Julián Martí Pérez en Cuba es un héroe nacional que dio su vida por la liberación de la patria. En los círculos literarios es considerado uno de los fundadores del modernismo. En Rusia, es conocido principalmente en los círculos de latinoamericanistas, y tal vez de aquellos que están ampliamente y profundamente interesados ​​en la historia de la Revolución Cubana, sin limitarse al conocimiento del Che Guevara y los hermanos Castro Rus. En la época soviética, solo se publicaron dos libros (Martí, Escenas sobre Norteamérica. M: GIHL, 1963; Marty, Favortios. M: Fiction, 1974), que representan solo una pequeña parte de la obra del autor cubano, que estaba censurada. La elección, por supuesto, fue dictada por la crítica de Martí al capitalismo norteamericano, que él conoció desde adentro, viviendo por algún tiempo en los Estados Unidos («Viví en las entrañas del monstruo y lo conozco por dentro. En mis manos está la honda de David»).

 

También estamos interesados ​​en José Martí, no solo como el Apóstol de la Independencia, como se le llama en Cuba, sino también como un filósofo político, al que se le puede atribuir con seguridad ser del círculo de pensadores que precedió a la Cuarta Teoría Política.

 

Por supuesto, en su momento no había marxismo ni fascismo, y las realidades del Caribe estaban relacionadas principalmente con el colonialismo y las ambiciones imperialistas. Pero en las obras de José Martí vemos no solo la superación del pensamiento económico estrecho, característico de la reacción socialista y nacionalista (fascista) ante los inicios del capitalismo. Se las arregló para ver las verdaderas aspiraciones de la gente, más allá de las ideas políticas y las formas organizativas de su época. Él plasmó sus pensamientos sobre este tema en una carta a su camarada en armas, el general Máximo Gómez del 10.20.1884, escrita en Nueva York: «Por las ordenes, las tropas se pueden controlar en general, pero el pueblo no se crea por medio de las ordenes. Estamos preparando una revolución más compleja que requiere una preparación más hábil que cualquier otra revolución».

 

José Martí se opuso al imperialismo, pero no al imperio, lo cual a menudo es enfatizado por los martinistas. Criticó el capitalismo liberal burgués, al tiempo que entendía la naturaleza parasitaria del sistema bancario de entonces (y del futuro). «Si no es posible robar tierras extranjeras, actúan como una camarilla cohesiva, interfieren en la política nacional y cambian las leyes del país para sus propios fines. Inflan el prestigio de alguna empresa, venden sus acciones, fomentan la confianza pública con fraude deshonesto y luego arruinan esta empresa… A su servicio hay periódicos, telégrafos, damas seculares, caballeros elocuentes y respetados, diputados, polemistas ardientes que derraman sus elogios al Congreso, defendiendo sus intereses. Todo está en sus manos, pueden comprarlo todo», escribió en su obra periodística el «Ministro de la Marina Whitney».

 

Su vida en los Estados Unidos dejó una marca indeleble en el trabajo de Martí. «Esta nación es como un árbol: los gusanos a menudo anidan en las raíces de los árboles poderosos», así describió a la nación norteamericana en el ensayo “Premio de Boxeo”. Y aquí existe una caracterización muy detallada en la que trata de capturar tanto el pasado como el futuro: «El tiempo mostrará cuán profundas fueron las raíces de este árbol en flor y lo que une más fuertemente a la gente: el dolor común y el sacrificio conjunto de los hechos o el mismo deseo de obtener ganancias. Solo el tiempo dirá si las fuerzas del mal monstruoso y la destrucción están madurando en las profundidades de este país gigantesco y sorprendente, y si el alma de un pueblo, en cuya vida no había un ennoblecimiento femenino, esta fuente del sentido de la belleza y un rasgo que complemente el carácter nacional, no se ha corrompido» (En Coney Island se vacia Nueva York).

 

Martí fue un revolucionario brillante y activo, alabando las tradiciones y la cultura popular. Entendió la complejidad de la construcción independiente del Estado en el contexto de las relaciones internacionales. Echó un vistazo a las profundidades de aquellos países y pueblos que tuvo la oportunidad de visitar, expresándolo en su poesía o periodismo.

 

Anticipó el surgimiento de América Latina como un polo especial de la política mundial, especialmente señalando el papel de Cuba en la geopolítica regional.

 

La comprensión de la importancia de la libertad de la Isla de Cuba, que se convirtió en una realidad debido a las acciones de Fidel Castro y sus camaradas de armas, está claramente indicada en una carta a Manuel Mercado: «Debemos lograr la independencia cubana, de lo contrario, Estados Unidos se apoderará de las Antillas y desde aquí atacará a las tierras de Nuestra América… Hay pueblos (y estos incluyen al nuestro) que están vitalmente interesados ​​en asegurar que los imperialistas extranjeros no estén de acuerdo con los españoles y allanen el camino a través de Cuba para la anexión de los países de Nuestra América al Norte cruel, agresivo y despreciativo… »

 

«Nuestra América», un pequeño ensayo político de José Martí, es muy amplio en contenido y conserva su relevancia. Al mismo tiempo, el término en sí entró en uso para todos los patriotas latinoamericanos que abogan por la creación de un Gran Espacio, es decir, continuar desarrollando las ideas de Simón Bolívar en un nuevo contexto. En este ensayo, Martí habla sobre las ideas, sobre la identidad de los pueblos, sobre la necesidad de una lucha conjunta, incluso si estos países están separados por grandes distancias, sobre la necesidad de evitar copiar formas de gobierno («el espíritu de gobierno debería ser el espíritu de su pueblo»). En este trabajo, Martí también critica la teoría racial-biológica, que ya estaba de moda en Europa. Si el apóstol Pablo dijo que «no hay griegos ni judíos», entonces Martí declaró que «las personas de diferente físico y color de piel están dotadas de la misma alma». Entonces, el camino hacia el 4PT está abierto a todos los pueblos de pensamiento libre que no han sufrido la decadencia del liberalismo o el racismo-nacionalista burgués y superficial.

 

Curiosamente, las ideas de José Martí están consagradas en la Constitución cubana como la base ideológica que guía al Estado. Por lo tanto, es correcto decir que Cuba sigue no solo al marxismo-leninismo, sino también al josemartismo. Si Marx propuso un análisis económico de la relación entre las clases, y Lenin describió otras prioridades en la lucha contra la burguesía y el capitalismo, Martí representa a un filósofo original que condensa las letras caribeñas con la práctica de la lucha de liberación, las ideas legales (José Martí era un abogado de formación) y un espíritu de libertad. ¡Imaginemos, por ejemplo, que las ideas de F.M. Dostoievski se vieran reflejadas en la Constitución de Rusia!

 

En nuestros trabajos filosóficos, políticos e ideológicos sobre 4TP, a menudo planteamos la cuestión de la libertad positiva, que, en nuestra opinión, debe incluir el significado de un sistema político ideal. Martí escribió en su ensayo “Los tres héroes”: «La libertad es el derecho a ser honesto: no a ser hipócrita en palabras o pensamientos». En otro lugar, señaló: “Antes de que naciera un hombre, y cerca de su cuna, ya están listos en los amplios y gruesos brazaletes que lo encadenan a la filosofía, las religiones, los pasatiempos de los padres, los sistemas políticos. Una persona así se retuerce, atada, y permanece amordazada y ensillada como un caballo de por vida. Por lo tanto, la tierra ahora está llena de personas cuyos rostros están ocultos bajo disfraces».

 

Entonces, Martí sugirió buscar un camino hacia la liberación, no solo del dominio de España, sino también del dominio de las ideas escolásticas de la filosofía racional de Europa Occidental (en gran parte culpable del actual estado de crisis del mundo), cuya incompatibilidad con el espíritu de América Latina fue previsto providencialmente por el poeta cubano.

 

«Si hay un tribunal superior, solo con ustedes estaré ante este tribunal: o seremos condenados ambos, o seremos salvados juntos». Estas líneas se atribuyen a Martí como dedicados a su musa. ¿Pero quién era ella realmente? Esta musa es su tierra natal, Cuba. La historia ha demostrado que Martí tenía razón. Por eso es necesario seguir estudiando las ideas de este gran filósofo y revolucionario cubano. Y desarrollarlas en el contexto del orden mundial actual.

 

El artículo se publicó por primera vez en enero de 2014.

«LA HISTORIA DE UNA CIUDAD»: DE GLUPOV AL APOCALIPSIS

Por Sophia Metelkina

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Informe del seminario «Pueblo y Estado»
Durante la escuela, leíamos concienzudamente (o no tanto) La Historia de una Ciudad (1), nos reímos de los absurdos gobernadores de la ciudad y los no menos absurdos residentes de la ciudad de Glupov, y luego… nos olvidamos de Saltykov-Shchedrín (2) por mucho tiempo.

 

Sin embargo, al leer la historia con una mente fresca, como adultos y tener detrás de ello la experiencia de una guerra interminable con la burocracia, el cinismo y las paradojas de las instituciones estatales, resulta extremadamente interesante. A través de la risa y las lágrimas, apreciamos la visión de Saltykov-Shchedrín, un heredero de la nobleza que ha tenido una tremenda experiencia en el servicio civil y en viajes de trabajo por el interior del país.

 

Si dividimos la historia de la ciudad de Glupov en la tríada «Tradición-Modernidad-Postmodernidad», entonces veremos cuán orgánicamente esto encaja en nuestra realidad. La historia de Glupov no es solo un cuento cómico, sino una profunda historia escatológica sobre cómo la penetración de la Modernidad en el interior rural conduce al terrible Apocalipsis.

 

Por lo tanto, me gustaría «rehabilitar» a Saltykov-Shchedrín: por el contrario, amaba mucho a la gente y sufría mucho por el hecho de que los «terpiles» (3) rusos aceptaran todos los experimentos de los burócratas.


Tradición y sed de orden

 

Las primeras personas que aparecen son necias, absurdas, irracionales, por eso Saltykov-Shchedrín fue acusado repetidamente de rusofobia. Pero si se lee detenidamente, es imposible no sentir una profunda simpatía y lástima por los glupovitas: la gente es miope, pero religiosa, paciente, ansiosa de autoorganizarse, pero no puede encontrar las claves para hacer esto. La antigua tribu de golovotyapov, que posteriormente creó Glupov, estaba tan cansada del caos y las disputas que finalmente expresó su deseo de encontrar Orden, de un fuerte principio rector.

 

La tribu encontró al Supremo gobernante en la persona del Príncipe; sin embargo, siguió siendo una figura trascendente para la gente, enviando sus líderes al lugar. Todos resultaron ser ladrones y provocadores, como resultado de lo cual el Príncipe «… llegó en persona en a Glupov y gritó: «¡Los encerrare a todos!». Y, con estas palabras, comenzaron los tiempos históricos»…

 

La existencia paralela

 

Los alcaldes y la gente casi nunca encontraron un idioma común en toda la historia del asentamiento: todo porque los alcaldes no hablaban fundamentalmente el idioma de la gente. Golpearon a los habitantes, los asustaron, los obligaron a entretenerse o intentaron introducir innovaciones occidentales en la vida cotidiana, pero no trataron de comprender la esencia del pueblo. Como resultado, la gente entendía las terribles amenazas de flagelación y los impuestos, pero no había explicación de lo que estaba sucediendo «desde arriba», la construcción de una ideología coherente y una visión del futuro en Glupov. Igual que hoy.

 

Los glupovitas durante mucho tiempo (en su mayoría inconscientemente) trataron de mantener su identidad: no fue sin razón que los momentos más felices para ellos llegaron cuando simplemente no los tocaban, no los golpeaban, no los obligaban a comer mostaza según la moda o caminar en formaciones. Es decir, el ideal de los glupovitas era la presencia simbólica del Orden y la libertad de vivir original.

 

Saltykov-Shchedrín describió el diálogo entre las autoridades y el pueblo con tanta precisión que aún es relevante. Imaginemos que estamos hablando aquí, por ejemplo, sobre discutir medidas de autoaislamiento en el 2020, o la discusión por parte de la Duma del Estado sobre el próximo y estúpido proyecto de ley:

 

«… pero qué hicieron estas personas, en qué pensaron, qué tareas emprendieron: esto era precisamente lo que no podía definirse de ninguna manera. Parecía que toda esta serie no era más que un sueño de un sueño, en el que las imágenes sin rostro parpadeaban, en el que resonaban algunos vagos gritos, como la lejana gala de una multitud ebria… Aquí una sombra salió de la oscuridad y aplaudió: -¡Ahora, ahora! – y desapareció de forma desconocida; miras, y otra sombra aparece en su lugar, y de todos modos aplaude y desaparece … «¡Lo destrozaré!», «¡No lo toleraré!» se puede escuchar desde todos los lados, pero lo que voy a arruinar, que no toleraré, es imposible de entender. Me alegraría hacerme a un lado, acurrucarse en la esquina, pero no puedes mantenerte aparte o acurrucarte, porque desde cada esquina suena el mismo «¡lo destrozaré!», lo que hace que la persona se esconda en otra esquina y, a su vez, los alcance de nuevo. Era una energía salvaje, desprovista de cualquier contenido…»

 

Curiosamente, durante la mayor parte de su historia, los glupovitas se distinguieron por su increíble capacidad de supervivencia: fueron golpeados, quemados, torturados, asesinados y se rebelaron después de cada experimento como un Fénix. Además, cuanto más difíciles eran los tiempos, más resistentes eran los glupovitas: no había tiempo para la pereza y el libertinaje, trabajaban constantemente, y aunque eran estúpidos e ingenuos, mantenían una conciencia religiosa (según los indicios de Saltykov-Shchedrín, se trataba de la Ortodoxia junto con irreconocibles elementos paganos). Pero los glupovitas no entendieron el liberalismo y no lo aceptaron hasta el último momento: este era el secreto de su ser infinito y profundo más allá del tiempo. Vieron el mundo entero, escatológicamente.

 

“Todas las partes de esta cosmovisión se aferraban tan fuertemente entre sí que era imposible quitar a una y no destruir todo lo demás. No es importante aquí la cuestión del orden de la creación del mundo, sino el hecho de que, junto con esta pregunta, un comienzo completamente nuevo podría haber invadido la vida, lo que, probablemente, debería haber arruinado todo el desastre. Los viajeros de esa época testifican unánimemente que la vida de los glupovitas los impresionó con su integridad, y con razón atribuyen esto a la feliz falta de un espíritu de exploración. Si los glupovitas soportaron con firmeza los desastres más terribles, si siguieron viviendo después de eso, solo debieron esto al hecho de que, en general, cualquier desastre les parecía completamente fuera de su control y, por lo tanto, inevitable».

 

Al mismo tiempo, Saltykov-Shchedrín compara tristemente la esperanza del pueblo que sufre por el poder con el de un «acreedor razonable». Los glupovitas son comparados con los deudores «en las manos de los eternos acreedores», que los dividieron en «razonables e irrazonables»: el segundo grupo solo es castigado, como resultado de no pagar sus devoluciones, el primero «ayuda al deudor a salir de estas circunstancias estrechas y recibe su deuda en recompensa por su racionalidad».

 

Lo que vemos como esperanza, lo vemos perfectamente en el destino de Glupov.

 

La llegada de la Modernidad: la revuelta de la mostaza y la «Ilustración»

 

El primer paso hacia el Apocalipsis fueron los intentos por ilustrar a los glupovitas. Los primeros intentos (sin éxito) fueron hechos por Dvoekurov, y el Sr. Borodavkin lo intento por la fuerza sobre ellos. Bajo él, los glupovitas se ven sacudidos por varias «guerras por ilustrarlos». Lleno de ideas y sin saber cómo aplicarlas, Borodavkin está tratando de obligar a los glupovitas a comer mostaza, como es habitual en el extranjero.

 

Y aquí Saltykov-Shchedrín describe un tipo especial de rebelión estando de rodillas:

 

“… Los glupovitas también tenían sus ideas. Con gran ingeniosidad opusieron a la energía de la acción la energía de la inacción.

– ¿Qué quieres con nosotros? – dijo uno, – quieres cortarlo en pedazos; a él le gusta – comer gachas, pero no estamos de acuerdo!

«¡No puedes quitarnos nada, hermano!» – dijeron otros, – ¡no somos como los otros que han adquirido alguna cosa! ¡No hay, hermano, nada que quitarnos!

Y estaban tercamente de rodillas.

Obviamente, cuando estas dos energías se encuentran, siempre surge algo muy curioso. No hay rebelión, pero tampoco hay humildad real. Hay algo en el medio de lo que hemos visto ejemplos bajo la servidumbre. A veces, una dama encontraba una cucaracha en la sopa, llamaba al cocinero y le ordenaba a él que se comiera la cucaracha. El chef toma la cucaracha en la boca, la mastica visiblemente, pero no se la traga. Era exactamente lo mismo con los glupovitas: masticaban bastante, pero no tragaban nada.

– ¡Romperé esta energía! – dijo Borodavkin y lentamente, sin prisa, y pensó en un plan.

Pero los glupovitas se arrodillaron y esperaron. Sabían que se estaban rebelando, pero no podían si no ponerse de rodillas. ¡Dios mío, no cambiaron de opinión en ese momento! Pensaba: ahora comerán mostaza, como si en el tiempo futuro no fueran forzados a ninguna abominación; no lo harán, como si tuvieran que recibir latigazos. Parecía que estar de rodillas en este caso representaba un camino intermedio que podía pacificar a ambos lados…»


La caída en el materialismo.

 

Sin embargo, cuando las semillas del liberalismo dieron sus frutos, los glupovitas finalmente tuvieron tiempo para descansar. Y los habitantes de la ciudad rápidamente comenzaron a degradarse: comenzaron a adorar ídolos, se dejaron llevar por el materialismo, dejaron de trabajar. Al estilo ruso: de extremo a extremo, radicalmente, hasta el punto de lo absurdo. Incluso intentaron construir la Torre de Babel, pero la realidad rusa salvó a los glupovitas de esto:

 

“Sintiéndose libres, los glupovitas con cierta furia se apresuraron a lo largo de la pendiente que cayó bajo sus pies. Ahora decidieron construir una torre para que su extremo superior descanse sin duda contra el cielo. Pero como no tenían arquitectos y los carpinteros no eran científicos y no siempre estaban sobrios, redujeron la torre a la mitad y la abandonaron, y solo, tal vez debido a esta circunstancia, evitaron confundir sus lenguas».
Los glupovitas, sucumbiendo a la debilidad, «estaban exhaustos bajo la carga de su felicidad», y comienza un período de «furia tonta y descarada» en la historia de la ciudad.

 

Llegó al punto en que los envalentonados glupovitas atacaron lo sagrado, la destrucción de lo sagrado del mundo. En ese momento cruzaron la línea roja.

 

“La corrupción moral llegó al punto en que los glupovitas intentaron buscar el secreto de la construcción de mundos y aplaudieron abiertamente al maestro de caligrafía quien, tras haber superado los límites de su especialidad, predicó desde el púlpito que el mundo no podría crearse en seis días. El miserable calculó muy bien que, si se confirmaba esta opinión, al mismo tiempo toda la perspectiva del mundo de los glupovitas colapsaría. Todas las partes de esta cosmovisión estaban tan unidas entre sí que era imposible atacar una y no destruir todo lo demás. No es la cuestión del orden de la creación del mundo lo que importa, sino el hecho de que, junto con esta pregunta, algún comienzo completamente nuevo podría haber invadido la vida, lo que, probablemente, debería haber estropeado todo el desastre».

 

Por supuesto, en esta forma de vida, las personas recibieron malas cosechas y devastación.

 

La revolución conservadora

 

Y ahora, en el momento más crítico, una revolución conservadora peculiar de repente tiene lugar en Glupov. “Al día siguiente, temprano en la mañana, los glupovitas se sorprendieron al escuchar el sonido de las campanas llamando a los residentes a la mañana. «Había pasado mucho tiempo desde que ya no se escuchaban, por lo que los glupovitas incluso lo habían olvidado». Los creyentes tomaron el poder, entre ellos antiguos mendigos y miserables que se paraban en el porche, y en el Departamento de Filosofía enseñan una doctrina que se asemeja al Platonismo.

 

Parece que la ciudad de Glupov tuvo la oportunidad de recuperar lo que había perdido. Sin embargo, el jefe de los «conservadores» era el alcalde Grustilov, quien en la práctica resultó ser un liberal moderado: se «torturó» a sí mismo con terciopelo y llamó a instaurar la comida de un pescado caro al menú anterior.

 

Como describe Saltykov-Shchedrín, Grustilov le dio al liberalismo «una nueva dirección, que puede llamarse insidiosamente centrífuga-centrípeta-inescrutable-absurda».

 

“Sin embargo, era liberalismo, y por lo tanto no podía tener éxito, porque ya había llegado el momento en que el liberalismo no era necesario en absoluto. No se requería en absoluto, bajo ningún pretexto, de ninguna forma, ni siquiera en forma de lo absurdo, ni siquiera en forma de la admiración por los jefes”.

 

La llegada del Anticristo y el Apocalipsis
Por supuesto, en lo que se convirtió el prometedor giro conservador no pudo durar mucho. La intelectualidad liberal se reunió secretamente en los salones y creó las obscenidades habituales allí, pero la economía nunca se restableció.

 

Y luego un personaje posmoderno llega a los glupovitas, que puede ser representados como el Anticristo. «Con la asunción del cargo de alcalde Ugryum-Burcheev, el liberalismo en Glupov cesó por completo y, por lo tanto, el martirologio no se reanudó».

 

Un urbanista parecido a un soldado, que se asemeja a un robot, introduce reglas extrañas: marchas, reconstrucción de las calles, trata de bloquear el flujo del río, todo esto destruye físicamente la ciudad vieja. “Extinguir el sol, hacer un agujero en el suelo a través del cual se pueda observar lo que se está haciendo en el infierno, estos son los únicos objetivos que un verdadero sinvergüenza reconoce como dignos de sus esfuerzos. Su cabeza se asemeja a un desierto salvaje, en todos los rincones de los cuales las imágenes de la revuelta demoníaca más exigente. Todo este alboroto, silbidos, auges y, haciendo ruido con alas invisibles, se precipita en algún lugar en la oscuridad, amaneciendo… «, el autor de la historia describe el tipo de un tecnócrata-urbanista.

 

Todos los seres vivos se van, solo quedan lo mecánico y vacío. Lo que Saltykov-Shchedrín describe es un estado típico de los habitantes de las megaciudades ateas modernas. «Ni Dios ni los ídolos, nada… En este mundo fantástico, todos estamos juntos a cada minuto, y todos se sienten solos».

 

Y al final llega el Apocalipsis:

 

“El Norte se ha oscurecido y cubierto de nubes; de estas nubes, algo se precipitó a la ciudad: una lluvia o un tornado. Lleno de ira, barrió, perforando la tierra, traqueteando, zumbando y gimiendo y, a veces, emitiendo algunos sonidos sordos y roncos. Aunque todavía no estaba cerca, el aire en la ciudad titubeó, las campanas zumbaron por sí mismas, los árboles se revolvieron, los animales se volvieron locos y se apresuraron por el campo, sin encontrar el camino a la ciudad. Se estaba acercando y, a medida que se acercaba, el tiempo dejó de correr. Finalmente, la tierra tembló, el sol se desvaneció… los glupovitas cayeron sobre sus caras. Un horror inescrutable surgió en todas las caras, barrió todos los corazones.

 

Ha venido … »

 

Notas del Traductor:

 

  1. Historia de una Ciudad es un libro publicado por Mijaíl Saltykov-Shchedrín en 1869-1870, donde se narra la historia de la ficticia ciudad de Gulpov y sus alcaldes. La narración está hecha a partir de sátiras y episodios fantásticos que comentan la vida del municipio y todos sus habitantes.
  2. Mijaíl Yevgráfovich Saltykóv-Shchedrín fue un escritor, satirista y periodista rusodel s. XIX. Pasó la mayor parte de su vida trabajando como funcionario en diversos puestos. Después de la muerte del poeta Nikolai Nekrasov, se desempeñó como editor de la conocida revista rusa, Otéchestvennye Zapiski, hasta que el gobierno la prohibió en 1884. Su obra más conocida es la novela La familia Golovliov, publicada en 1876.
  3. En ruso терпи́ла significa alguien que es incapaz de valerse por sí mismo.

 

 

 

EL PLATONISMO DE C. S. LEWIS Y CH. WILLIAMS: LA GEOPOLÍTICA VERTICAL Y LA VISIÓN DEL IMPERIO

Alexander Bovdunov

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

 

Informe del seminario «Platonismo político. Organización de Rusia sobre el modelo del Estado de Platón»

 

La figura del famoso escritor y pensador cristiano británico CS Lewis no necesita presentación, aunque es percibida de manera ambigua. En primer lugar, debido a la gran popularidad de varias de sus obras, así como a una cierta inconsistencia en sus posiciones políticas, donde los momentos ultraconservadores se mezclan inesperadamente con momentos liberales y viceversa. Sin embargo, dos cosas son importantes para nosotros: este es el profundo respeto de Lewis por la figura de Platón y el uso consciente de los conceptos platónicos en el contexto de sus obras, sin mencionar referencias directas a ellas. Lo que los investigadores de Lewis llaman un platonismo cristiano, o incluso platónico anti-platónico, casi nadie niega la base platónica de su cosmovisión.

 

Multipolaridad platónica

 

Uno de esos conceptos es una idea que puede parecer bastante trivial. La idea de que cada país existe idealmente (existe en otro universo) o que su contraparte real es solo una sombra, un reflejo de un país verdadero que no existe aquí. El fin del mundo, como en «La última batalla» (la parte final de las «Crónicas de Narnia») es una salida a este verdadero mundo. Pero a pesar de todo, este verdadero mundo está dentro de cada país específico.

 

Y en el mundo verdadero, a diferencia del nuestro que Lewis llama la «tierra de las sombras», todas las diferencias entre los países permanecen. Es decir, no es un «mundo único» en un sentido globalista, sino un mundo donde hay diferencias cualitativas y donde todo está bajo el control de Dios, pero ni Inglaterra, ni Francia, ni ningún otro país desaparecen. Además, solo allí existen realmente.

 

«Pero ahora miras a Inglaterra por dentro
Inglaterra. La verdadera Inglaterra es lo mismo que la verdadera Narnia, porque en esa Inglaterra que está adentro, todo lo bueno se conserva «. Además, el libro continúa diciendo que todos los países reales son «solo las bases de las grandes montañas». En esta imagen, no es difícil reconocer la referencia al «Fedón» y la descripción de Platón de la verdadera tierra celestial y lo vacío que podemos considerar el mundo real.

 

Las dos patrias

 

En la novela «Esa fuerza maligna» (una obra interesante en sí misma, dedicada a los intentos de los demonios de conquistar el mundo por medio de los científicos británicos que utilizan herramientas biopolíticas y de control mental), Lewis demuestra esta idea en un formato más expandido. Entonces, a través de la boca de sus héroes, afirma una idea muy importante.

 

Hablando de Inglaterra, informa que este no es un país, sino dos, que están en un estado de guerra civil permanente entre sí a lo largo de la historia. Un país es Logris, el reino eterno del rey Arturo. El otro es Gran Bretaña. Logris es el país de Arturo y Merlín, el poder de los santos reyes y el sacerdocio, un pueblo de poetas y místicos, de Sir Philip Sidney y John Milton. Gran Bretaña es la tierra de Mortred, Cromwell, Sir Cessil Rhodes, de los industrialistas y los colonialistas. Gran Bretaña casi ganó, solo casi. Y al mismo tiempo, Milton siempre está al lado de Cromwell.

 

Gran Bretaña generalmente está siempre creciendo, pero Logres siempre está presente y es el verdadero y mejor Yo del pueblo. Logres es la verdadera Patria, Gran Bretaña es lo infernal.

 

En otras palabras, cada país no solo tiene un arquetipo celestial, sino también uno infernal, que se oponen entre sí en el curso de la historia. Y ni el bien ni el mal son para nada externos. Y nuevamente llegamos a la imagen de los tres partes del mundo revelada en el diálogo de Platón, «Fedón»: el mundo medio, el cielo y el infierno. Pero esto es específico para cada cultura humana. En cada nación, las dimensiones celestiales e infernales están luchando entre sí.

 

“Si piensas en el bien en general, llegarás a la abstracción, a algún tipo de estándar para todos los países. Por supuesto, hay reglas generales, y deben cumplirse. Pero esto es solo una gramática del bien, y no un lenguaje vivo. No hay dos briznas de hierba idénticas en el mundo, y mucho menos dos santos idénticos, dos ángeles, dos pueblos. Todo el trabajo de curación de la Tierra depende de si inflaremos una chispa o encarnaremos un fantasma que apenas parpadea en cada nación. Estas chispas, estos fantasmas son diferentes. Cuando Logris realmente derrote a Gran Bretaña, cuando la diosa de la razón, la gracia divina (y aquí no estamos hablando de la diosa jacobina, sino de algo o alguien directamente opuesto a ella), realmente reinará en Francia, cuando China realmente siga el orden del Cielo, entonces vendrá la primavera «.

 

Si evaluamos estas dos ideas, la verdadera patria celestial y la confrontación de las tierras infernales y celestiales, ya en un contexto geopolítico, encontraremos que, en primer lugar, este concepto refuerza filosóficamente la multipolaridad. En segundo lugar, la geopolítica no se vuelve plana, sino voluminosa, adquiere una dimensión vertical. Existe la oportunidad de considerar la confrontación geopolítica (indeleble) en el contexto de cada civilización específica.

 

Es decir, existe una especie de lucha entre la Platonopolis contra la Diablopolis dentro de cada nación.

 

El Imperio y su doble

 

Uno podría detenerse en esto, pero si no mencionara un punto más, el mensaje no estaría completo. Este momento es el Imperio. El concepto del Imperio surge en las páginas de «Esa fuerza maligna» en el diálogo del personaje principal Ransom con el mago iniciado Merlín, cuando este último sugiere recurrir al último medio para frenar el mal – «el que está dispuesto a luchar contra los tiranos y revivir el reino» – el emperador romano bizantino.

 

Esta conexión específica entre lo arturiano y Bizancio y la idea del Imperio no es en absoluto accidental. Se manifiesta de manera más vívida y abierta en otro miembro del circulo de Inklings: un novelista, poeta, místico, amigo de Lewis y, por otro lado, amigo de William Butler Yates y Aleister Crowley–Charles Williams de la «Order of the Golden Dawn». Al mismo tiempo, es «Esa fuerza maligna» lo que se considera una novela, en gran parte inspirada en ideas y comunicaciones con Williams.

 

Es Williams quien edita el mito de Arturo de tal manera que tiene a Logris, el reino de Arturo y Merlín, el que aparece como una de las provincias del Imperio. Además, no se trata solo del Bizancio histórico, sino del Bizancio eterno, como un Imperio por excelencia. Aquí hay que decir que la imagen de Bizancio en Williams está estrechamente relacionada con su idea de la teología del amor. Se siente atraído por la combinación inseparable y sin complicaciones de las naturalezas humana y divina de Cristo en la teología ortodoxa.

 

La pregunta de por qué Bizancio y por qué él es atraído por el misticismo inglés, y cuál es la diferencia entre el Bizancio histórico y su «Visión del Imperio» merece un estudio aparte.

 

Solo anotamos que, en la imagen del Imperio, Williams combina la geografía, la metafísica y la fisiología, ya que el Imperio se asemeja a un cuerpo humano. El Imperio es la imagen de toda la creación, la unidad esencial, al mismo tiempo que es un «cuerpo físico real», «el orden social correcto» y el «estado no caído del hombre», el hombre como hubiera sido si nunca hubiera caído. El Imperio es un cuerpo sagrado. En la teología de Williams, cada persona se crea con el objetivo de convertirse en el entorno materno para la encarnación de Dios. El Imperio en este contexto no es la Jerusalén Celestial, sino lo que existe para hacerla visible, para descubrir su apariencia.

 

Al mismo tiempo, la imagen de la Jerusalén Celestial, la ciudad de Sarras, también se encuentra en la poesía de Williams.

 

En otras palabras, un Imperio es un organismo espiritual que existe con un propósito escatológico y soteriológico. Las provincias del Imperio, entre las cuales el mencionado Logris, son los órganos de este. Hay unidad entre ellos, pero son diferentes y únicos, existe un Imperio cuando hay un equilibrio entre los órganos y los movimientos del alma, que corresponde a cada parte de un solo cuerpo.

 

«The Organic Body sang together» (El Cuerpo Orgánico resuena junto). La restauración del Imperio tiene lugar paralelamente con la restauración del hombre.

 

Además, el imperio también tiene una antípoda. En primer lugar, se menciona una sustancia o región de la geografía sagrada como Po-lu, en la que no es difícil reconocer su correspondencia platónica (Polla). Es decir, un Imperio donde es posible la correlación de lo Uno y lo Múltiple: las primeras 4 hipótesis de Parménides. Lo Múltiple puro sin ninguna Unidad se encuentra fuera del Imperio.

 

Pero en la geografía metafísica de Williams hay un límite más, más allá de Po-lu: el navegante se encuentra con la figura de una parodia y lo opuesto al Imperio: el sin cabeza «que aparenta ser Rey» y su séquito marino. El Anti-reino. Además, el lenguaje y las imágenes que enmarcan esta trama son similares a las imágenes de Bizancio. En otras palabras, esto es en el sentido completo un doble y un duplicado, lo que demuestra la posibilidad de una elección para el Imperio, ya sea la de preparar el descenso de la Jerusalén Celestial o su opuesto.

 

Imagen sin cabeza como si fuera el rey

Que vagabundea

escondiendo obscenamente sus manos debajo de la bata,

con blasfemias

Un reflejo de las crestas del Cáucaso.

Su séquito se balancea cerca;

los tentáculos barren el cielo

estira su cuerpo de pulpo

levantándolo sobre el agua;

dos de ellos levantan la bata sobre el cuerpo,

apresurándose a lo largo de una superficie que se hunde

la antípoda de Bizancio.

 

Al encontrar los próximos temas escatológicos, contra-modernos, platónicos e imperiales en la tierra natal del mundo moderno: Gran Bretaña, es más que interesante. Además, los mismos problemas de multipolaridad y el Imperio, planteados por estos dos grandes británicos, merecen un estudio cuidadoso. Este es nuestro problema, y ​​a veces es mejor mirar estos temas importantes para nosotros desde un ángulo diferente y desde la distancia.

 

Quizás entonces nos sea más fácil entender correctamente el concepto del Imperio y las relaciones del centro imperial y las provincias, la homología del hombre y el Estado, para considerar cuidadosamente nuestra historia y la de otros pueblos, viendo en ella las huellas de la lucha entre los cielos y la patria del inferno.

EL HACHA ES MI NOMBRE (Dostoievski y la metafísica de San Petersburgo)

Por Alexander Dugin

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

EL AUTOR, QUE HA ESCRITO RUSIA

El principal escritor de Rusia es el novelista Fyodor Mikhaylovich Dostoyevskiy. La cultura rusa y la mentalidad rusa se acumulan en él, como si fuera un punto mágico. Todo lo anterior anticipa Dostoievskiy, todo lo que sigue resulta de él. Sin duda es el mayor genio nacional de Rusia.

La herencia de Dostoievskiy es inmensa y casi todos los investigadores están de acuerdo con la importancia central de su novela, «Crimen y castigo». Si Dostoievskiy es el principal autor de Rusia, «Crimen y castigo» es el principal trabajo de la literatura rusa y el texto fundamental de la historia rusa*.

En consecuencia, no hay nada accidental o arbitrario al respecto, y no puede haberlo. Ciertamente, este libro debe contener algunos misteriosos jeroglíficos, en los que se concentra todo el destino ruso. Descifrar ese jeroglífico es el equivalente a obtener un conocimiento del insondable misterio ruso. Sigue leyendo